Además de los médicos, las enfermeras cumplen un rol muy importante en el cuidado de las personas que están ingresadas en los hospitales por cualquier enfermedad, pero en este momento de pandemia muchos se centran en los enfermos de covid-19.

Ese es el caso de la enfermera hondureña Sarah Carías, quien labora para un centro hospitalario y por los momentos se encuentra en la sala covid-19 donde vivió una experiencia que la marcó y que quiso compartir a través de sus redes sociales.

''Mientras le administraba el medicamento, encontré varias cartas y aproveché a leérselas una por una; con sus ojos llorosos me dijo 'gracias''', escribió la joven.

Y agregó: ''Terminé mi turno y él quedó delicado. Me quedé pensando en él. Por alguna razón teníamos la esperanza que lo iba a lograr pero lastimosamente falleció. Nos dolió a todos''.

Y cerró: ''Tal vez no era mi familiar, ni siquiera un conocido pero aún sintiendo pesar por su partida, estoy feliz de haber apartado esos 5 minutos en medio del ajetreo normal de un turno en sala covid para que él pudiera escuchar a su familia una última vez a través de esas cartas''.

A continuación la publicación íntegra de la hondureña:

Soy enfermera. Ayer (sábado), mientras le estaba administrando los medicamentos a un paciente covid delicado de la tercera edad dependiente de oxígeno, encontré como 10 cartas de ánimo que le habían mandado hijos, nietos y amigos. Aproveché a leérselas una por una.

Él, aún con su dificultad respiratoria, con sus ojos llorosos, pudo escuchar y al final decirme gracias. Todas las cartas hablaban de cuanto lo extrañaban, de cuanto lo querían, y de que lo estaban esperando para asar carne (se nota que le gusta la carne asada a toda la familia) y yo le dije: pucha don "M", que carneada la que le espera. Él sonrió.

Terminé mi turno y él quedó delicado. Me quedé pensando en él (sí, uno queda pensando en sus pacientes).

Hoy en la mañana volví a turno. Él amaneció grave... Por alguna razón teníamos la esperanza que lo iba a lograr pero lastimosamente falleció. Nos dolió a todos.

Tal vez no era mi familiar, ni siquiera un conocido pero aún sintiendo pesar por su partida, estoy feliz de haber apartado esos 5 minutos en medio del ajetreo normal de un turno en sala covid para que él pudiera escuchar a su familia una última vez a través de esas cartas.

No siempre se trata de solamente "cumplir con el trabajo", sino mostrar empatia y dar la milla extra. No sólo hablar sino escuchar. Muchas veces somos el último rostro o voz que el paciente ve o escucha. Demos lo mejor aún en medio del cansancio.

Imagen de la joven que compartió su historia en redes sociales

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