Sí, debemos aprender a descansar por nuestro propio bien y el de los demás a nuestro alrededor. Y lo indicado es incluir varios momentos cortos de descanso a lo largo del día.

Cuando hablo de descanso no me refiero a dormir. Me refiero literalmente a desconectar cuerpo, mente y emociones del ajetreo de las obligaciones y rutina.
Por ejemplo, llevas dos horas continúas dedicadas al trabajo, pues a levantarse del escritorio, busca una ventana y disfruta la vista por un par de minutos sin pensar en nada, solo apreciando lo que tengas al frente.

Vas por tus hijos a la escuela, tomate un minuto en apreciar y admirar sus caritas y gestos mientras llegan donde estas esperándolos, sin pensar en nada, solo en ese instante. Si tienes la oportunidad de salir a caminar cinco minutos, o ir al jardín y atender tus flores, chatear o hablar con alguien que te de paz, ilusión o haga reír un par de minutos, o cualquier actividad que para vos signifique relajamiento, meditación y gratitud, a hacerlo sin mucho planificar.

Estos mini espacios de descanso no requieren ni organización ni planificación ni esfuerzo, pero la recompensa para tu mente y cuerpo es enorme. Intenta siempre tener varios momentos de descanso a lo largo del día que te hagan salir de la rutina y de lo que es obligación. Se necesitan esos momentos para respirar aire fresco y recargar energías.

Tus niveles de estrés bajarán, estarás de mejor humor y, te tomarás con más calma cualquier situación adversa que se pueda presentar porque estarás en conexión con tu paz interior al alimentarla constantemente con estos instantes de aire fresco. Y por supuesto, de vez en cuando, a cambiar de ambiente para despejar el alma. Te lo van a agradecer tu salud mental y física, y tu vida laboral, personal y familiar.

Te deseo una semana muy productiva, con mucho descanso, paz y felicidad.

“El arte del descanso es una parte del arte de trabajar.”
John Steinbeck