Ante ello, la Cancillería a través de un comunicado pidió disculpas por la supuesta respuesta del personal y aseguró que trabajaron en el caso todo el fin de semana siguiente y el lunes (1 de mayo) brindado apoyo a los familiares de las víctimas.

En tal sentido, el vicecanciller, Antonio García, indicó que iniciarán un procedimiento interno para identificar a la persona que contestó "hoy no trabajamos" y someterla a una audiencia de descargo para permitirle dar su versión de los hechos en modo de defensa, posteriormente decidirán si es merecedora de una sanción.

"Entre esas acciones (posibles) está la amonestación por escrito, suspensión, suspensión de salario, entre otras, sanciones", detalló para tunota.com.

El funcionario señaló que dentro del reglamento se considera el despido del personal como una sanción, no obstante, cree que este hecho no llegue a tal punto.

Si dijo que no trabajamos, es falso

"Esta declaración enlodó la imagen de la Cancillería y reflejó algo que no era cierto. Esa declaración ensució la imagen de la Cancillería con algo que no era cierto", externó García afirmando que la Secretaría trabajó el 1 de mayo (acostumbrado día de asueto).

Asimismo, indicó que hay fotografías y familiares de las víctimas de la masacre como pruebas de que el consulado de Honduras en Houston estuvo operando.

Finalmente, manifestó que aún están investigando qué miembro del personal protagonizó dicho episodio.

VEA: Capturan a esposa de Francisco Oropesa, sospechoso de masacre en Texas

Masacre de hondureños en Texas

El viernes 28 de abril cinco hondureños murieron por arma de fuego a manos de su vecino, de origen mexicano, en San Jacinto, Cleveland, Texas, Estados Unidos.

Todo ocurrió luego que los connacionales pidieron a Francisco Oropesa (38) que dejara de practicar tiro al blanco en su casa, ya que, trataban de hacer dormir a un bebé.

El mexicano decidió ir donde sus vecinos y comenzar un tiroteo que dejó como saldo la muerte de Diana Velázquez Alvarado (21), Julissa Molina Rivera (31), José Jonathan Casarez (18), Sonia Argentina Guzmán (25) y Daniel Enrique Laso (9).

Oropesa se dio a la fuga, por lo que sobre su cabeza había una recompensa de las autoridades estadounidense de 80 mil dólares (L1.9 millones) y el desplazamiento de 250 agentes.

Tras cuatro días de búsqueda, este martes funcionarios arrestaron al sospechoso cuando estaba escondido en el armario de una vivienda en la comunidad de Conroe, a unas 20 millas de donde ocurrió la masacre. Su esposa, Divimara Lamar Nava (53) fue capturada hoy, presuntamente por tratar de facilitar su escape.

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