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Son incontables los baches que se deben vencer en el tramo que desde La Esperanza, en el departamento de Intibucá enfrentan los conductores para llegar a Santa Rosa de Copán, Copán, en el occidente de Honduras.
De los 125 kilómetros de trayecto, el 52% (62 kilómetros) está destruido, obligando a los conductores a hacer maromas para librarse de los cráteres.
A esto se suman los hundimientos y fallas que dejan al descubierto el abandono de esta red vial primaria durante varios gobiernos.
El tramo más afectado se ubica entre Yamaranguila y San Juan, Intibucá. En esos 47 kilómetros se ha perdido el asfalto.
"Es un dolor de cabeza transitar entre Yamaranguila y San Juan, Intibucá", dice a tunota, Jaime Castellanos, hotelero de La Esperanza, en Intibucá.
Pero esta ruta es utilizada además por los pobladores para llegar hasta Gracias en el departamento de Lempira, Santa Rosa de Copán en Copán y Ocotepeque.
"Es el mejor tramo para llegar a esos puntos del occidente porque irse por San Pedro Sula, es otra carrera de obstádculos e implica dos horas más de camino", señala Suyapa Duarte, vecina de Ocotepeque.
El plan de bacheo del Gobierno de Xiomara Castro aún no llega a esta zona y los pobladores reclaman porque dicen que debe atenderse.
"Que no olviden que este es un punto clave para la región y por lo tanto, no nos pueden dejar en el olvido", asegura Carlos Cruz, conductor de buses en San Juan Intibucá.
Una odisea
"Está despedazada", lamenta Osiris Medina, vecina de Gracias, Lempira, quien recorre ese tramo una vez a la semana para llegar a La Esperanza, su sede de trabajo.
Son esos 47 kilómetros de los 125 hacia Santa Rosa los que están más destruidos. El asfalto se perdió; lo que hay es una carretera de tierra.
Los hoyos son tapados por pobladores con tierra para ayudar a que los vehículos no se dañen.
"La gente tapa los hoyos como medio para ganarse la vida, pero no todos les dan de uno a cinco lempiras por ese trabajo. Queda a conciencia de cada conductor", dicen los pobladores de San Juan, Intibucá.
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