Este pasado fin de semana nos dejó el gran cantautor hondureño y amigo David Herrera, un maestro del canto libertario, fundador de una base sólida de la trova contestataria hondureña que influyó en grandes representantes de la música catracha y voces de protesta como “Delirium”, “Trovasón”, “Pez luna” y “Café Guancasco” entre otras.

El maestro Herrera no fue sólo miembro fundador del Grupo multidisciplinario “Rascaniguas”, sino también alma poética de este grupo cultural inquieto, agudo y afilado de las décadas del 80 y del 90 en Honduras. Las composiciones musicales y las letras originales que de ellos tenemos de su legado nos invitan cada día a cantar. Fué mentor, amigo, padrino, emprendedor y creador de espacios donde la cultura era el motor vital.

Integrantes de la Banda de Rock WitheCross en Tegucigalpa

Ahora es leyenda insigne de nuestro cantar.

Sus letras nos ayudan a ser más humanos, a buscar en lo más sencillo lo más fundamental, a cuestionarnos y a tener el valor de cuestionar a la sociedad.
Él estará con nosotros de ahora en adelante cuando nos preguntemos… “¿Porque este mundo está al revés?..”

“La muerte se le acercó para brindarle una mano”… este junio del 2022 que quedará en la historia de la música nacional.

Maestro David, “Donde estará tu alma… la de son y canto. La que por la noche atrapaba estrellas… la que huía siempre de viejos encantos”.

Su legado familiar nos deja dos epígonos directos a quienes admiro, Noel y Marlon Herrera, poeta de corazón y gestor cultural el primero, cineasta y productor cultural este último, a quienes me uno en seguir la senda del gran mentor David Herrera que nos propone siempre que si este mundo está al revés… “hay que cambiarlo… con las manos limpias… con tu mente.. con tu alma… si no las ha ensuciado tu caminar”.

Parafraseando a Virginia Wolf… recordemos que cuando alguien muere a los demás nos corresponde vivir (y cantar) por ellos, no hay nada más que resulte adecuado.

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