Francis Contreras se volvió quizá el rostro mediático del año 2020 en Honduras. Y no por hacer bailes en TikTok o llamados públicos a la insurrección o por hacer un gol de campeonato, sino porque, por los azares del destino, como él mismo lo ha definido, comenzó a brindar la actualización de casos covid en Honduras.

Cada noche, toma una de sus camisas blancas de la Arsa, después de montar los datos para salir al aire por todos los canales, radios y webs del país. Vaya privilegio, aunque quizá corra el riesgo de terminar siendo un sticker en WhatsApp.

Ex viceministro de salud en el gobierno anterior, Contreras está ahora a cargo de la Agencia de Regulación Sanitaria, la Arsa, una oficina técnica en la que se le da luz verde a todo lo que tenga que ver con el orden de la salubridad, clínica, alimenticia y médica. Hoy tenemos una buena plática con Francis Contreras EN PRIMERA PLANA.

Doctor, ¿cuéntenos qué fue lo que motivó a estudiar medicina?

“Soy originario del occidente de Honduras, de Cucuyagua, Copán, Un pueblo que queda entre El Salvador y Guatemala, en la carretera Panamericana que fue construida en los años 60, entonces queda muy desconectada de la zona central y norte que estaban más desarrolladas en el país. Estamos hablando de una zona eminentemente rural.

“Soy hijo de un maestro, en un pueblo clásico hondureño, sin energía eléctrica, donde las figuras más sobresalientes siempre fueron el maestro y el médico. Creo que eso me llevó a tener una admiración hacia el profesional de la salud, eso marcó mucho. También la influencia de mis padres porque no teníamos en la familia cercana ningún profesional médico.

“Cuando yo llego a la secundaria, desde que estaba en primer curso, ahora séptimo grado, siempre estuve enfocado que iba a estudiar medicina. Salí del bachillerato de una escuela y colegio público. Vine a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en los 80’s y desde el primer día no tuve dudas en estudiar medicina”.

 Me llama la atención, ¿cómo fue su niñez en eso que llama ruralidad?

“Son de los años más felices que recuerdo. Mi casa estaba a dos cuadras de río. Después de la escuela iba a dar un chapuzón en el río. Jugaba pelota (fútbol) en la calle porque no había carros, jugaba mables. Ahora es muy diferente, un municipio con sus calles adoquinadas. Pero estamos hablando de infancia muy sana, en la calle, donde si iba con todos los anuncios a subirse a un palo de mangos, de todos los vecinos para ver que árbol tenía los mangos más sabrosos.

“No hace mucho recordamos con otros amigos a un amigo que falleció a causa del covid y estuvimos recordando cuando íbamos a las moliendas, a cortar café, al potrero. Ir a ensillar las bestias porque al siguiente día había viaje, y ese es trabajo de niño, no de adulto y eso siempre lo hacía con los amigos, allí iba uno de “sacón” como dice mi mamá.

“Esa infancia se ha roto por la tecnología. Fíjese que cuando me tocó trabajar en la frontera de Honduras con El Salvador, la gente a veces añora la energía eléctrica y esas cosas, y rompe esa magia que tiene el área rural, porque no mirábamos porque no existía cable ni energía eléctrica, entonces los niños no estábamos pegados a un monitor viendo caricaturas, sino jugando en la calle, sino cortando frutas en los árboles y haciendo juegos colectivos.

“Hoy los juegos colectivos son frente a monitor conectados con gente que ni se conoce”.

Y en sus inicios en la carrera o en el servicio social cómo médico ¿qué recuerda en especial?

“Cuando yo vine a la UNAH y a los que veníamos de Copán, nos hacían un poco de bullying por el cantadito que teníamos al hablar. Nos distinguían por las cosas que comíamos y por la forma cómo hablábamos.

“Aquí en Tegucigalpa, solamente existía un lugar donde hacían atol chuco y ticucos, que es algo que nosotros comemos mucho. Allí por el Ministerio de Salud había una cafetería que se llamaba El Horóscopo, y allí era el lugar donde nos reuníamos los copanecos. Éramos un segmento estudiantil diferenciado.

