El 28 de noviembre de 2016 el avión que trasladaba al equipo de Chapecoense a Medellín se estrelló y 71 personas fallecieron.
El equipo brasileño viajaba a Medellín, Colombia, para disputar la final de la Copa Sudamericana ante Atlético Nacional. Dirigido en ese entonces por Reinaldo Rueda.
Las investigaciones determinaron que el avión cayó sobre un cerro debido a la falta de combustible, precipitándose a 13 kilómetros de la pista de aterrizaje.
Siete miembros de la tripulación, 19 futbolistas, 20 periodistas y 25 personas relacionadas con el club brasileño, fallecieron ese día. Solamente seis personas sobrevivieron a la tragedia.
Los Sobrevivientes
Rafael Hanzel, locutor de radio, en marzo de 2019 falleció a causa de un infarto sufrido mientras jugaba un partido de fútbol con sus amigos.
Alan Ruschel, quien actualmente juega en el Goias de la Primera División de Brasil.
Jackson Follmann, arquero del conjunto brasileño, perdió la pierna tras el accidente y ha sido comentarista en Fox Sports Brasil durante algunos meses.
Helio Neto, quien solo ha podido participar de encuentros amistosos y la única mujer sobreviviente, Ximena Suárez, era azafata del vuelo y tras el incidente, escribió un libro titulado, "Volver a los cielos".
También, sobrevivió Erwin Tumuri, quien era mecánico del avión y fue el que menos daños sufrió.
Para reconstruir el equipo, el Chapecoense recibió ayuda económica de otros clubes brasileños.