Honduras tiene "muchas deudas pendiente" con la comunidad LGBTIQ+, aunque con el nuevo Gobierno que asumió el 27 de enero hay "más apertura", dijo este jueves la coordinadora en Tegucigalpa de la organización humanitaria Cristosal, Andrea Portillo.

"Creemos que hace falta tomar más acción, no solamente quedarse en el discurso, hay que retomar muchas cosas que hay pendientes y muchas deudas pendientes con la comunidad LGBTBIQ en el país", indicó Portillo.

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Agregó que hasta ahora, Cristosal, que opera en El Salvador, Guatemala y Honduras, ha visto "ciertas cosas que se han cumplido en el discurso, pero todavía falta la acción", en alusión a múltiples violaciones a los derechos de las personas de la comunidad LBGTIQ+.

En su opinión, el Gobierno hondureño que preside Xiomara Castro "ha tenido una mayor apertura, por lo menos en el discurso, hasta ahora, para trabajar con la comunidad LGBTIQ+ y con otros sectores de derechos humanos, incluso con organizaciones de sociedad civil".

Muerte de Vicky Hernández

En ese sentido, señaló que hay una "diferencia clara, si se comprara al presente Gobierno con los tres anteriores, en los que durante doce años ejerció el poder el ahora opositor Partido Nacional de Honduras, los últimos ocho con Juan Orlando Hernández como presidente.

Portillo recordó que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) condenó en junio de 2021 al Estado de Honduras como responsable internacional por la muerte de Vicky Hernández, una mujer transgénero, trabajadora sexual y reconocida activista, en junio de 2009.

"Hasta ahora hemos visto ciertas cosas que se han cumplido en el discurso, pero todavía falta la acción", acotó.

Cristosal, que inició operaciones en El Salvador hace 20 años, trabaja desde hace cinco en el centro y norte de Honduras desde Tegucigalpa (Francisco Morazán) y San Pedro Sula (Cortés), las dos ciudades más importantes del país.

Portillo dijo que además de trabajar con personas de la comunidad LGBTIQ+, también lo hacen con migrantes retornadas y desplazadas, muchas de ellas afectadas en el norte del país por los daños causados en noviembre de 2020 por las tormentas tropicales Eta e Iota.

Víctimas de abuso

La organización humanitaria también trabaja con personas desplazadas por violencia, efectos del cambio climático y hace monitoreos sobre posibles abusos o violaciones a derechos humanos que se han cometido en el marco de una violencia estatal o de un autoritarismo, añadió.

"Cristosal trabaja con la población LGBTIQ+, particularmente con la población trans que dentro de la comunidad es mucho más vulnerable por su situación de identidad de género", subrayó Portillo.

Según investigaciones y análisis de Cristosal, en los tres países del norte de Centroamérica hay una situación de mucha estigma y discriminación a este grupo, que viene del temor, incluso tabú.

Las personas de la comunidad LGBTIQ+ constantemente "son víctimas de abusos en diferentes áreas de los derechos humanos; que van desde el derecho a la salud, la educación, acceso a un trabajo, pero llega a extremos grandes cuando esos abusos se traducen en amenazas que se concretan con un asesinato o un homicidio", recalcó Portillo.

Cristosal es una organización dedicada a atender los derechos humanos a través de la atención directa, acompañamiento, litigio, investigación, formación, programación e incidencia para y con las víctimas de violencia social y estatal generada desde conductores permeados por la impunidad y la corrupción. 

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