Alejandro Kaffati, uno de los nuevos rostros del panel de analistas económicos del país, consideró que tenía cualidades bajo los tres palos, que podía llegar a ser un portero de fútbol profesional, aunque confesó que en algún momento "me comí seis goles y uno fue de chilena".

Defiende con vehemencia que tenía los reflejos para ser hacer una carrera como guardametas, pero se decidió por estudiar los fenómenos económicos y sociales que afectan al país, pese a que sus padres soñaban con que fuera un ingeniero más en la familia.

Pero, aseguró, como siempre ha sido un rebelde, se matriculó en la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras a espaldas de sus padres para cumplir sus anhelo de inciden en el futuro de la nación.

Kaffati, a sus 24 años, es investigador económico junior del Foro Social de la Deuda Externa de Honduras (Fosdeh), y a su temprana edad se ha vuelto una constante fuente de consulta de los medios de comunicación sobre la realidad y efectos de las políticas públicas en esa materia del país y en esta entrevista con tunota, hizo un repaso de su historia.

¿Se miraba como un veinteañero que cuestionara las decisiones en materia económica del gobierno?

Para hacerle honesto, no. Cuando yo estudié en el colegio el Bachillerato en Ciencias y Letras, las clases de ciencias sociales me resultaron interesantes y me había encantado de las decisiones del Banco Central de Honduras y algunas otras instituciones, pero nunca me visualicé como objetivo se parte de ámbito de la agenda pública en materia económica, en materia social o anticorrupción.

Sin embargo, con la incorporación al Fosdeh, con la formación universitaria y la vinculación que tiene economía con los temas sociales a mí me pareció oportuno formar parte de estas discusiones, más que todo por un relevo generacional en el gremio, que, desafortunadamente o afortunadamente muchos colegas ya están bastantes grandes; entonces, yo miraba la oportunidad de que los jóvenes nos involucráramos en estos temas y Fosdeh fue el vehículo.

¿Cómo ingresó al Fosdeh?

Tengo una historia bastante particular, yo ingresé al Fosdeh , luego que miembros de la Asociación de Estudiantes de Economía miramos que debíamos generar discusiones sobre la realidad nacional , nos involucramos de lleno con el trabajo de Fosdeh y de otras instituciones, me fui empapando del trabajo que hicimos en dos años en la Asociación sobre el trabajo que hacía Fosdeh y una vez que se me da la necesidad de emprender una práctica profesional no lo pensé más y solicité la práctica en el Fosdeh.

Afortunadamente, don Mauricio Díaz ( director del Fosdeh) y don Raf Flores (subdirector), que en paz descanse, fueron quienes me atendieron, quienes me entrevistaron y me dieron la oportunidad de iniciar como practicante acá.

Terminé la pasantía o práctica y luego sale la oportunidad laboral por medio de un proyecto específico sobre la generación de energía, eso fue en 2017 y desde ese momento me he desempeñado como economista investigador.

Kaffati fue en aventajado estudiante de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

¿En cuantos años culminó la carrera?

Inicié a los 18 años y a los 21, luego de los seis meses de la práctica, ya estaba obteniendo el título en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en Tegucigalpa.

Como yo me vine bastante grande de San Pedro Sula, mis amigos hacían bromas que se me dificultaría ser amigos en Tegucigalpa porque no conocía absolutamente a nadie, así que no me quedaba más que otra que estudiar, así que matriculaba cuatro cinco clases por trimestres para distraerme y no estar de balde (desocupado).

¿Fue difícil el cambio de ciudad considerando que no conocía a nadie?

Para hacerle honesto, yo estaba en contra de este cambio de ciudad, que en parte se da por el cambio para estudiar y cambio del trabajo de mis papás. Yo, los dos primeros años no los soportaba en Tegucigalpa, porque tenía, de alguna manera, algunos planes en San Pedro Sula y uno tiene que reajustarse.

Luego de cuatro, cinco años en Tegucigalpa, fue la mejor decisión que pudieron tomar mis papás porque, aparte de abrirme las puertas como ciudad me ha dado la oportunidad de crece profesionalmente y personalmente y sobre todo desarrollarme en lo que me gusta, que es en el ámbito económico y social.

