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El pasado lunes (10.1.2022) se reportó el asesinato de la activista trans y defensora de los derechos humanos, Thalía Rodríguez, homicidio que se une al del comunicador y líder indígena Pablo Isabel Hernández.
El hecho ocurrió en las faldas del cerro Juana Laínez, en Tegucigalpa, y fue el segundo asesinato de un defensor en menos de 48 horas en Honduras.
Según datos preliminares, Rodríguez fue herido de bala mientras se encontraba en su domicilio, y a pesar de su traslado a un centro de atención hospitalaria, la herida le provocó la muerte.
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El crimen contra Rodríguez, de 58 años, fue denunciado por la organización hondureña LGBTIQ+ "Cattrachas" mediante un comunicado en sus redes sociales.
“Exigimos justicia por el terrible atentado contra una mujer trans y activista en favor de los derechos LGBTI”, publicaron.
La organización dijo desconocer al autor material del delito y recordó que Rodríguez era una activista con más de 20 años de trayectoria.
El líder indígena asesinado
Por su parte, el líder indígena y defensor de los derechos humanos en el occidente de Honduras, Pablo Isabel Hernández, sucedió unos día antes.
El homicidio ocurrió en el municipio de San Marcos de Caiquín, Lempira, cuando hombres armados interceptaron al también comunicador.
Según indicó la coordinadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva, Hernández ya había denunciado amenazas en su contra.
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La última denuncia del defensor de derechos humanos se realizó el pasado 16 de marzo de 2021, cuando fue víctima de acoso.
Según la ONG "Global Witness", en los últimos años Honduras ha sido considerado como uno de los países más peligrosos para los defensores del medioambiente y periodistas.
Las de Hernández y Rodríguez representan las primeras dos muertes de este tipo en el año 2022.
De acuerdo a la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos, solo en 2021 se reportó 208 atentados contra defensores y 93 en periodistas.