“En los 80’, usted tenía en la UNAH los que era de Copán con el cantadito, estaban los que eran de la costa norte, los de “janpedro”, los olanchanos y los capitalinos. No sé si ahora existen esos grupos, pero antes eran famosos esos grupos. Y era una reunión fija cuando a alguien le mandaban los ticucos…

Tal vez era una forma de extrañar menos ¿no?

“Claro, claro. Porque costaba llegar hasta Copán. Teníamos que irnos en los buses de la Sultana, que todavía existe y por allí mismo le mandaban su cajita, su encomienda. Así como la canción de Guillermo Anderson, es algo que vivimos en los estudiantes universitarios de los 80’s con los productos nostálgicos.

“Luego me voy a hacer el servicio social a la frontera con El Salvador, en los 90’s, y tampoco había energía eléctrica, y tampoco había buses, era como regresar a mi infancia, una completa ruralidad en Candelaria, Lempira, era la calle de tierra, no había radio de Honduras, todo era salvadoreño. Me quedé trabajando allí ocho años. Vi todo el proceso cuando llegó la energía eléctrica y con ello ver cómo cambió la niñez del sur de Lempira, que pasaron de la calle a ver Cartoon Network a las 7:00 de la mañana.

“Yo era el único médico de todo Candelaria, de toda la zona de sur Lempira. Y vi como de un día para otro dejaron de jugar en todo el pueblo. Y se pasaron a ver las caricaturas todo el día, no como cuando me tocaba a mí, que era una hora fija” …

Sí, era franja fija…

“Sí, yo agarraba un periódico y me iba a ver la sección de caricaturas, había horarios para cada casa. No es como hoy que todo es exclusivo.

“Trabajé en el área rural con ONU, FAO, PNUD. Esta profesión le permite a uno trabajar en dos horarios. Lo hacía en el día con estas organizaciones y en la noche como médico de guardia. De hecho, mi trabajo sigue siendo en Hospital del Occidente y estoy de licencia acá, sin sueldo (del hospital), porque la gente piensa que uno tiene doble sueldo. Y esas cosas de la vida me han llevado a trabajar en desarrollo rural y como médico.

“Esos azares del destino me llevaron a trabajar en el Ministerio de Salud. En el año 2014 el presidente Juan Orlando Hernández me llevó a ser viceministro en el área regulatoria. Yo estudié salud pública después de la carrera de medicina y estando como viceministro vimos la oportunidad de la ola de modernismo de separar el ministerio de Salud del tema regulatorio”.

En este punto, el doctor Contreras, nos comienza a llevar como es que nace la Agencia de Regulación Sanitaria (Arsa)…

“Fue así que comenzamos a trabajar en una agencia que se encargara exclusivamente de regular los productos de interés sanitario, como lo hace, por ejemplo, en Estados Unidos, la FDA (Administración de Medicamentos y Alimentos, en español), que regular y que está completamente independiente porque es eminentemente técnico, porque se sale de la atención del servicio de salud.

“La Arsa, es una agencia nueva, que recién tiene tres años. Nosotros trabajamos en el diseño del proceso técnico de esta institución y luego el presidente me dijo, ya que lo diseñaste, vas a dirigirla. Acá en la Arsa se regulan los alimentos bajo la normativa internacional, los procesados sobretodo, también los medicamentos, los insumos sanitarios, los dispositivos médicos. Todos los alimentos que consume la población, no es solo lo usa el Ministerio de Salud, sino todo lo que usted pueda encontrar en un supermercado, una farmacia o que usted mismo pueda fabricar.

“También regulamos todos los productos que elaboran los emprendedores, la gente de los bazares, el Bazar del Sábado, las ferias de emprendedores que son una buena ventana para el país en medio de esta crisis que esperamos superar. Esa es la función de la institución en la que estamos trabajando. Y por esos azares del destino, fuimos a chocar con esa cuestión de una vocería (del Sinager), que eso fue una cuestión extremadamente accidental”.

Bueno, esa historia la debe de contar… ¿cómo es que termina dando la cadena con los registros covid del día?

“Fue un accidente. Cuando la epidemia arranca en el mundo, el presidente convoca a todo el gabinete y explicó la distribución para que no todos nos concentráramos, sino que abarcáramos todo el país. A mi me estaban mandando para San Pedro Sula, porque se esperaban que los focos más fuertes fueran allí y Tegucigalpa por su densidad poblacional.  

