Nos citamos después de intercambiar un par de palabras en un sistema de mensajes. Me dio una hora tras revisar su agenda y pactamos. El día de la entrevista, cinco minutos antes me dijo que estaba listo. Es la primera de las sorpresas que me encontré en la charla con Jorge Gómez, un cantante hondureño que vivió el ritmo de la primera línea de las estrellas cuando la música era un rito y no un sintetizador.

Debo decir que él es el culpable de que el merengue ahora forme parte de mi playlist y que disfruto mucho de escuchar su voz mientras me asombro de repasar su carrera. Una carrera a la que se resistía por su fe cristiana y que para mi sorpresa la profesaba hasta antes de que Wilfrido Vargas lo integrara a su orquesta.

De allí nació el tema El Jardinero, y por eso me he atrevido osadamente a decir que Jorge es el jardinero de Dios.

En Primera Plana logra conocer a detalle, lo que Jorge nunca había contado en un medio. Y él mismo, a lo largo de la entrevista lo acepta.

¿A qué edad o en qué momento usted se dio cuenta que iba a ser cantante?

"Siempre lo supe fíjese. Esto es como el mismo cuento de todos los artistas, pero es verdad, cuando uno nace con este don, pues simplemente uno quiere desarrollarlo y uno busca oportunidades. Desde que estaba en la escuela yo buscaba participar en los actos cívicos, estar en los programas de aficionados de aquellos años, y yo iba porque me gustaba cantar, tenía sueños en mi vida de llegarse a ser un cantante".

¿Y se le dio la oportunidad de estudiar canto? Es que, para explicarlo, la voz suya es un contratenor, es una voz privilegiada en el mundo de la música realmente…

“Yo no sabía, honestamente no sabía la voz que tenía. Tampoco sabía que era un contratenor. No tuve clases de canto tampoco, por eso es por lo que mi voz probablemente se hubiera dañado si no hubiera tenido una maestra. Antes de llegar a Wilfrido, conocí a una soprano canadiense, se llama Anna Stover, ella me ayudó en gran manera, me ayudó en toda mi ignorancia en relación con las técnicas de canto. Y le agradezco infinitamente porque me ayudó a hacerlo profesionalmente a otro nivel".

Y en esa etapa formativa… ¿qué cantaba, a qué música llegaba?

"Las canciones de Joselito, canciones que yo sentía que me llegaban bien, pero sin saber que yo era un contratenor. Después me di cuenta de que las personas que somos contratenores, no sufrimos el cambio de voz en la pubertad. A mí nunca me cambió la voz, todavía puedo seguir cantando en la misma tesitura, en las mismas regiones, los mismos de cuando yo era vivo".

Bueno, eso cobra validez mucho, porque hace unos años se le hizo a usted un homenaje en San Pedro Sula, donde estuvo Eddy Herrera, Wilfrido Vargas, Rubby Pérez, y cuando usted cantó, tuvo los mismos registros de hace 30 años ¿no?

"Lógicamente no estarlo haciendo tan seguido va mermando, yo lo siento, pero tengo la voz. Entonces, sigo haciendo ejercicios, pero gracias a Dios, por mi tesitura yo puedo cantar así".

¿Y esta soprano canadiense, Anna Stover, qué guías le dio en el canto?

"Sí, ella sinceramente apareció en mi vida de una forma milagrosa, porque sucedió unos meses antes de que Wilfrido (Vargas) me encontrara en Honduras. Ella me vio cantar en un programa cristiano. Ella escuchó mi voz, pero nunca me puso a cantar. Ella me dio ejercicios de respiración, técnicas para cantar y mantener la voz y poder desarrollarla. La voz, si es mal usada se va a dañar, porque usamos las cuerdas vocales y hay un paso donde el aire viene del diafragma, todo eso para mi fue como descubrir América".

¿Luego llega la etapa de Los Profesionales, que es allí donde se da a conocer en Honduras, también antes de ir a la OTI (1983), como fue esa etapa?

