Hace 20 años, los amantes del fútbol lloraban amargamente después de ver frente a sus ojos una terrible lesión que tocaba uno de los consentidos de este deporte: Ronaldo, el brasileño, el Fenómeno.

Aquel 20 de abril de 2000, durante el partido entre Lazio e Inter de Milán nos trae agrios recuerdos cuando en la ida de la final de Copa Italia, Ronaldo Nazario, quien no fue titular ese día porque venía saliendo de una lesión de rodilla, se desmoronaba en el campo de fútbol.

El brasileño recibió un par de pataditas de jugadores de la Lazio, pero en una de ellas, Ronaldo encaró la portería del club romano, hizo su famosa bicicleta al borde del área y, de repente, su rodilla cedió y cayó al suelo, imagen que conmovió a los aficionados y luego a los millones que vieron la imagen por televisión.

El llanto del que era considerado el mejor jugador del mundo en ese momento, paralizó a los hinchas del fútbol que preveían lo peor.

Y así fue, esa recuperación le costó un año y medio de carrera, contra todo pronóstico de los especialistas, regresó, aunque no todo volvió a ser igual su fútbol, dejó su marca de leyenda en este deporte.