“Yo estaba listo para irme con mi maleta cuando, nos convocan a otra reunión a Casa de Gobierno y dijeron: ‘hay que establecer un toque de queda porque esto viene fuerte’.

“Entonces se determinó hacer la cadena con el decreto, pero presidente dijo que lo relacionado al covid, como el conteo, lo debía dar un médico, y yo era el único médico en la sala, así que me dijo: ‘buenos, Francis, te toca’. Bueno, yo no tengo problema, dije. Entonces salí a leer el decreto, y parece que lo leí bien, y me quedé con ello.

“En esa semana, hubo una cadena que leyó el doctor (Roberto) Cosenza y él se equivocó. Y entonces dijeron (en el consejo ministerial), ‘no, que siga Francis’, y así como cuando uno se hace 'conchudo', se va quedando”.

¿Qué pensó cuando vio el sticker en WhatsApp que salí usted diciendo: “no tengan miedo”?

“¡Jajajaja! Me tiré una carcajada. De pronto es que todo el mundo me empezó a mandar sticker. Lo que he visto es una evolución en los memes, le decía a mi hijo que antes solo era una línea, que el pocker face, después que eran fotos y ahora hasta vídeos. Que la Rana René con el ‘pienso en no sé qué y se me pasa’, luego unos de Obama. De repente es que hay aplicaciones para hacer stickers y empieza a salir uno.

“Entonces así me pasó, aparecen los stickers de ‘no tengan miedo’, ‘hoy hay cadena’” …

¿Y los tiene guardados?

“Es que no es broma, los colecciono y cuando me mandan uno nuevo lo guardo. Hay gente que piensa que yo me enojo y no, me causa mucha gracia. Admiro el ingenio del hondureño, nos causan mucha gracia y es bueno para la salud mental. Son momentos duros y podemos hacer un paréntesis y reírnos un poco, para bienestar nuestro.

“Son momentos duros, difíciles. A todos nos han fallecido seres cercanos y amigos por covid. A mí, compañeros, compañeritos de la Facultad de Medicina, colegas. A quién no ha tocado esta pandemia, no solo a usted y a mí, sino a todo el planeta, es necesario tener salud mental, higiene metal, paz mental. Imagínese que uno se enojara (por los stickers), es para estallar por la tensión que estamos viviendo.

“A mi me dan gracias, pero hay gente que a veces se pasa, pero es parte de aprender a tener tolerancia. Uno entiende la situación por la que se está pasado”.

Doctor, sea honesto… ¿cuántas camisas blancas de la Arsa tiene para ir a dar la cadena?, le pregunto porque son 7 días a la semana…

“¡Jajajaja! Creo que tengo cinco. Siempre las tengo allí en mi ganchito. Uno debe tratar de tener una buena presentación” …

Sí, sí. Pero es que como es una rutina ¿no? ¿Cómo se prepara para salir a cadena?

“Bueno, empieza en mi oficina. Yo estoy en mi oficina desde las 7 de la mañana. Estoy trabajando en Arsa, es la institución que me paga y que es una institución que ni siquiera tiene presupuesto del Estado, sino que sobrevive con los servicios que presta.

“Acá estoy trabajando y más o menos como a las 5:00 o 6:00 de la tarde, el Ministerio de Salud nos envía los datos del día, porque el procesamiento de las muestras es complejo, las pruebas de virología son bien complejas, la gente piensa que es como hacerse una prueba en un glucómetro. A veces nos han llegado hasta las 8:00 de la noche. Luego de que recibimos los datos, preparamos la presentación y nos vamos para Casa Presidencial que es desde donde se emite la cadena.

“Luego hay gente que me pregunta, qué por qué digo la hora. Mire, es que en medio de todo esto, la gente comienza a especular. Yo soy médico, no soy comunicador, me gustaría que la comunicación fuera más fluida, pero vea, si se demora la cadena, allí está la suspicacia, que, si se tarda, es que están maquillando las cifras. Si salen pocos datos, es que no están escondiendo las cifras y si salen muchos datos, es que nos quieren meter miedo. Entonces, dé el dato que dé, siempre va a hacer un cuestionamiento. Entonces por eso es por lo que mejor empezamos a dar la hora, para que vean que es en vivo y que no digan que es grabado y toda esa teoría de la conspiración” …

Bueno, sí, creo que también hay parte de esa división política que vivimos los hondureños y comenzamos a atacarnos desde las cosas más chicas ¿no?