"Antes de Los Profesionales fueron Los Monjes, un grupo que tal vez no recuerda o no conoció. Yo soy un cantante… yo empecé en 1969, imagínese, usted no había nacido. Ya en Los Profesionales, pues honestamente era el mejor grupo de Honduras y no porque yo haya estado allí, sino porque era realmente un grupo profesional, todo artista o cantante quería estar en ese grupo, para mi fue una gran ayuda llegar a ese grupo porque aprendí muchas cosas que sirvieron cuando ya salí de Honduras. Y agradezco mucho porque había mucho profesional (hizo énfasis al decirlo) de la música y de otras áreas que enriquecía la vida de todos. No éramos unos músicos sin conocimiento, aprendimos muchas cosas".

Creo yo que Los Profesionales, sin demeritar a ningún artista hondureño, fueron los primeros en ser una verdadera orquesta, con relación a otros que eran bandas que hacían buena música, pero Los Profesionales de los inicios tenían una exposición muy orientada a desarrollar música ¿no?

"Exactamente y había elementos que contribuían en lo personal y no solo en lo musical, porque ese es otro de los problemas que tenemos en nuestro país, personalmente no nos preparamos. Dependemos solo de talento y eso no lo mantiene a nadie; nosotros nos preparábamos en carácter, disciplina y responsabilidad y eso me ayudó para permanecer en la orquesta de Wilfrido Vargas, sin disciplina no se llega a ningún lado".

Y como se da entonces el enrolamiento en la orquesta de Wilfrido Vargas, porque es una leyenda, que vino a Honduras y lo vio a cantar a usted y se lo llevó. Por ejemplo, Eddy Herrera cuenta que Wilfrido se presentó en su casa y se comió hasta un pollo que había en la mesa. ¿Y con usted cómo fue?

“Lo mío fue en su segunda llegada a Honduras, él llegó en 1982 por primera vez y yo en ese tiempo estaba fuera de la música. En 1983 yo volví a Los Profesionales y entonces íbamos a alternar con ellos en (Puerto) Cortés, en un lugar que se llamaba La Glorieta Buenos Aires. La historia la cuenta Wilfrido y está en YouTube y la cuenta bien. Él dice que estaba preparándose y escuchó cantar una muchacha”, sonreímos ambos, “y la gente con la que él estaba le dijo, ‘mirá Wilfrido no es ninguna muchacha, él es un muchacho, se llama Jorge Gómez, él es cristiano’. Los dejó con la palabra en la boca y entró. Yo lo vi entrar, ya los músicos estaban allí. Wilfrido nunca entra en un lugar hasta que le llega su oportunidad, es un artista, tú sabes como funciona esto. Pero él llegó, y todos lo quedaban viendo.

“Yo me puse nervioso lógicamente. Terminé de cantar, era una canción en inglés porque era lo que hacía, y, se subió al escenario cuando la gente me aplaudió. Entonces él me abrazó y me dijo al oído: ‘quiero que te vayas para República Dominicana conmigo’. Y yo me sorprendí y solo le pude decir: ‘tendríamos que hablar’”, cuenta Jorge al tiempo que nos partimos de una carcajada mientras él continúa su relato.

“Cualquiera diría que me ‘puse los moños’. Pero en el momento dije, yo no creo que vaya a dar el ancho en la orquesta de Wilfrido Vargas, yo no canto merengue, yo no canto nada, yo simplemente hago algunas canciones en inglés, porque yo no era cantante oficial del grupo (Los Profesionales), yo era percusionista que cantaba. Era lo que hacía en los grupos que estaba, porque la música en inglés no llevaba congas, entonces eran los registros altos de los Bee Gees, yo las cantaba.

