Ya sean solo una historia para asustar a los niños o una verdad innegable, los cuentos y leyendas de Honduras han aterrado a los hondureños por muchos años de generación en generación.

Dependiendo de quién la cuenta, estos relatos son tan ciertos como lo que está escrito en piedra, o simplemente es un mito contado por abuelas para asustar a los niños.

Sin importar el origen de estos cuentos y leyendas, la tradición oral del país, les ha permitido formar parte del folclor hondureño e incluso centroamericano, ya que muchas de estas historias, existen en otros países latinoamericanos.

Actualmente, estas leyendas han inspirado numerosas recreaciones y producciones radiales, televisivas y cinematográficas. El principal exponente hondureño, fue el periodista Jorge Montenegro, con su programa "Cuentos y Leyendas de Honduras".

Los efectos especiales y las habilidades de narración y locución de Montenegro, convirtieron estos relatos y este programa en un clásico en los medios de comunicación hondureños.

Estas leyendas son las más conocidas en el país, sin embargo, hay muchas más que provienen del interior del país.

Leyendas cortas de Honduras

La Llorona

Hay numerosas producciones cinematográficas que cuentan su versión de La Llorona. Foto: Espinof
Hay numerosas producciones cinematográficas que cuentan su versión de La Llorona. Foto: Espinof

Similar a otras historias, muchas personas confunden este relato con la temida 'Sucia' de las leyendas. No obstante, su historia, igual de trágica, es distinta.

Cuenta la leyenda, que en las noches de luna llena en los pueblos del interior, se escuchaban los gritos y quejidos de una mujer que lloraba a altas horas de la noche por las calles, pero nadie osa a ayudarla.

El relato de la Llorona, se dice que surge cuando una bella mujer, por amor se casa con el hombre de sus sueños, pero ya estaba casado. Al pasar de los años, la pareja tuvo hijos, pero el hombre nunca iba a pertenecer verdaderamente a su familia alterna. Se dice que el hombre eventualmente abandonó a la mujer, y por su tristeza, esta decidió ahogar a sus hijos en el río.

Por las noches se escucha el sollozo, ¡Ay mis hijos!, de la Llorona que con un vestido de novia se pasea por las calles solas, buscando quitarle los niños a aquellas personas que se atrevan a salir.

La Sucia

Algunos dicen haber visto a la sucia en las pilas de sus casas. Foto: Honduras.com
Algunos dicen haber visto a la sucia en las pilas de sus casas. Foto: Honduras.com

Según cuenta la leyenda, esta historia tiene origen en Santa Bárbara cuando en busca de aterrorizar a los hombre mujeriegos y "tunantes", la sucia espera en el río para engañar a aquellos que intenten conquistarla.

El primero en ver el horrible rostro de la Sucia, a altas horas de la noche, salió de la casa de su novia y al pasar por el río, a lo lejos observó la bella figura de una mujer en un vestido blanco.

A pesar de tener pareja, el hombre se acercó con el objetivo de conquistarla y saber su nombre; al acercarse, la mujer nunca le dio la cara. El joven le habló con palabras seductoras a la mujer, sin embargo, al no tener una respuesta, el hombre lleno de enojo y arrogancia, volteó a la mujer para ver su rostro.

Se dice que esa noche se escuchó el alarido más fuerte y horroroso de todos en el pueblo. La mujer con una mirada despiadada y un grito, asustó al hombre que en minutos, se encontraba de nuevo en las calles, tratando de explicar acelerado su historia.

Aún se podía ver a lo lejos La Sucia, lavando su ropa en el río, en busca de los hombres mujeriegos que quieren engañar a sus parejas y esposas.

El Cadejo

El cadejo negro puede matar a las personas que sean de mal corazón. Foto: Red Honduras
El cadejo negro puede matar a las personas que sean de mal corazón. Foto: Red Honduras

El cadejo es en realidad la leyenda de dos criaturas, el cadejo blanco y el cadejo negro, guardianes de los viajeros de noche, vagabundos y borrachos.

Se dice que el cadejo blanco fue creado por Dios, y el negro creado por Satanás. Lo que representa una lucha entre el bien y el mal.

El cadejo blanco se encarga de cuidar a aquellas personas que se encuentran caminando las calles solas por la noches. El cadejo blanco, si bien puede asustar, su objetivo es advertir al humano de su comportamiento.

En cambio, el cadejo negro quiere atacar a las personas y herirlas, no obstante, se encuentra en una pelea constante con el cadejo blanco por tratar de salvar a aquellas personas de buen corazón.

La Siguanaba

Algunas versiones de la leyenda cuentan que esta mujer puede matar de un susto solo con verle la cara. Foto: Hago mi tarea
Algunas versiones de la leyenda cuentan que esta mujer puede matar de un susto solo con verle la cara. Foto: Hago mi tarea

La historia de la Siguanaba, trata de una de las mujeres más bellas, Sihuehuet, que cautivó la atención del dios Tlaloc, del cual quedó embarazada.

Después de tener a su hijo, Sihuehuet se convirtió en una madre descuidada que no quería a su hijo, por lo que luego huyó con su amante y abandonó a su esposo y único hijo.

Por su arrogancia, Tlaloc castigó a la mujer con un embrujo, haciendo que de lejos se viera como la mujer más hermosa, pero de cerca tuviese el rostro de un caballo o calavera.

Sihuehuet, ahora llamada Siguanaba, va en busca de hombres mujeriegos, los atrae con su belleza hasta un abismo y los guía hasta su muerte.

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