En las cárceles de California, han detectado en el agua potable niveles de arsénico potencialmente peligrosos, según un estudio que publicó este miércoles la revista Environmental Health Perspectives.

"Ha habido mucho trabajo, principalmente de periodistas y de los reclusos mismos, que indican graves amenazas ambientales para la salud en las prisiones, pero han habido pocos estudios de esto", comentó Jenny Rempel, de la Universidad de California.

Y agregó, "Éste es uno de los pocos estudios que documenta los retos estructurales que siguen afectando este derecho humano básico a tener agua a ambos lados de los muros de las prisiones".

Unos investigadores del equipo Rempel, analizaron los datos de la calidad del agua durante 20 años en la prisión estatal de Kern Valley, y las comunidades cercanas en el Valle Central, incluidas Allensworth, McFarland y Delano.

Según resultados del estudio, encontraron niveles de arsénico en el suministro de agua de estas regiones.

Una cárcel de California. Foto: EFE.

El consumo de cantidades aún pequeñas de arsénico en el agua potable, puede provocar una variedad de cánceres y otros problemas graves para la salud.

Además, el estudio también encontró que los niveles de arsénico han excedido las 10 ppb en las últimas dos décadas, incluso después que la comunidad había recibido fondos del estado para remediar la situación.

"Debido a que en Estados Unidos se espera que los fondos para el tratamiento y suministro de agua provengan principalmente de los residentes, es más probable que las instalaciones de tratamiento en las áreas rurales y con bajos ingresos no cumplan con las regulaciones", indicó Alisdair Cohen, autor del artículo.

"Esto es, en parte, la razón por la cual la gente que vive en comunidades rurales con bajos ingreso en este país tiende a tener exposiciones desproporcionadamente más altas al agua contaminada", concluyó.

Cabe destacar, que la Prison Policy Initiative (PPI), detalló que California, cuenta con el 41 % de personas latinas en cárceles del citado estado, con una tasa de reclusión de 757 por cada 100.000 personas en ese grupo.

Con información de EFE.