“Fui al hotel donde nos citamos y en el camino iba pensando ‘qué le digo para no irme’, porque yo lo miraba como una carga pesada, y es verdad, era lógico, yo ni bailaba. Me probaron en el hotel los muchachos antes de ir a hablar con él, porque les dijo, ‘mira, pruébame este muchacho’, y ellos le dijeron, ‘no Wilfrido él nunca va a bailar, él tiene dos pies izquierdos’. Pero honestamente el interés… él me redescubrió, él sabía lo que podía hacer con mi voz y no hubo nada que lo detuviera. Le puse todos los peros que se pueda imaginar para no ir, y no hubo nada que me detuviera para llegar a la orquesta de Wilfrido Vargas, pienso que ya estaba predestinado para mi vida”.

En este relato hay dos variantes en la línea de tiempo, primero es la sorpresa de que ya era cristiano, porque yo asumí que usted se había vuelto al cristianismo después de dejar la orquesta y me dice que no, que ya lo era, entonces, usted ya estaba predestinado a ser el jardinero de Dios…

“Exactamente y esa es la nota en tunota… esa es la nota que la gente no conoce y no concibe: ‘como tú siendo cristiano andabas en una orquesta tan famosa’, porque el concepto que uno ande allí no puede ser, porque eso es andar ‘en el mundo’. Hay cosas que Dios hace y yo que las viví puedo decir que era un plan de Dios para mi vida. Punto. Yo traté de no estar allí, pero no hubo nada para evitarlo.

“Fue lo primero que le dije a Wilfrido: ‘mirá Wilfrido, yo soy cristiano’, así con esa sinceridad, ‘yo no creo que te interese una persona como yo, mira, yo no voy a cantar algunas cosas, yo no voy a participar en muchas otras cosas que tú quieres que un cantante haga, así que para qué querés un hombre como yo’. Y me quedó viendo y me respondió: ‘me interesa más de lo que tu crees’.

“Por eso es por lo que yo guardo un gran recuerdo en la sala de mi casa. Cuando yo llegué a República Dominicana, me estaba esperando con un regalo de este tamaño (abre los brazos y ejemplifica altura), era una Biblia y una nota muy linda que dice así: ‘bienvenido a la familia, no te imaginas la alegría espiritual que nos da tu llegada, bienvenidos a República Dominicana, Wilfrido y su esposa

“Ese fue el primer pero. Después le dije que no iba sin mi familia, y él me dijo, vente con tu esposa. El tercero pero fue que a mi esposa le habían negado la visa estadounidense, no hubo nada, total que fuimos a la casa de la cónsul que era amiga de Wilfrido. No hubo nada para evitarlo”,

Curioso... uno de esos “peros” que usted le dijo a Wilfrido: “yo no bailo”. Hace unos meses, Eddy Herrera dio una entrevista a Al Tanto TV en República Dominicana y Eddy dice que fue usted quien le enseñó a bailar… entonces, ¿cómo fue esa situación?

“Claro, porque cuando salió Rubby Pérez del grupo, tuve que agarrar muchas cosas que él hacía. Tuve que aprender la coreografía solito. Fue una ocasión cuando la orquesta ya anunció que tenía a Jorge Gómez, íbamos para Nueva York, y la gente hondureña estaba loca allá (en NY) por ver a su hondureño. En ese tiempo era un acontecimiento que un hondureño estuviera en una orquesta dominicana y en la mejor orquesta del momento. Entonces yo cantaba y me iba para atrás, cantaba y me iba para atrás y yo miraba que no me convenía. Entonces yo me ponía como loco atrás del escenario a practicar y practicar, y esa noche le dije: ‘Wilfrido, yo quiero salir bailando’. Entonces me respondió: ‘¿Cómo?, ¡tú estas loco!, tú no has ensayado’. No me importa, yo asumo las consecuencias de lo que pase, pero yo salgo bailando, la gente de mi país quiere verme, pero yo salgo bailando. Allí empecé. Salí al revés, pero allí empecé. Entonces después, todo el que entraba a la orquesta, porque Eddy entró un año después que yo llegué, me tocaba enseñarle. Me convertí en el coreógrafo, imagínate”.

