Se trata de una fortuna de 300 mil libras esterlinas, unos 370,860 dólares estadounidenses, que la mujer, de nombre Maureen, decidió heredar a la que fuera su mascota.

Según informó El Imparcial, Maureen murió en 2019, pero antes de su fallecimiento decidió cambiar el testamento que dejó su esposo, y cuya voluntad era que su fortuna se dividiera en partes iguales a sus cuatro hijos.

Al leerse el testamento, tres hijastros de la fémina y un hijo biológico que había procreado con su difunto esposo se enteraron que todo el dinero era para el loro.

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Además, Maureen estableció que la fortuna fuera administrada por su hijo, Brett McLean, pero para que atendiera a su pequeña mascota.

Maureen junto a su esposo, sus tres hijastros y un hijo biológico.

Desde entonces, los hijastros de la inglesa pusieron una demanda y hasta la fecha no han logrado recibir el patrimonio que de inicio les había dejado su padre.

Un tribunal del centro de Londres falló recientemente a favor del hijo de Maureen, argumentando que ella no tenía obligación de heredar a sus hijastros.

Pero, los demandantes de nombre Ian, Sean y Lorraine, impugnaron esa decisión del y buscarán justicia en un Tribunal Superior.

Mientras tanto, su medio hermano sigue cuidando al loro, cumpliendo así la voluntad de su madre.

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