Guillermo Pharis es un exitoso diseñador hondureño de vestidos de novia que actualmente está cumpliendo sus sueños en Nueva York, Estados Unidos. Él creció en Honduras viendo desfiles de moda para luego comenzar a prepararse para convertirse en el famoso diseñador que es ahora.

“Mi pasión por la moda inició cuando tenía 10 años. Me apasionaba ver los desfiles de Christian Dior y Givenchy; luego comencé con mi carrera de diseño para después poder ganar un concurso en una cadena de tiendas en Honduras. Ahí tuve la oportunidad de vender una colección. Luego me presenté formalmente en Fashion Week Honduras en 2013 y comencé a hacer desfiles privados y benéficos en todo el país”, recordó Pharis.

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Él afirma que desde pequeño comenzó a realizar bocetos de prendas y siempre sus ideas lo inclinaban hacia los vestidos de novia. Esto hizo que se propusiera la meta que está logrando. “Desde que era tan solo un niño comencé a hacer bocetos, siempre inicié mis ideas con vestidos de novias. Ya cuando tenía 15 años tenía la idea que algún día llegaría a ser el mejor diseñador de vestidos de novia nacido en Honduras”, contó Pharis.

Luego de realizar diferentes desfiles en el país, Pharis, en la conversación que sostuvo con tunota, afirmó que en el 2014 decidió irse por motivos de homofobia y falta de apoyo a la cultura y el arte. Posteriormente, Pharis luchó por poder ir subiendo en el mundo de la moda un paso a la vez.

Dijo que el camino no fue nada fácil y le tomó mucho tiempo establecerse y hacerse de un nombre reconocido a nivel mundial. Hoy en día, el talentoso hondureño vende sus vestidos en salones de novias de Estados Unidos y Asia. Hasta tienen su propia sala de exposición en Nueva York. Contó en exclusiva a tunota una idea que tiene para desarrollar la en Honduras.

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“Tengo pensado regalar algunos vestidos de novia en Honduras, debido a que soy consciente cómo ha sido dañado el país debido a la pandemia y el paso de las tormentas tropicales Eta e Iota”. Consideró que su éxito se debe a la perseverancia y a que aquellos pensamientos de cuando tenía 15 años se volvieron una realidad. Por eso invita a los hondureños a que peleen y hagan lo imposible para alcanzar sus sueños.