Las más recientes acciones de la presidenta Xiomara Castro, quien sancionó  proyectos de decreto aprobados por una junta directiva del Congreso que no tiene validez legal, podrían generar una tensión constitucional y, por consiguiente, conducir a la necesidad de convocar a una "innecesaria" constituyente, de acuerdo con el análisis de abogados constitucionalistas.

¿Por qué? En primer lugar, es necesario comprender que los proyectos de decreto que aprueba la junta directiva del diputado del Partido Salvador de Honduras (PSH), Luis Redondo —que se juramentó sin quórum—, son inconstitucionales. En contra de ellos, cualquier persona jurídica o natural podría a presentar un recurso de inconstitucionalidad ante la Corte Suprema de Justicia.

Diversos sectores cuestionan la constitucionalidad de los decretos que aprueba la junta directiva de Luis Redondo. Foto: César Reyes / tunota.com

Ello, en consecuencia, trasladaría la crisis legislativa hacia otro poder del Estado.
"Tenemos un poder judicial mal valorado por la ciudadanía y por la clase política. Si la Corte emite un fallo desfavorable para ciertos intereses, ese poder tendría que soportar marchas, quemas, etcétera […] todo ello impulsaría un marco de inestabilidad", consideró Oliver Erazo en conversación con tunota.

En ese contexto, una vez roto el orden constitucional, la ciudadanía podría cuestionarse sobre la necesidad de instalar una constituyente. A criterio de Juan Carlos Barrientos, si la crisis del Legislativo no se soluciona pronto, "para allá vamos, hacia ese quebrantamiento, aún cuando no existe la necesidad de una nueva Constitución […] la que tenemos está bien".

"¿Qué es lo que quieren? ¿Eliminar o reformar artículos pétreos? Para ello está la figura del plebiscito y del referendo. ¿O qué buscan? Lo demás se puede modificar por la vía legislativa —con la mayoría calificada, es decir, 86 votos—. No tiene sentido ir a una Constituyente si directamente se le puede consultar a la ciudadanía, son más los riesgos que conlleva", dijo a este medio de comunicación.

Similar fue la opinión de Olban Valladares, quien, de hecho, formó parte del proceso constituyente que publicó la vigente Constitución. "Si la población se tomara el tiempo de leer nuestra Carta Magna se enteraría de que la Constitución es modificable en un 90 por ciento sin necesidad de una constituyente", explicó.

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Refundación […] ¿A qué costo?

Oliver Erazo, en su línea, arguyó que puede existir una intención orquestada de "demostrar que las instituciones no funcionan y, de ese modo, justificar su proyecto claro de refundación".

Xiomara Castro, en su primer discurso presidencial, enfatizó la necesidad de refundar el Estado. "Pero […] ¿a qué costo? ¿Para qué y para beneficiar a quiénes? ¿Por qué apresurar y presionar tanto el tema de la consulta popular? Ellos tienen el poder y, en consecuencia, la posibilidad de demostrar que son capaces de ejecutar una buena gobernanza", señaló.

La presidente Xiomara Castro ha sido enfática en su intención de refundar a Honduras. Foto: Bienvenido Velasco / EFE

Proyecto complejo y riesgoso

Un proyecto constitucional podría ser complejo y, si estuviese bien elaborado, su finalización demoraría como mínimo dos años.

En total, su realización constaría de cuatro pasos: la consulta, el proceso constituyente (quiénes conformarán la asamblea, ejes transversales del nuevo texto constitucional, etcétera), la entrega del producto y, en último lugar, el referéndum ratificatorio. En este punto, cabe mencionar, la ciudadanía podría desestimar su publicación.

Sin embargo, al igual que Barrientos, Erazo concluyó en que convocar a una constituyente —en un futuro cercano— conlleva muchos riesgos. "¿Realmente esa es la voluntad del pueblo hondureño? A mí me parece, más bien, que detrás de eso que ellos denominan 'nuestro proyecto' puede haber algo enredado y oscuro", añadió.

Por el contrario, "si ellos demuestran con los hechos y no con el discurso que la actual Constitución nos impide avanzar como ciudadanía, ahí sí estarán en su derecho de convocar a todos los sectores y que, posteriormente, estos se sometan a un procedimiento constitucional y democrático".

Sobre si conviene o no una nueva Constitución, las respuestas suelen ser subjetivas. En ese sentido, los constitucionalistas consultados por tunota explicaron que, antes de discutir sobre su necesidad, "lo primordial es respetar la actual Carta Magna y darle un tiempo adecuado a Xiomara Castro —y su gabinete— de propiciar un ambiente de paz, armonía, gobernabilidad y cohesión".

Por el contrario, indicaron, "lejos de recomponer el caudal constitucional correcto, terminarían de descomponer lo poco que quedaba".

Contradicción

Previo a las elecciones generales 2021, el expresidente Manuel Zelaya (2006-2009), esposo de Xiomara Castro, aseguró: "no es el momento adecuado para instalar una constituyente".

No obstante, diputados de Libertad y Refundación (Libre) allegados a la presidenta de la República, entre ellos Jari Dixon, parecen haberle dado un giro de timón a su discurso. "Siempre ha sido un objetivo la constituyente […] es un reclamo de la población, pero más que todo una necesidad. Tenemos una Constitución que ha sido violentada y es ahí donde vemos esa necesidad. Aunque, bueno, tampoco vamos a imponerla. La constituyente tiene que surgir del acuerdo de toda la sociedad", expresó Dixon a tunota.

Oliver Erazo desestimó las declaraciones del diputado oficialista. "Ese es el problema […] ellos mismos se contradicen, ellos no pueden jugar con nuestra voluntad, ni hablar en nombre de ella".

"¿Quiénes son ellos para decir que 'es la voluntad del pueblo'? Ellos no conocen la voluntad y el deseo de los nueve millones de hondureños. La constituyente es proyecto de ellos", cerró.

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