Cuenta Eddy que le decía Wilfrido, ‘mira al hondureño, el hondureño baila y tú no bailas, qué esperas’…

"A Eddy lo molestaban porque le decían el “laigo” (largo) porque es bien alto, como que las piernas largas, como que no le hacía bien. Y la verdad que le exigieron a Eddy que se pusiera las pilas, porque entró un poco lento. Entonces le decía: ‘laigo, laigo, póngase las pilas’. Pero la vedad es que todo eso me dio la oportunidad de poder recibir y asimilar todo lo que Rubby hacía, Rubby es una estrella, Rubby es increíble. Asumí muchas cosas de él y pude darle a todo el que llegaba. Lo tuve qué hacer".

Jorge entonces tuvo que comenzar una nueva vida. La vida de artista. Desde este punto, la historia de su carrera se cuenta como quien vuelve a nacer.

¿Cómo fue llegar a República Dominicana, empezar de cero, cambiar de país, de vida? Creo que es algo que pocos consideran con el sacrificio que implica.

“Sabes que es primera vez que me hacen esa pregunta y la vedad es que muy importante. No fue fácil… ¡oh no, no, no…! Ir a aventurar porque fue una aventura. Y yo le decía: ‘Wilfrido, si no doy bola me regreso fácilmente’. Llegar a un país desconocido, ignorante de muchas cosas, cómo se vivía la vida artística, yo no sabía, yo no vestía como artista, yo parecía un profesorcito de pueblo con mi maletincito. Porque en mi país no se usaba eso, los músicos no estaban pendientes de vestir como artistas, porque somos un producto y vendemos ¿no? Y al llegar allá y ver todo, mi familia no se adaptó, nunca se adaptaron, porque yo no vivía en República Dominicana, yo vivía en hotel y en avión, esa era mi vida. La gente no tiene ni idea, ¡ni idea! Cuando yo digo eso, me dicen, ‘ah, pero todos los artistas viajan’. Pero nadie ha viajado como viajó la orquesta de Wilfrido Vargas, nadie, pero nadie en la vida, viajó como Wilfrido Vargas. Era una locura. Yo llené un pasaporte en menos de un año, no me cabía un sello en menos de un año en todas las páginas, eso era increíble.

“Mi familia no se adaptó, entonces les dije, ustedes se van para New Orleans y yo llego cuando pueda. Para mi fue un sufrimiento todos los demás años porque yo viajé más de lo que viajó la orquesta, porque muchas veces para ir a mi casa yo tenía que seguir viajando y otras veces seguía la gira en República Dominicana. La gente ni se imagina el sufrimiento que tuve”.

Bueno, acá es donde sale a flote lo que no se ve de ser artista. Muchos le dirán que bueno andar en avión y de país en país. Pero nadie sabe lo que significa presentarse casi a diario de escenario en escenario, rutina tras rutina. Esto puede llegar a ser hasta frustrante ¿no?

“Mira es algo muy difícil. Nosotros a veces le decíamos al mánager de la orquesta, 'por favor no más, queremos ir a casa'. Nosotros llegábamos a Ecuador, por ejemplo, y teníamos que hacer 29 o 30 actividades en un solo día, todos los días. Entonces llegaban otros empresarios y decían, ‘mirá, estás cerca de Colombia, por qué no se van de una vez por aquí y aprovechan’, y nosotros, 'por favor, dígale que no'. Y terminábamos saliendo para Colombia. Era así. Yo llegaba a mi casa tres meses después y eso era duro, porque mi hijo menor no me conocía. Llegaba y me quedaba viendo de lejos con miedo y se preguntaba quien era el hombre que llegaba a casa. A mi me partía el corazón. Yo sufrí cada viaje, lloraba. Lógicamente cuando actuaba se me olvidaba, pero en el hotel era otro. Por eso a mi no me hablen de avión, a mi no me hablen de hotel, yo disfruto mi casa, cortar la grama. Limpiar, lo que sea. Disfruto la casa.

