El hombre que prefirió el anonimato, relató a medios locales que debido a que no tenía que comer en su casa junto a sus abuelos, decidió salir a capturar a los tres reptiles.

"Ya no había nada en la casa de que comer, entonces yo salí a buscar tres animalitos para comérmelos con mi familia. En eso, mire que venían los de la DPI y me capturaron", relató.

El individuo aseguró que era primera vez que cazaba este tipo de animales, ya que él se dedica a la venta de verduras y a la albañilería en Comayagüela, Francisco Morazán, de donde es residente.

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De igual forma, indicó que la gente lo conoce por "buena persona" y aseguró que estaba detenido injustamente. El ciudadano fue trasladado a los tribunales de la ciudad de Choluteca.

Finalmente, detalló que el juez le impuso una multa económica de 20 mil lempiras por encontrarlo responsable del delito de daños a especies en peligros de extinción.

El costo de las iguanas y garrobos es de entre 300 y 500 lempiras, dependiendo el lugar donde los compre.

La Ley

El artículo 171 de la Ley Forestal de Áreas Protegidas y Vida Silvestre considera como delito la captura, cacería, comercialización, tráfico, muerte, daño de cualquier especie, llámese esta terrestre, aérea o marítima.

En municipios de Choluteca y Valle, son las zonas en donde con mayor frecuencia se realizan los decomisos de animales silvestres.

En el sur del país la mayor parte de animales que son víctimas del tráfico ilegal son pericos, loras, tucanes y guaras, iguanas y garrobos.

Las iguanas y garrobos viven en zonas de vegetación espesa y en altura, sean manglares, selvas, pastizales y riberas de ríos.

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