Ha pasado casi una semana desde la muerte de un hondureño identificado como Félix Velásquez de 42 años, quien supuestamente fue atacado por una jauría de perros en Valle de Ángeles, Francisco Morazán.

En ese sentido, tunota.com se comunicó con Martha Matamoros, propietaria de los perros que están siendo señalados y quien sostiene que sus mascotas no fueron las responsables del mortal ataque. Al mismo tiempo expresó su preocupación debido a la situación por la que atraviesa su familia.

"No como por la preocupación. Estamos ante la situación de una muerte y tenemos dos panoramas, una familia que está sufriendo la muerte de un familiar y otro de una familia que llegó hace más de 15 años a Valle de Ángeles y que está sufriendo por lo que la acusan. No sé qué es lo que pasa", contó Matamoros.

La profesional del derecho indicó que tiene la esperanza de que el nombre de su familia sea limpiado a través de las averiguaciones que den con los verdaderos responsables, según ella, del ataque.

"Mis primeros dos días fueron con dolor, ahora tengo la fe puesta en que Dios me va a resolver esto. La verdad de todo esto es que siento que es una persecución contra nosotros, que nos quieren sacar de la aldea", añadió.

Según Matamoros, el hecho ocurrió a unos metros de su propiedad, por lo que duda que sus mascotas hayan sido las responsables del mortal ataque.

"Quiero que den el examen que determine cuál fue la causa de la muerte de él (Félix Velásquez) porque si fue por ataque de perros se puede hacer la investigación sobre los perros que fueron, porque hay muchos en la aldea", dijo al tiempo que dijo estar dispuesta a colaborar con las autoridades.

La víctima era un conocido en la aldea

Por otro lado, Matamoros, recordó que Félix Velásquez era un conocido en la aldea El Sauce en Valle de Ángeles y tenía problemas del alcohol, tanto que incluso lo encontraba dormido en la puerta de su propiedad.

"No escuché nada, ni los gritos. Creo que hasta los vecinos hubieran escuchado algo. Él era indigente, frente a mi portón se quedaba dormido. Bebía bastante y ya los perros ya sabían quien era, pero nunca lo atacaron porque lo conocían", manifestó.

Finalmente denunció que algunos habitantes de la zona la han acusado de haber puesto la tarea a uno de sus empleados de limpiar el hocico a los perros y así evitar que encontraran rastros de sangre, algo que según su testimonio, no ocurrió.