El 'año viejo' en Honduras es considerado como una de las tradiciones más comunes por el significado detrás de las costumbre que muchos mantienen cada 31 de diciembre.

El 31 de diciembre es un día muy emotivo para algunos, pero eufórico para otros, ya que al comenzar un nuevo año podemos dejar atrás todos los problemas, dolores y buenos momentos del año viejo, y también esperar con ansias lo que nos trae la vida.

Es precisamente esto lo que representa el año viejo o monigotes el 31 de diciembre, el adiós de esos momentos que no queremos recordar al llenar un muñeco hecho en casa que está repleto de pólvora por dentro.

Hombre incendia el año viejo afuera de su casa en Honduras. Foto: Diario Roatán
Hombre incendia el año viejo afuera de su casa en Honduras. Foto: Diario Roatán

Como es común para los catrachos el muñeco no siempre es un simple muñeco, sino un personaje que causa odio en la ciudadanía, es por eso que usualmente se les coloca la cara de algún político.

Monigotes de Mauricio Oliva, Juan Orlando Hernández y Papi a la Orden. Foto: Primicia Honduras
Monigotes de Mauricio Oliva, Juan Orlando Hernández y Papi a la Orden. Foto: Primicia Honduras

A pesar de que la pólvora en el país está prohibida por los peligros que representa, los cohetes nunca faltan el 31 de diciembre, especialmente porque son los que hacen explotar e incendiar el monigote o año viejo a las 12:00 de la noche.

Si bien muchos consideran esta práctica divertida, no muchos conocen de dónde viene esta tradición que se hace no solo en las zonas urbanas, sino también en las rurales.

Origen del 'año viejo' en Honduras

El origen de quemar el año viejo no es claro, ya que es una tradición que se da en toda Latinoamérica, aunque en muchas fuentes se asegura que la tradición comenzó en Ecuador.

Según varios historiadores, la tradición tiene varios orígenes según la razón por la cual se quema: puede ser política, sanitaria y hasta puede tener un origen religioso.

Algunas teorías del historiador, Modesto Chávez Franco, explican en su libro "El Verdugo" que la tradición comenzó inicialmente en Semana Santa por los misioneros españoles, quienes armaban muñecos grotescos llenos de paja para quemar.

Estos muñecos eran en representación a Judas Iscariote, quien es conocido en la religión cristiana por traicionar a Jesús en la última cena y venderlo a los judíos que lo terminaron crucificando.

Esta teoría pudo haber sido cambiada al pasar los años, cambiando la fecha en la que se hacía y también los personajes.

Comúnmente en Honduras y toda Latinoamérica, se utilizan monigotes en referencia a los políticos. Este 2022 se espera que los muñecos a quemar sean: Xiomara Castro, Manuel Zelaya, Juan Orlando Hernández, y otros políticos protagonistas de este año.

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