Una compañía minera asumió su responsabilidad tras destruir en mayo pasado unas cuevas prehistóricas habitadas por aborígenes hace 46 mil años en Australia Occidental.

La empresa Río Tinto, por medio del jefe ejecutivo, Chris Salisbury, dijo que "hubo un malentendido", sin dar respuesta directa a la pregunta de si la empresa sabía que los dueños históricos de estas tierras no querían su destrucción, publicó Noticias RT.

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Salisbury indicó que quería reparar relaciones con los dueños históricos, pero se negó a decir si se están considerando indemnizaciones.

Sin embargo, el domingo Salisbury pidió perdón por los "sufrimientos causados".

La compañía realizó trabajos con explosivos para ampliar su extracción de hierro en la región de Pilbara y fue hasta el 15 de mayo que los pueblos aborígenes Puutu Kunti Kurrama y Pinikura se enteraron de la detonación.

Posteriormente, manifestaron que con esa demolición "les destruyeron el alma".