¿Por qué se tuvieron que mover sus papás a Tegucigalpa?

Mi mamá es ingeniero industrial y mi papá es ingeniero electricista y en 2013 hubo un recorte en la empresa en la que trabajaba mi papá y seis meses después de ese recorte, la única oportunidad laboral que se le presentó fue en Tegucigalpa y al ver que no teníamos un tipo de ingresos de manera fija y que se tomó de manera inmediata y que coincidía con mi salida del colegio.

¿Por el apellido Kafatti de su familia , que es un apellido de clase pudiente, pareciera que tienen la vida resuelta y que no andan buscando trabajo?

Yo siempre lo he mencionado, somos una familia de clase medio con los problemas propios, en un momento hay altos económicos, en otros momentos hay bajos económicos y eso es lo que, al final del día, me ha formado a mí y a buscar los procesos de cambio en económicos en la sociedad, porque, de alguna manera yo he vivido las realidades de los hondureños.

Siempre, aseguró, ha sido un joven que ha reclamado por los actos de corrupción en Honduras.

¿Qué tipo de carencias ha vivido?

Bueno, siempre hemos dependido del trabajo de un patrón, mi papá principalmente y cuando hacían recortes en empresas nosotros pasábamos aprietos económicos, pero debo ser honesto, tampoco pasamos hambre.

Pero, en esos casos, cuando se hacían algunos reajustes económicos se tenían ciertas carencias, como, por ejemplo, allá por 2004, cuando nosotros estábamos recién ingresando a la escuela con mi hermana y este de 2012 y 2013 que hubo el recorte que me mencioné en donde despidieron a mi papá que llevaba el principal ingreso al hogar y posteriormente el recorte de mi mamá y por eso nos venimos a Tegucigalpa.

Cuando se mueven a Tegucigalpa, sus papás asumían que iba a estudiar Ingeniería y que eso ayudaría a tener mejores ingresos, pero termina estudiando Economía

Consideré que las ingenierías estaban sobredemandadas como las ciencias contables, entonces, mis papás creyeron que por ahí se podía generar una oportunidad, pero yo me he caracterizado siempre por ser alguien rebelde, de alguna manera, por lo que me matriculé en Economía y hasta un año después les dije a mis papas y ya uno montado en caballo no tica más que salir adelante.

¿Qué le dijeron sus papás?

Al principio, un poco decepcionados porque los hijos mayores de mi familia habíamos estudiado ingeniería y nosotros con mi hermana rompimos ese paradigma, por decir algo.

Después llegó el momento de aceptación por parte de mi familia y entendieron que fue una decisión personal.

¿En qué casos fue rebelde?

Bueno, me involucré en los temas de organización estudiantil en la universidad, esto, obviamente, fue a espaldas de mis papás, pero, afortunadamente, siempre he tenido esa libertad por parte de mis papás de seguir aquello que considere más oportuno.

¿Cómo fue como estudiante?

Me gustaba mucho el deporte, mi paso en aspectos académicos, no fui el mejor, pero tampoco el peor en el colegio. Pero en la universidad si fui un buen estudiante, fui un estudiante sobresaliente.

Estudié en el Centro Técnico Hondureño Alemán el Ciclo Común, en San Pedro Sula por eso de que mis papás querían que estudiara ingeniería, pero luego estudié en San Vicente de Paul, me gradué de bachiller en Ciencias y Letras y ahí me convencí de mi interés por las ciencias sociales y económicas.

En 2019, Kaffati fue parte de un equipo de discutió la continuación de la Maccih en Honduras, pero el gobierno decidió cancelarla, lo que significó un duro golpe en la lucha contra la corrupción.

¿En qué consistió su trabajo con la Maccih?

En la formación del Observatorio de Justicia Penal que era uno de los objetivos de la Misión y en el ultimo ano de la estadía de la Maccih se trabajó en una estrategia en la renovación de la estadía de la Maccih cuatro años más, pero al final sabíamos que era una decisión que no dependía de nosotros como sociedad civil, sino que era una decisión del gobierno.

