Los pies resecos son un problema de salud más común de lo que parece, puesto que no todas las personas tienen el mismo cuidado con su piel.

En primer lugar, si usted padece de este problema debe recordar que no todas las partes de su cuerpo necesitan la misma hidratación.

{"url":"https:\/\/youtu.be\/GYwHowf6B-U","type":"video","providerNameSlug":"youtube","className":"wp-embed-aspect-16-9 wp-has-aspect-ratio"} -->
https://youtu.be/GYwHowf6B-U

Existe un gran número de personas que se olvidan de humectar sus pies apropiadamente, llegando a padecer consecuencias extremas y dolorosas en la vejez.

LEA TAMBIÉN: Esta es la compleja rutina de ejercicio del hondureño que planea conquistar el Everest

Esto se debe a que la piel de los pies contiene más células adiposas, ya que es una zona que tiene que soportar el peso, mucha presión y está sometida a muchas fricciones.

Causas de los pies secos y agrietados

Una de las principales causas que producen los pies secos es la falta de hidratación, y esto puede ser el resultado de no beber suficiente agua y no preocuparse por el cuidado de la piel.

Entre los expertos existe un consenso: la falta de agua en el organismo puede incurrir en resequedad extrema de los pies.

Lo mismo sucede con la alimentación. Si una persona consume demasiados productos ricos en sal, los pies cargarán las consecuencias.

Síntomas que provocan pies secos y agrietados

Debido a la variedad genética de las personas, los síntomas pueden variar, pero generalmente pueden ser los siguientes:

  • La piel comienza a descamarse.
  • Picazón en la zona afectada.
  • Decoloración en la piel.
  • Inflamación.
  • Grietas por resequedad.

Consejos para prevenir esta patología

Por ser una zona protegida por el calzado, las personas tienden a creer que los pies no necesitan de hidratación o aplicación de productos para el cuidado de la piel.

LE PUEDE INTERESAR: Rusia: Viento sacude un avión e impide que aterrice en el aeropuerto de Sochi

Es por esto que debemos prestarle la atención que se merecen, pues si nuestros pies están bien, nuestro cuerpo también lo estará.

Utilice cremas y productos de hidratación especiales para la piel, tome suficiente agua todos los días, evite los alimentos con demasiada sal y masajee sus pies luego de un día de actividad.