Un antiguo video subido de tono de Karina Soto y Alejandro Aguilar se vuelve tendencia en Twitter (X) y redes sociales, luego que la reconocida periodista y presentadora de televisión contara su versión de la historia de la filtración del material audiovisual.

De igual manera, dicha grabación fue difundida en 2007 por su pareja en aquel entonces, Alejandro Aguilar, el cual no pidió autorización a Soto.

Me sentí vulnerada, violada, porque si tú no permites algo y hacen algo contra ti, sin tu consentimiento, si invaden tu intimidad de esa manera, tú te sientes violada, porque finalmente si es algo consensuado, con el permiso de la otra persona, pues finalmente no hay mucho que reclamar ni mucho que decir”

Karina Soto

"En esos momentos uno no está pensando si tiene un celular en la mano, porque uno está en un momento demasiado íntimo, demasiado privado, como para estar uno pensando en una cosa de esas”, agregó Soto.

También, Soto culminó diciendo que es una mujer con valores, principios y con una educación medianamente conservadora y hasta la fecha es un tema difícil para la presentadora.

Sin embargo, el video e imágenes difundidas no serán compartidos en esta nota, ya que es un delito la difusión de este material o contenido audiovisual.

¿Por qué es un delito compartir el video de Karina Soto y Alejandro Aguilar?

Si las personas en los videos o fotografías no han dado su consentimiento para ser grabadas o fotografiadas en situaciones íntimas o comprometedoras, compartir ese material viola su privacidad y autonomía.

La difusión de contenido íntimo sin el consentimiento de las personas involucradas puede tener consecuencias devastadoras para su reputación y bienestar emocional. Esto podría dar lugar a daños psicológicos, acoso o discriminación.

La difusión no consensuada de imágenes íntimas, a menudo en el contexto de una relación pasada, se conoce como "venganza por**gráfica". Este comportamiento es un acto de violencia de género y puede ser ilegal en muchas jurisdicciones.

Compartir material explícito sin el consentimiento de las personas involucradas puede utilizarse como una forma de acoso, chantaje o extorsión. Esto puede tener consecuencias legales debido a la naturaleza perjudicial de estas acciones.