Hay un temple importante de su esposa ¿no? Soportar y asumir todo eso.

"El trabajo de mi esposa es increíble. Ella fue la ayuda, porque jamás me dijo ‘dejá allí’. Siempre me dijo que era una decisión mía y ‘te voy a seguir donde sea, es tu sueño’. Por que a parte era un sueño, yo tuve un sueño de salir de mi país, y de triunfar en el canto. Y pienso que el aliciente era saber que estaba haciendo un trabajo que iba a quedar para la historia, por eso creo que me estás entrevistando hoy".

¡Jajaja! Bueno, sí y porque además pasan ya 35 años, en este 2020, de una canción icónica y que usted le ha hecho una versión acústica pero espectacular, que, dicho sea de paso, lo felicito, porque como lo he dicho yo, la canción de El Jardinero no hubiese sido la misma si la voz de Jorge Gómez…

"Yo digo que no fui el mejor, fui el elegido. Y Wilfrido sabía lo que quería, yo creo que los créditos hay que dárselos a Wilfrido Vargas no a mí. Está en mi página, la gente puede ver como él explica cómo se hizo El Jardinero, eso es una obra de arte, la fusión son dos temas haitianos. Entonces él me dio una guía en la voz de Miriam Cruz de Las Chicas del Can, porque era la tesitura que me quedaba. Me dijo: ‘tené, quiero que vos le pongás lo que vos sabés hacer’, y me dio la libertad de poder adaptarle todos esos tonos altos que tiene la canción. Y lo mismo pasó con Eddy Herrera y estaba en juicio la estadía de Eddy en ese momento, pero lo hizo muy bien. Esa fue una conjunción de talentos increíbles".

Usted dice que estaba cumpliendo un sueño. ¿Lo cumplió?

"Definitivamente que sí. Yo creo que lo cumplí y ahora tengo otros sueños. Los sueños no consisten en edad, mientras tengamos vida hay que soñar. Tengo otros sueños".

Hablemos de esta versión acústica de El Jardinero, creo que es una pieza magistral ¿Cómo se dio, quiénes participaron?

“La idea nació hace más de dos años. Quería hacer El Jardinero, pero no en merengue. Había aquí en New Orleans una pareja hondureña de músicos, él es pianista, ahora están de nuevo en Honduras, se llama Gerardo Chinchilla y le conté lo que quería hacer con la canción. El me dijo que lo dejara pensar, como lograba transmitir al piano. A las semanas me mandó un demo y me quedé complacido. La esposa que es cantante me mandó un demo con los coros. Me encantó y comenzamos a grabar. Después quedó el piano y le anexó y la amplió.

"La íbamos a dejar así, pero yo quería algo más. Entonces apliqué una técnica de Wilfrido; le enseñé la canción a mucha gente para que me dijera lo bueno y lo malo. Entonces me di cuenta de que quería un violín. Traje una violinista muy famosa de acá de New Orleans, y le dje: ‘haga lo que usted quiera’ y me encantó. Y allí nació".


Hay escenarios que eclipsan a los artistas, pero yo creo que, a usted, como la orquesta de Wilfrido Vargas no los opacó nada, diría Viña del Mar, por mencionar uno". Por otra parte. También llegaron a cantar en lugares que eran impensados para el merengue ¿no?

“Sí, escenario como El Olympique en Francia, escenarios grandísimos. Alternar con grandes artistas. La orquesta de Wilfrido era de primerísimo lugar en aquellos años, entonces todos los artistas querían estar con Wilfrido Vargas.

“Luego está Viña del Mar que es un escenario muy particular. Allí el que no la hace bien le dicen adiós y pasas vergüenza. Para mí, esa fue la experiencia más grande que tuvimos porque llegamos como un grupo “desconocido”, o sea, hay partes del cono sur (de América), donde el merengue no llegaba. Entonces llegar a Chile, en Viña del Mar y tener que actuar después de Luis Miguel -lo interrumpo y le sumo: y en ¡los tiempos de Luis Miguel! -, exacto, en los tiempos de Luis Miguel.

