El hecho sucedió presuntamente por instigación de la madre del novio. El incidente, que generó una oleada de indignación y solidaridad hacia la pareja, refleja un trasfondo de desaprobación familiar por diferencias económicas.

Los novios, cuyo amor los llevó a desafiar las amenazas y la hostilidad de la familia del novio, propietaria de una conocida funeraria local, no esperaban que su día especial se viera empañado por actos de violencia.

La novia, víctima de intimidaciones previas a través de redes sociales y hasta de un intento de soborno con un cheque en blanco, relató cómo la familia de su esposo buscaba disuadirla de continuar con la relación debido a su situación económica.

El día de la boda, el 17 de febrero, la tensión alcanzó su punto máximo cuando tres sujetos, supuestamente contratados por la madre del novio, emboscaron a la novia a las puertas de la iglesia, rociándola con pintura roja en un acto que fue grabado y posteriormente se hizo viral.

El hecho no solo causó consternación entre los presentes, sino que también desató una ola de reacciones en línea, donde la comunidad condenó el violento acto.

A pesar del ataque, la pareja mostró su resiliencia y decidió continuar con la celebración. La novia, sustituyendo su manchado vestido blanco por uno dorado, se unió a su esposo en una emotiva ceremonia civil rodeada de sus seres queridos.

La notable ausencia de la madre y los hermanos del novio en el evento dejó un sabor agridulce en lo que debería haber sido un día de pura alegría.

La respuesta de la familia Gutiérrez, particularmente a través de un mensaje de WhatsApp de la hermana del novio, parece minimizar el incidente, lo que solo ha añadido más leña al fuego de la indignación pública.

La novia, por su parte, ha compartido su dolor y la angustia vivida, especialmente por el impacto que el ataque tuvo en su madre, quien inicialmente temió que la pintura fuera sangre.

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