El Real Madrid de Zinedine Zidane venció dos goles a cer al Alavés que le permite mantener la ventaja de cuatro puntos sobre el Barcelona. Sin embargo, todo explotó en el banco de suplentes con Gareth Bale.
El galés fue suplente y no ingresó ni un minuto. Pero el escándalo se desató porque se quedó dormido mientras sus compañeros jugaban el partido.
Bale decidió taparse la cara con el tapaboca, estiró sus piernas en la platea y se echó a dormir por unos segundos.