Cerca de dos años han pasado desde que los huracanes Eta y Iota destrozaron gran parte de la zona norte de Honduras a finales de 2020, dejando a miles de familias hondureñas en la calle.

Desde entonces, las familias, muchas del litoral atlántico, tuvieron que abandonar sus casas, las cuales fueron cubiertas por el agua, el fango y los escombros que dejaron a su paso los fenómenos naturales.

En la zona de Cruz Valencia, en el municipio de La Lima, en Cortés, norte de Honduras, al menos 250 personas todavía viven en casas improvisadas con toldos y madera que fueron acondicionadas por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

Una de las afectadas es Angélica Canales, quien convive con cinco personas más en una pequeña casa donde apenas caben tres camas donde duermen de dos en dos para pasar los días.

"Es difícil porque nos ha costado comenzar desde abajo y haber perdido todo y volver a comenzar. Es peor con niños pequeños con los que quedamos prácticamente en la calle", comenta Canales a noticieros Hoy Mismo de Televicentro.

A cerca de dos años del desastre, algunas de las casas continúan dañadas, imposibilitando que sus dueños regresen.

Otros han abandonado por completo sus casas y comenzado una vida nueva, mientras que varios hondureños han decidido emprender la ruta migratoria en caravanas hacia Estados Unidos.

Las casa improvisadas no cuentan con los servicios sanitarios y de cocina, muchas de las personas cocinan y hacen sus necesidades fisiológicas fuera de sus viviendas.

"En un momento así tenemos que aceptar lo que nos den porque no tenemos para donde. Perdimos todo, quedamos en la calle", reitera Angélica.

Huracanes Eta y Iota

El 4 de noviembre ingresó al país el huracán Eta. Las fuertes lluvias desbordaron ríos y dejaron severas inundaciones sobre todo en la zona norte y occidente de Honduras.

Miles de hondureños quedaron damnificados, además, el fenómeno provocó derrumbes y cortes de carreteras.

El huracán Iota entró al país el 17 de noviembre, también descargando su furia en el norte y occidente del país que continuaban inundados tras el paso de Eta.

De acuerdo con datos oficiales, los fenómenos tropicales dejaron 4.5 millones de personas afectadas; 100 personas perdieron la vida y 11 se reportaron como desaparecidas.

De acuerdo con un informe que de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el paso de Eta y Iota dejó más de 45 mil millones de lempiras en pérdidas en Honduras.

Los huracanes Eta e Iota generaron una escalada de precios y un impacto severo sobre el comportamiento alimentario en Honduras, donde 2.4 millones de personas viven en crisis alimentaria, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

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