“Pero no solo es nuestro país, es también todos los países. Nosotros platicamos con las agencias reguladoras de otros países y nos dicen que les está pasando exactamente lo mismo. Que hay una conspiración, que están confabulados con las compañías que están desarrollando la vacuna. Hay una teoría conspiracionista que ha existido desde siempre en la comunicación. Conspiraron que si el hombre fue a la Luna. Mire España, por ejemplo, lo que pasó con Miguel Bosé, que llamó a la gente a protestar en la calle, que el virus no existe, nos están engañando, etc.  

Ya llevamos más de media hora de plática. Francis se ha mostrado muy ameno, ha visto su reloj una vez solo para revisar una notificación y ha pedido por favor en una llamada que le llegó a su móvil, que le escriban para poder seguir atendiendo la entrevista. Muy educadamente me pide una disculpa y luego continuamos.

Doctor, ¿qué tuvo que ver Arsa en la compra de los hospitales móviles?

“Sí, lo voy a ejemplificar. Supongamos que usted es médico y que tiene un hospital privado que compra una máquina de rayos x. Cuando usted la trae, ese es un dispositivo médico que para poderla ingresar debe notificarlo a Arsa para poderlo desaduanar. A nosotros no nos interesa cuanto costó, todo el proceso de impuestos se hace con la SAR, a nosotros lo que nos interesa es el proceso técnico que incluye el tema técnico-sanitario.

“Hacemos la tecnovigilancia, la cual se genera en conjunto con las agencias reguladoras de todo el mundo, generamos una alerta y luego le decimos al dueño, que esa máquina tiene una alerta y que debe ser retirada y devuelta al fabricante.

“Pues en el tema de los hospitales móviles, nosotros fuimos notificados que venía el cargamento. Dimos la autorización del aduanaje y procedemos a hacer el proceso de tecnovigilancia del equipo médico que viene dentro del hospital.

“Pero parece que alguien pensó que nosotros éramos el agente aduanero, ¡jajajaja!

“Para nosotros este es un proceso diario, todos los que traen equipo médico pasan por Arsa. Probablemente la gente no está acostumbrada porque esta es una agencia nueva, pero este es un proceso que se hace en todo el mundo”.

¿Y en esa vigilancia que menciona, se incluyen, las mascarillas que ahora sin productos de primera necesidad?

“Si. La mascarilla es un producto de muy bajo riesgo, porque no todas las mascarillas llevan registros. Mascarillas siempre han ingresado al país. Las mascarillas se consideran de bajo riesgo porque no contienen reactivos que requieren de refrigeración. Hay mascarillas diferentes, no es lo mismo una quirúrgica que una N95 con válvula.

“Si usted quiere poner un negocio de mascarillas, usted nos debe informar a nosotros (Arsa) y nosotros vemos el fabricante y vemos si tiene condiciones, si tiene alerta o no. Si no es falsa. Hemos detenido gran cantidad de productos, no solo ahorita. Nos han querido meter productos con certificados falsos y bueno, allá que se entiendan con el Ministerio Público (cuando lo identifican), porque nosotros no somos un organismo punitivo, no vamos por el delito, sino que es una función técnica.

“Al inicio de la pandemia, las mascarillas se volvieron un producto de alto tráfico comercial mundial y empezamos a registrar, vimos el origen. Somos un ente regulador, no le puedo decir de cuál comprar, ni regular precios. Nosotros solo vemos el tema sanitario, eminentemente técnico”.

Tal vez lo comprometo con esta pregunta… ¿tiene alguna opinión sobre el manejo de la crisis por la pandemia en Honduras?

