El canciller de la Iglesia Católica el sacerdote Carlo Magno llamó en la Homilía dominical celebrada en la Basílica de Suyapa llamó a la prudencia.

"Dios nuestro Señor nos llevará a la meta que nos ha prometido: el reino de los cielos, eso si y cuando él lo disponga", dijo al inicio de su mensaje.

Por eso dijo que no es de extrañar entonces que el mismo Señor Jesús nos invita a la prudencia como requerimiento para entrar al reino de los cielos.

"Cinco Vírgenes eran prudentes y cinco insensatas. Las prudentes tenían suficiente aceite para mantener las lámparas encendidas. Las otras cinco se quedaron sin aceite y no pudieron entrar en el banquete de boda", comentó.

El padre Carlo Magno dijo que aunque no nos demos cuenta la realidad es que vivimos nuestra vida terrena en la espera del Señor, él que puede llegar en cualquier momento y nos va a pedir el aceite con nuestra lampara encendida.

Prudencia

En el mensaje dijo que tenemos que estar preparados con la lámpara de aceite de virtudes, de buenas obras.

"Esta parábola es un llamado a ser prudentes. ¿En qué consiste la virtud de la prudencia?. Consiste en saber qué debemos hacer o dejar de hacer para alcanzar la vida eterna. Nada menos la prudencia es como la guía que nos lleva al banquete celestial", refirió.

La prudencia dijo que incluye varios aspectos y que se manifiesta de varias maneras. "Es saber aplicar las experiencias del pasado al momento presente", señalo.

Pero también es poder decidir en el momento presente lo que es bueno o malo, lo que conviene, lo que es lícito o ilícito, siempre con miras al fin último que es la vida eterna.

¿Qué es ser prudente?

Ser prudente dijo el sacerdote, es ser humilde y dócil para pedir consejo, para aceptar la corrección, las orientaciones sabias, que muchas veces aseguró no queremos escuchar.

"Siempre es necesario el consejo de los sabios, de los que han vivido más. El consejo de los prudentes siempre es necesario. Saber decir prudentemente es saber actuar en la vida", concluyó.

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