¿Si tuviera la autoridad para hacerlo, qué decisiones económicas tomaría para cambiar las que toma el gobierno?

Yo creo que se tendría que hacer un paquete de reformas económicas e institucionales porque todos estos elementos están relacionados y no podemos abordarlos de manera separada. Se necesita un fortalecimiento institucional para garantizar la independencia de poderes a través de mayor independencia financiera y política como el Ministerio Público para perseguir y sancionar el delito, especialmente la corrupción que es el talón de Aquiles para el desarrollo económico y social de Honduras.

También creo que es necesario crear un poder electoral, así como existen los poderes del Estado que garantice independencia de los partidos políticos en general, esto para fortalecer el Estado de Derecho.

Una vez fortalecido el Estado de Derecho, en el ámbito económico se requiere crear políticas públicas de desarrollo local y nacional en el sentido que las comunidades se vean directamente involucradas en el desarrollo del país para el cumplimiento de metas a mediano plazo que contribuyan a generar crecimiento del capital humano.

Hay que revisar los incentivos, y con eso no me refiero directamente a las exoneraciones, sino a mejor el clima de inversión para lograr que las empresas extranjeras coloquen sus capitales, poder identificar cuáles son los mejores nichos de ventaja competitiva en el mundo para poderlos explotar.

En el tema social, fortalecer la educación y salud, pero encaminado a este proceso de reforma económica.

¿Se deben regular los altos salarios de los funcionarios públicos?

Urge trabar una reforma una modernización para determinar las competencias y los criterios para formar el aparto y estatal y de esta manera que los salarios se aumenten de forma progresiva, eso implica una reforma al servicio civil.

¿Usted dice ser un futbolista frustrado?

Soy aficionado al fútbol, pero tengo un sueño frustrado de ser un portero profesional, los porteros son claves y pasan desapercibidos.

¿Está frustrado por falta de oportunidades o por falta de reflejos?

No, por falta de oportunidad y por decisiones propias.

¿Cree que tenía condiciones?

Bueno, uno siempre cree que es el mejor en lo que hace, tampoco era el mejor, pero no era el mas “chasta” ( malo). Incluso, fuimos campeones con la Facultad de Economía en un torneo de facultades y yo era el portero, pero siempre le apostaba al tema de los estudios porque me podía dar más a largo plazo.

¿Alguna vez le metieron una goleada?

Uy…en un partido contra una facultad de las de ingeniería me comí seis goles y hasta uno de chilena, fue de los más humillante que he tenido en mi corta carrera como deportistas, si lo podemos llamar así.

Junto a sus padres y su hermana cuando vivían en San Pedro Sula.

¿A dónde se visualiza en 20 años en el tema profesional?

He tenido una idea de tener una experiencia académica en el exterior, ampliar conocimiento, es algo que estoy haciendo en este momento. Yo siempre me he visto un potencial ministro o asesor pata el presidente que, como alguien a un cargo de elección popular, mi trabajo debe ser siempre técnico.

¿Y en el ámbito personal en qué momento considera formar un hogar?

De momento no, apenas tengo 24 años, ahorita estoy soltero, y creo que primero hay que formarse mejor, tener mejores opciones de crecimiento; creo que 35 años es una buena edad para formar un hogar.

¿Cómo han contribuido a su formación Muaricio Díaz y cómo lo hizo don Raf Flores?

Don Raf marcó mi vida profesional y personalmente, siempre le apostaba por la juventud y con él aprendí lo que en la universidad no le enseñan, los temas de los fenómenos de las coyunturas políticas y económicas y en el caso de don Mauricio me ha dado la oportunidad de crece profesionalmente, en realidad, ambos, me han ayudado a crecer.

Perfil

Nombre : Alejandro Josué Kafatti Aguilar

Edad: 24 años

Fecha de nacimiento: 1 de abril de 1996

Profesión: licenciado en Economía de la UNAH

Padre: Ronald Eduardo Kaffati

Madre: María del Carmen Aguilar

Hermana: Lucía Kaffati