“Sí, se lo diré como médico. Esta pandemia ingresó al mismo tiempo en Honduras, en España y en Italia. La decisión de una cuarentena y una restricción de salir, también se tomaron casi al mismo tiempo. Italia, si mal no recuerdo, la tomó un 9 de marzo. España un 14 de marzo y Honduras un 16 de marzo. La diferencia es que cuando se tomaron estas decisiones, es que Honduras tenía dos casos, España tenía como tres mil, Italia como dos mil o más.

“Entonces yo veo la decisión drástica de tener un toque de queda, y usted ve que España e Italia, a pesar detener muchos recursos, tuvieron un colapso en su sistema sanitario. Nuestro sistema por supuesto está muy lejos de ser el mejor del mundo y menos lo voy a comparar con países europeos. Pero el colapso, que como médico veo, de España e Italia es increíble, algo que aquí no hemos visto.

“Me parece que la decisión de la cuarentena fue acertada. Ahora, la factura ha sido alta, porque el impacto de una temprano cierre ha tenido un impacto devastador en la economía. Y fíjese a usted, el promedio de Europa, que tuvo decisión tardía de cerrar, tuvo un impacto fuerte en la salud, con un increíble impacto. Pero uno ve el promedio de llegar al pico, fue de 37 días, fue ascendente.

“El costo nuestro no fue de 37 días, sino que más lento. No mire las pruebas PCR, porque uno puede tener una falsa percepción, miremos la cantidad de personas hospitalizadas. Miremos el congestionamiento en hospitales públicos y privados y si platica con colegas, le dirán que han sentido un bajón en las hospitalizaciones. Eso parece que ya llegamos al pico máximo, de marzo a la fecha”.

Doctor, le dejo esta percepción. Me parece que muchas personas escuchan noticias que las vacuna tiene éxito, que las vacunas están listas y eso hace que la gente se confíe y salgan a las calles. Entiendo, que el proceso de una vacuna no es inmediato, sino que, falta aún la fase más compleja de las pruebas. ¿Qué opina de esto?

“Lastimosamente no me gusta esta respuesta, pero mire, miremos estos 20 años de este siglo. Hemos tenido: H1N1, Zika, chikungunya, Ébola, SARS, MERS, Antavirus y el covid-19… ¿cuál va a aparecer en los próximos años? No sé.

“Puede que aparezca una vacuna… sí, puede ser que sí, y que nos volvamos a abrazar todos, ojalá quisiera eso. Pero la naturaleza nos está hablando, el mundo nos está hablando y tenemos que aprender a comportarnos con el planeta mismo. Siempre hemos estado a merced de los virus. Estos virus a veces son zoonosis, debemos tener más respeto por el reino animal. Aprender a vivir diferente.

“La vacuna, no creo que la tengamos en un corto plazo. Por otro lado, no hay garantía de que funcione en un 100 por ciento. Mire el VIH tenemos 40 años de tenerlo y todavía no tenemos vacuna. Hay que dejar que los científicos hagan su trabajo, pero también decir, que, una vacuna no es una cosa tan simple. Hay otras cosas como el distanciamiento físicos y el lavado de manos que nos ayudarán por ahora”.

Finalizó. Ya que está metido en un mundo de servicio en Arsa, en Sinager, en la salud pública, pero que también está cerca de las esferas políticas e integrante del gobierno, ¿tiene aspiraciones políticas futuras, ya le picó el gusanito político o no?

“No, yo dejo esto y “, dice y busca su mochila, saca su estetoscopio y me pregunta si lo logro ver en la vídeo llamada.

“Yo no lo dejo, porque yo soy médico. No soy político y ser funcionario es una cosa transitorio. Mi herramienta de trabajo es el estetoscopio. Hasta el final seguiré siendo médico, lo que ha sido el orgullo de mi familia, lo que a mis padres llena de orgullo. Soy médico y es lo que mejor sé hacer. Esto es una cosa transitoria, pasé por allá, estoy acá, estoy de vocero y no soy comunicador. Pero soy médico y me siento orgulloso de ser médico, me siento orgulloso del trabajo que están haciendo todos mis colegas. Felicito y reconozco el trabajo que mis amigos y colegas están haciendo porque es una labor titánica. Me siento orgulloso de ser médico. Y si vuelvo a nacer, volvería ser médico. No hay mayor satisfacción recuperar la salud de una persona".