Fue el último partido del combinado centroamericano en la anterior cita mundialista. Un doloroso 12-0 ante Noruega para cerrar la fase de grupos y volver a casa con la amargura de haber encajado una goleada récord.

Nueve de los tantos los marcó el hoy temible delantero del Manchester City. La noticia recorrió medio mundo.

Cuatro años después de esa afrenta, las sensaciones son otras. La generación que dirige Luis Alvarado firmó el año pasado una Concacaf Sub-20 brillante al alcanzar las semifinales, siendo eliminados por Estados Unidos, que después se proclamaría campeón.

El equipo se ha preparado a conciencia para el torneo juvenil de Argentina, en el que quedó encuadrado en el grupo F, junto con Francia y Corea del Sur, subcampeona en 2019, además de Gambia.

La plantilla bicolor estuvo dos semanas concentrada en Uruguay antes de poner rumbo a Mendoza.

Allí jugaron tres partidos amistosos, entre ellos uno contra la también mundialista selección uruguaya, que se saldó con victoria por la Celeste por un ajustado 1-0.

"Tuvimos unos buenos partidos amistosos" que han servido para "unir más al plantel (...) Estamos unidos, remando para un solo lado y sabemos a lo que venimos", afirmó el portero José Valdez a los canales oficiales de la federación hondureña.

Su mayor desafío será superar por primera vez la fase de grupos.

Gambia participa por segunda vez en un Mundial sub'20. La otra vez fue en Canadá 2007, cuando llegaron a octavos de final.

Este año aterrizan en Argentina como subcampeones de la Copa de África, que se disputó este año en Egipto y de donde salió vencedor Senegal. Nunca antes los jóvenes escorpiones habían jugado una final del torneo continental.

Uno de sus jugadores clave en este certamen fue el delantero Adama Bojang, quien acabó con cuatro goles en su cuenta particular.

Juega en el Steve Biko de su país, pero la prensa ya le ha situado en la órbita de grandes clubes europeos, como el Ajax de Ámsterdam o el Tottenham Hotspur.

En la selección tiene como compañero de orquesta a Kajally Drammeh, un 10 con capacidad para descoser la zaga rival con un solo pase y que también fue fundamental en la pasada Copa de África.