Hace 18 años la familia Rodas Oliva quedaba incompleta tras el secuestro de la pequeña Yenifer Sarahi Rodas, quien con tan solo 3 años de edad fue separada de su familia en el Hospital Escuela de la capital de Honduras.

No obstante, lo que la vida le tenía preparado a esta familia lo resumen a que "los tiempos de Dios son perfectos", así que a pesar de luchar por encontrar a la pequeña, aceptaron "la voluntad divina". 18 años después todos sonrieron de nuevo.

Las primeras personas que Yenifer volvió a ver fueron su abuela y hermanos, que le informaron que ya no tenían padre ni madre, que había fallecido, su madre llevaba 4 años de haber partido y su padre 8. Lamenta no haberlos podido abrazar de nuevo.

El secuestro de Yenifer

"Miriam mi hija andaba con Yenifer en el Hospital Escuela, cuando una pareja le tira un líquido en la cara que hizo que se desmayara por unos minutos, cuando ella vuelve en sí, la niña ya no estaba, es cuando ella viene a mi casa y me cuenta lo que pasó; fuimos de nuevo a buscarla, al no encontrarla nos trasladamos a poner la denuncia, nos fuimos a la DPI (Dirección Policial de Investigaciones), que antes quedaba en Lomas del Guijarro", fueron las palabras de Reyna Montoya, abuela de Yenifer, en comunicación con tunota.com.

La abuela de Yenifer siempre mantuvo la fe de poder algun día volver a ver a su nieta, a quien amaba y recordaba en el paso de esos 18 años sin saber su paradero.

"Yo nunca perdí la fe, recuerdo que Miriam llegaba temprano a la casa llorando y decepcionada, y yo -le decía- 'come', porque yo vendía burritas a los comederos, vendía entre 30 y 40, también me iba con un balde lleno de fresco para poder vivir, entonces solo a mí se me acumulaba la carga, no podía seguir buscando sin un peso en la bolsa a mi niña", agregó la señora.

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Al pasar tantos años en plan que tiene la vida para cada persona es distinto, ya que la forma de su reencuentro es un claro ejemplo del dicho: "no es a tu tiempo ni a mi tiempo, es al tiempo de Dios", sostiene esta familia catracha.

"Nosotros nos enteramos por un tío de ella, se llama Armando, que le aviso al hermano mayor de ella, Jordi, a lo que recuerdo que una vez me dijo ahí está Sarahi en un internado en la Reynel Funez, estoy seguro que ella es, lo que pasa es que les quitan el pelo, las rasuran y después se le sembró la duda, dice que después él llegó a preguntar si estaba allí y le contestaron que no estaba y que no era ella".

La reacción por parte de la familia Rodas Oliva fue de sorpresa, pues el 15 de marzo de 2021 se dio su reencuentro y fue algo emotivo, lleno de lágrimas, pues al verse después de tanto tiempo las emociones estaban a flor de piel.

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"Ja, ja, ja, fue algo divertido, ya que ella nos apuntó y nos abrió las puertas de la casa hogar, entonces ella como nunca nos había visto no reacciono al instante, fue hasta que la madre de ahí le dice, amor ella es su familia, no se emociona al verla, vine y fui la primera en abrazarla y empece a llorar de alegría, yo no la quería soltar, no se imaginan lo que yo sentí", dijo la abuela.

La señora hoy da gracias a Dios porque le dio vida para volver a ver a esa persona que hacía falta en su corazón. "Yo le oro a Dios, Él me hizo el milagro a mí para poderla encontrar, era una cuenta pendiente que yo tenía, ya que siempre fui la más interesada en que ella apareciera, porque me dolía lo que le había pasado a ella y a mi hija Miriam".

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"El amor por ella ha aumentado porque ya la tengo en mis manos, nunca perdí la fe de encontrar a mi niña", sentenció la abuela de Yenifer, en su relato.

"Nosotros somos una familia que nos hemos criado en la calle, sin vicios, yo siempre quise buscar a Sarahí, pero estaba esperando el momento correcto para hacerlo, ya que en estos momentos no tengo la capacidad económica", dijo el hermano mayor de Yenifer.

"Cuando cumplí mis 18 años, acepté mi realidad, que yo nos lo tenía, confirmándome a mí misma una vida prácticamente sola, lo único que tenía era mi familia la que me crió en el hogar", dijo la jovencita.

Dentro de la asociación centro Integral Fe, Esperanza y Amor, sitio que dio la bienvenida a ella y la trató como un hogar, dijo esta hondureña, "fue perfecto, gracias a Dios caí en buenas manos, ellos me han criado y me han criado como hija, yo los trato como padres, como mi papi y mi mami, incluso realmente a todo el hogar porque somos pocos, somos 25 niñas, crecimos todas diciéndole papi y mami, entonces ha sido un ambiente familiar".

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Yenifer afirma que estaba en una pelea mental al saber y tener enfrente a su familia, 18 después, algo de película. "Sentí confusión, un balde de agua cayó sobre mí, no me lo esperaba, y creo que todo va a llevar un proceso".

Un reencuentro digno de alfombra roja fue lo que sucedió en la familia Rodas Oliva, con la llegada de esta integrante, quien nunca fue olvidada y cuyo recuerdo permaneció pese al paso de los años en el corazón de cada uno de sus hermanos, padres (QDDG) y abuelos.