"Nosotros solo escuchábamos aquel público y nos mirábamos la cara y decíamos, qué hacemos, porque el único tema que conocían era El Africano, pero no lo podíamos tocar porque los chilenos habían tomado ese tema como un cliché para hacer una consigna: 'mami que será lo que quiere el negro' y respondía la gente 'que se vaya Pinochet'. De entrada, nos dijeron: ‘no pueden hacer ese tema’. Y entonces qué hacemos, si Chile no conocía otra canción, por esa nos llevaron.

“Todo lo que usted ve en Viña del Mar es improvisado. Dijo Wilfrido, salgamos con tambores, Jorge ‘ya tú sabes, invéntate cosas, coros’. Y salimos al escenario, cuando la gente comenzó a responder sentimos alivio. Le digo que nos temblaban las piernas literalmente de saber que íbamos detrás de un gran monstruo. Yo no sé porqué nos pusieron así, eso no se vale ¡Jajaja! Pero es una gran experiencia que nunca la voy a olvidar”.

Vale contar en este punto que Wilfrido se mostraba molesto en el escenario. No le dejaban cantar El Africano. Era 1990 y Chile quería libertad. La gente pedía en las gradas que el grupo volviera para cantar El Africano tras su participación. Los organizadores del Festival le permiten volver pero a tocar otro tema. Wilfrido dijo "veremos que podemos hacer", pero su enfado era visible. De pronto, Wilfrido se salió del escenario mientras Mickey Taveras, Jorge Gómez y Eddy Herrera improvisaban. El público seguía pidiendo El Africano y entonces se ve ingresar a Wilfrido corriendo y ordenando a la orquesta ejecutar el tema. Viña del Mar explotó de felicidad y gritaban "que se vaya Pinochet", cada vez que Jorge decía "qué será lo que quiere el negro".

Yo creo que usted derrotó al monstruo junto a la orquesta de Wilfrido Vargas, conquistó a la Quinta Vergara y eso llena de orgullo a muchos hondureños, y aún hoy se comenta en redes sociales y en el mismo canal de Viña del Mar la gente escribe con orgullo que un compatriota suyo lo hizo. ¿Usted siente que el hondureño está orgulloso de usted? ¿Usted sabe que el hondureño presume de que Jorge Gómez es su compatriota?

“Sí, yo pienso que sí. Porque han pasado muchos años, vamos sobre cuatro décadas ya, y todavía la gente me sigue escribiendo y es una señal de que todavía están agradecidos. Pero sí me preocupa algo, por qué no ha salido más de Honduras, porque no es posible que yo siga teniendo esa aceptación. Han pasado muchos años, y creo que en Honduras hay muchos talentos y no hemos encontrado figuras y poder salir y que se diga ‘él es hondureño’. A mi llenó de mucho orgullo que me preguntaran dónde estaba Honduras y entonces me tocaba dar clases de geografía. También alternar con grandes artistas que yo admiraba, y que se acercaran y me preguntaban, ‘¿muchacho, y tú de dónde eres?’ Yo soy de Honduras y la otra pregunta era, y qué haces en esta orquesta dominicana.

“Es más, muchos dominicanos piensan que soy dominicano. Porque honestamente mi carrera no fue en Honduras, fue República Dominicana. Así como el hondureño me escribe, también el dominicano. ¿qué ventaja tengo no?

¿Sus hijos tienen su herencia musical?

“Sí, los tres cantan. Pero gracias a Dios no se dedicaron al canto” …

¿Pero por qué lo dice así?

“Sí, lo digo así porque honestamente es una vida muy sacrificada y yo creo que hubiera sufrido mucho si un hijo mío se hubiera dedicado a esta carrera. Honestamente lo hubiera apoyado. Es más, uno de ellos hizo algunos intentos. Ayudándole yo, pero sin querer que lo hiciera. Hoy en día, ellos están establecidos en sus carreras y contentos de no haberlo hecho, tienen hogares estables y bonitos y eso es bien difícil lograrlo en la música”.

