En esta semana se celebró el Día de Acción de Gracias, una de las festividades más importantes en Estados Unidos que se ha extendido por muchos países. Algunos piensan que es una fecha comercial, sin embargo hoy quiero invitarte a reconsiderar esta celebración y convertirla en un estilo de vida.

Celebrar la gratitud en realidad no es un invento norteamericano; festividades parecidas se pueden encontrar en muy antiguas constumbres y en diferentes partes del mundo, como en  India, Ghana, Japón entre otras… pero especialmente quisiera mencionar un ejemplo que se encuentra en la Biblia donde se instruye al pueblo judío a celebrar la Fiesta de los Tabernáculos, con la cual esta nación recuerda y agradece el cuidado de Dios durante su peregrinar en el desierto al salir de Egipto, y agradece también por la bendición de las cosechas.

Y es que agradecer, sin duda, es parte del plan divino para la humanidad y muestra una de las mejores facetas del ser humano; deberíamos practicarla cada día, en todos los ámbitos en que nos desenvolvemos.

Si aún piensas que estoy hablando de una moda, espero que los datos que compartiré te hagan cambiar de opinión, pero sobre todo, que te lleven a decidir cambiar tu conducta al respecto ya que te hablaré de los beneficios de la gratitud y el poder positivo de expresarla.

Numerosos estudios científicos han comprobado los efectos positivos que tiene en el cerebro,  agradecer; enlistaré brevemente algunas:

Al sentir y expresar gratitud, se activan y conectan vías neuronales, que mejoran las capacidades intelectuales y nuestro estado de salud y de ánimo.

Nuestras expresiones de gratitud estimulan los lóbulos prefrontales del cerebro. En estas áreas se realizan muchas de las funciones congnitivas complejas, pero para expresarlo de forma sencilla diré que ayuda a pensar con más claridad, nos ayuda a tomar mejores decisiones, especialmente en relación a asuntos financieros, hacemos mejores análisis y juicios de valor. También estimula el hipotálamo,  parte de nuestro cerebro que regula varias funciones corporales como el apetito, el sueño, la temperatura, la presión arterial, el metabolismo y el crecimiento.

Mostrar gratitud, eleva el nivel de dopamina, hormona que genera la sensacion de felicidad, satisfacción, vitalidad y placer.

Diminuye o inhibe la producción de Cortisol, que es la hormona del estrés; con lo que ayuda a superar estados depresivos  o ansiosos y la sensación de dolor.

Con todos estos beneficios la gratitud alarga la esperanza de vida.

También hay estudios que han comprobado que las personas que reconocen y expresan los motivos por los cuales están agradecidos, tienden a ser más felices y satisfechos con su vida, tienen una mejor autoestima y se sienten con más energía y  no sucumben ante el consumismo irracional.

Qué decir de la forma positiva en que la gratitud expresada mejora la calidad de las relaciones con otras personas.

Estos son solo algunos de los efectos positivos de ser agradecido, por eso, retomo la invitación que te hice al comenzar a escribir; hagamos de la gratitud un modo de vida, practiquemos agradecer cada día, hasta que sea nuestra forma natural de comportarnos.

Prueba con estas ideas:

Enfocate en lo que tienes y no en lo que te falta, Erich Fromm  (uno de los padres de la psicología) afirmó: “Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo serás”.

Lleva un diario de gratitud, una libreta en que cada día puedas escribir las cosas buenas por la que te sientes agradecido.

Cada noche antes de dormir, haz una oración de gratitud; 15 minutos meditando y agradeciendo por las cosas buenas que haz experimentado y tienes, mejorará mucho la calidad de tu sueño.

Selecciona una persona a la cual expresar gratitud cada día de la semana, de manera que agradeceras a 7 personas cada semana.

Escribe en tus redes sociales, sobre las bendiciones que haz recibido y expresa tu gratitud.

Haz Zoom de gratitud, invita a tus amigos y familiares a conectarse para expresar tres cosas por las que están agradecidos, seguro que al final de esa reunion virtual, todos se sentirán mejor.

Ora a Dios y agradece por la vida, por tu familia, por las experiencias y los aprendizajes.

Y como quiero predicar con el ejemplo,  hoy doy gracias por mis padres Gloria y Marcelino, que me han dado tanto amor y enseñanzas; gracias a Juan Alberto, mi esposo, por su amor y dedicación; a mis hijos que llenan mi vida y cambiaron mi mundo al hacerme mamá, a mi suegra Daysi, quien me recibió y cuida como a una hija; a mis hermanos y cuñadas por amarme y recibirme; a mis tíos y primos, con quienes he compartido gran parte de mi vida; a mis amigas, que llenan mi corazón y me acompañan en mis aventuras; a mi iglesia que me sostiene espiritualmente y a mis compañeros  de trabajo, de quienes aprendo tanto. Y gracias a DIOS por crearme, amarme, salvarm