Las fiestas patrias se inauguran el 1 de septiembre con el Día de la Bandera, no podemos dejar por fuera el canto o Himno a la Bandera de Honduras que escribió el poeta, Augusto C. Coello.
El mes de septiembre es un mes especial para los hondureños y también para nuestros hermanos centroamericanos, ya que se celebra la independencia de Honduras y los demás países cercanos.
Es por eso que para conmemorar el mes patrio y el Día de la Bandera te proporcionamos información acerca del himno del Pabellón de Honduras..
Augusto C. Coello, fue un escritor y poeta hondureño, autor de los himnos cívicos más famosos de Honduras, por ejemplo: el Himno nacional de Honduras, el Himno a la madre, el Himno a los héroes patrios, entre otros.
Las obras de Augusto Coello se han destacado por su alta composición poética dedicada a la patria, fue por eso mismo qué, en 1915 bajo el decreto No. 42, el Presidente de la República, Alberto Membreño, declaró oficial el Himno de Honduras escrito por Coello.
El Canto o Himno a la Bandera consta de 10 estrofas y un coro.
Letra de Himno a la Bandera de Honduras
¡Oh! Bandera esplendorosa, ¡Oh! Bandera sacrosanta... Cuando subes lentamente, Cuando subes majestuosa sobre el asta y a los besos aromados de la brisa, te despliegas como un ala que se tiende bajo el cielo, temblorosa y agitada. Me imagino que de pronto en un ímpetu iniciarás la parábola de un vuelo milagroso por la comba inmensa diáfana, y me finjo que es tu vuelo como el vuelo azul de un águila sobre nieves sempiternas; Sobre cumbres milenarias que los siglos, que los siglos y la nieve hicieron blanca. Tú has cruzado los caminos de los astros aclamada por las hurras de las épicas legiones el estrépito feral de la batalla, el canglor de la victoria y los aurcas estridencias de la fama Tú has cruzado los caminos de los astros a los vientos de la guerra desplegada. Por las manos del epónimo caudillo, que en las gestas legendarias a galope victorioso por las cumbres o las fértiles cañadas, frente al pasmo de los siglos escribiera, con los rayos de su espalda, la epopeya resonante de la Gloria, la epopeya de la Gloria y de la Patria. Te conocen las auroras sonrosadas, cuando en éxodos errantes por los riscos y los páramos ondeabas, cobijando las cabezas de los héroes que en falanges apretadas y sonámbulos de sueños imprecisos, con la planta ensangrentada iban siempre tras la Tierra Prometida en la inútil ansiedad de su esperanza. En los rojos mediodías a través de las ciudades domeñadas, por las calles tumultuosas bajo de arcos y guirnaldas, al estruendo de las vivas y el clamor de las campanas, por las calles tumultuosas triunfalmente desfilabas... en los rojos mediodías, que el incendio de los soles abrillantan resaltaban los colores, tus estrellas, del combate entre las rojas llamaradas. Y te han visto los crepúsculos dolientes, de la noche frente al ara, tras el termino sangriento de la lucha despiadada.. Con los pliegues desgarrados desmayada y macilenta sobre el asta, como garza adormecida que ha ocultado su cabeza bajo el ala. Y al cuajarse sobre el campo los crespones de la noche densa y vasta, te han dorado los reflejos mortecinos de las trágicas ciudades incendiadas. Cuántas veces, cuántas veces de retorno hacia la Patria todavía tembloroso y anhelante pleno el pecho de nostalgia escrutando el horizonte, en los ojos puesta el alma, tras el límite indeciso de la tierra tras el límite ondulante de las aguas con las ansias ardorosas de un amante te buscaba... Y evocando tus colores en mi cálido espejismo no atinaba, presintiéndote a lo lejos, si era el cielo con el mar, a la distancia confundidos, o eras tú, Bandera mía, que en la playa como madre que amorosa aguardaba al hijo, me esperabas. Oh! Bandera esplendorosa. Mi Bandera azul y blanco! Cuando subes lentamente. cuando subes majestuosa sobre el asta, y a los besos aromados de la brisa te despliegas como un ala que se tiene bajo el cielo, temblorosa y agitada. Cómo ansío en mis anhelos fervorosos que a los vientos desplegada en la luz de las auroras o en los rayos de la tarde reflejada en tu vuelo al infinito, en tu vuelo prodigioso te elevarás tras las cúspides más altas de la Gloria, tras las cumbres más radiosas de la fama.
Historia de la Bandera de Honduras
La Bandera Nacional de Honduras es el símbolo patrio más importante del país, dada la historia que representa.
En el Decreto Legislativo No. 84-95 del 23 de mayo de 1995, bajo la presidencia de Carlos Roberto Reina, se estableció que el Día de la Bandera se celebraría cada 1 de septiembre.
Previo a este decreto, el Día Nacional de la Bandera en Honduras era el 14 de junio.
En cuanto a la creación de la bandera hondureña, esta se creó el 16 de febrero de 1866, cuando fungía como presidente el Don José María Medina.
Bajo el decreto No. 7, se estableció que el encargado del diseño de la bandera sería Don Manuel José Arce que, en honor a la Unión Centroamericana, se inspiró en su mayoría por la bandera de la Antigua Federación.
La Bandera Nacional se forma por tres franjas horizontales del mismo tamaño, la superior y la inferior de color azul turquesa y la de en medio color blanco; en el centro de la franja blanca hay cinco estrellas salientes de color azul turquesa.
En cuanto al significado de los colores, las franjas azul turquesa representan el cielo de Honduras y el Océano Pacífico y Atlántico que bañan las costas del territorio al norte y al sur.
La franja blanca representa la pureza, la paz y la fe que deben mantener los hondureños.
En cuanto a las cinco estrellas, estas representan a los cinco países centroamericanos que formaron parte de la Antigua Federación Centroamericana.
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