Dice Eddy Herrera que tiene la intención de volver a hacer un concierto con sus amigos -así lo dijo- Jorge Gómez, Rubby Pérez, Gene Chambers y Wilfrido Vargas… algo muy parecido como lo que hicieron en San Pedro Sula hace algún tiempo, ¿se ha comunicado Eddy con usted por esto?

"Nosotros mantenemos comunicación porque forjamos una gran amistad. La semana pasada hablamos y le dije: ‘Eddy, el día que yo muera, usted no tiene que venir acá, y el día que usted muera, porque es en vida que tengo que decirle, Eddy lo quiero mucho, Eddy le deseo lo mejor, Eddy que Dios bendiga su familia’, es en vida que se desean estas cosas. Lo mismo con Rubby Pérez, porque tenemos una relación de hermanos y nos decimos las cosas. Ojalá se diera ese proyecto de Eddy y si él lo tiene en mente, posiblemente se va a lograr".

Hablemos ahora de su música cristiana… ¿cómo le va con ellas?

Canto por el placer de agradar a Dios. Mucha gente espera que esté grabando y que salga. Al principio grabé y fui a Costa Rica, Honduras y muchos lados, sin querer viajar, y me di cuenta de que no. Porque sería lo mismo que hacia antes y no quiero hacerlo. La gente no necesita en las iglesias que yo ande cantando. ¿Y para qué? Entonces decidí grabar por el placer, yo no vivo de la música, tengo la fortuna de vivir de otros negocios. Entonces ya no cantas por placer. Descubrí que tengo mucho talento con mis manos, me gusta hacer cosas, aprendí a hacer tantas cosas de las que puedo vivir y no de la música. Tengo otros sueños en la música.

¿Cómo qué sueños?

Quise adelantarme con El Jardinero porque quiero grabar con una orquesta sinfónica. Eso es lo que quiero hacer. Ya hemos hablado con Alfonso Flores Jr., que es un gran músico hondureño, pero lastimosamente con todo lo que ha pasado este año, pues se alargó más. Ahora vienen unos temas que serán apoyo para ello, con música orquestada y quiero empezar en Honduras y luego en República Dominicana.

Le puedo pedir para finalizar su lista de artistas hondureños, que tienen las puertas del éxito a su alcance.

Para comenzar un gran artista que aún sigue cantando, y creo que mucha gente desconoce de ese talento, quizá me hubiera pasado lo mismo si yo me quedo en Honduras. Pero hay un cantante que se llama Natty Paz (ex vocalista de Los Profesionales), es un “cantantazo”, es un cantante que sigue cantando de la manera que lo conocí. Lo admiro porque es un cantante completo. Él es músico, reúne todas las condiciones para triunfar.

Actualmente Juan Carlos Alemán (Silver Star), Lian Rivera, muy buen cantante. Polache, tiene muchas condiciones, una vez hablé con él, le dije cosas que yo pienso, que debe tener producciones para pelear fuera de Honduras. Porque la gente que está acá en el exterior graba pensando en hacer hits, es lo que debemos pensar en Honduras.

Y deme su top 5 de artistas que lo han acompañado toda su vida.

Dimash Kudaibergen, es un oriental, es increíble, yo pienso que cuando era joven, yo daba muchas notas como él. Es increíble ese muchachito.

De los cantantes latinos, Luis Miguel, que es el mejor cantante que existe. También Ricardo Montaner. Y en mujeres Celine Dion. Y en grupo, unos venezolanos muy internacionales llamados Guaco, el problema es que esa música no llega a Honduras. Pero es un grupazo.

Yo siempre busco artistas que me dejen algo.

Ah… y de Wilfrido Vargas los temas viejos como El Jardinero… ¡jajajajaja!