Centroamérica es una bizarra colección de miseria. Por eso a nadie le importa si reciben dosis de vacunas contra el virus. El cálculo inhumano de algunos países no permiten la entrada de suministros que provengan de sus rivales geopolíticos. 

Han desclasificado el uso de la vacuna rusa, la cubana, la china, y hasta la inglesa. La decisión no tiene que ver con las inquietudes científicas sobre su eficacia sino, con política.  

La vacunación ha sido politizada y lo que es peor politizada, con la vacuna de la muerte puntual e imperdonable. 

La vida es un cuento corto. Allan McDonald.

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