El juez Kevin Castel de la Corte del Distrito Sur de Nueva York condenó el martes (08.02.2022) a cadena perpetua y 30 años de prisión y al pago de una multa de 151.7 millones de dólares (3,731 millones de lempiras) al narcotraficante hondureño, Geovanny Fuentes Ramírez, por tráfico de drogas y delitos relacionados con armas y artefactos explosivos.

Durante la audiencia, el juez Castel aseguró que Geovanny Fuentes mató a un policía que allanó su narcolaboratorio, además, que fue un hombre violento.

"Mató al oficial de policía que allanó su laboratorio de cocaína y lo torturó para averiguar si su lavador de dinero estaba implicado. 40 años no es solo un castigo. Condeno a Fuentes Ramírez a cadena perpetua más 30 años", expresó el togado.

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Narcotraficante lloró en la audiencia

Entre lágrimas, el hondureño manifestó que es un hombre de familia y que puso su confianza en la justicia norteamericana, pero que "existe una ley divina".

Por su parte, la Fiscalía alegó que el condenado fue una pieza clave en una conspiración para ingresar droga a los Estados Unidos, asimismo, que trabajó para el cartel de Sinaloa y "fue socio del presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández".

Juicio contra el capo

Geovanny Fuentes Ramírez fue capturado en marzo de 2020 por agentes de la Administración para el Control de Drogas (DEA) en el aeropuerto internacional de Miami, Estados Unidos.

Tras más de un año en prisión, el capo hondureño enfrentó un juicio en la Corte Del Distrito Sur de Nueva York, en donde fue hallado culpable de los delitos de conspiración para introducir droga a los Estados Unidos y uso y posesión de ametralladoras y artefactos explosivos.

Durante el debate judicial, la fiscalía neoyorquina aseguró que Fuentes Ramírez construyó un imperio de la droga en Honduras gracias a sus conexiones con altos mandos policiales y políticos importantes, entre ellos el expresidente de la República, Juan Orlando Hernández, y su hermano, Juan Antonio Hernández, condenado a cadena perpetua por narcotráfico.   

Asimismo, el fiscal Michael Lockard, encargado del caso, afirmó que el exmandatario hondureño tuvo acceso a un narcolaboratorio que el capo condenado tenía en el municipio de Omoa, Cortés, mismo que producía al menos 300 kilos de cocaína al mes, los que eran enviados a los Estados Unidos.

Un testigo clave para hundir al acusado fue el exlíder de la organización criminal de “Los Cachiros”, Devis Leonel Rivera Maradiaga, quien relató haber trabajado con el imputado, además, aseveró haber pagado sobornos a los expresidentes hondureños Juan Orlando Hernández, Porfirio Lobo Sosa y Manuel Zelaya Rosales, a cambio de protección.

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