María Teresa Hernández, la hondureña asesinada el pasado martes 24 de enero en la comunidad de Casa Quemada en el municipio de Santa Elena, en La Paz, presintió su muerte y se los hizo saber a sus hijos.

De acuerdo con la información que dieron los familiares de la hondureña, antes de salir de su casa ella advirtió a sus tres hijos sobre su muerte.

"Aquí les dejo el celular porque me van a matar al mediodía", fueron las palabras que Teresa Hernández dijo antes de salir y horas más tarde su cuerpo fue encontrado en un solar.

El cuerpo de la mujer de 33 años tenía varias fracturas y señas de violencia, además, estaba sin zapatos y la ropa sucia.

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Hasta el momento se desconoce la identidad de los hechores del crimen. Sin embargo, familiares de la hondureña aseguraron que el responsable de su muerte es un pretendiente que estaba obsesionado con ella.

Según dijeron, ella nunca le hizo caso porque estaba casada pero su pareja se encuentra cortando café.

El cuerpo de la mujer fue trasladado hasta la morgue capitalina, donde le realizaron la autopsia correspondiente.

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