Por lo anterior, las autoridades han hecho un mapeo de la población carcelaria y la distribución de tareas y responsabilidades en los anillos de seguridad.

La requisa al centro penal de Ilama, al occidente de Honduras, no ha concluido y los encargados de la operación han iniciado una retirada en orden para procesar los hallazgos y cuantificar daños ocasionados a las instalaciones donde se han construido caletas para esconder armas y objetos peligrosos.

"Hay que recordar al Gobierno de la República que el Conaprev (Comité Nacional de Prevención Contra la Tortura y Otros Tratos Crueles Inhumanos o Degradantes) presentó una propuesta de política pública para que se aborden este tipo de problemáticas de manera integral y no solo emergente", manifestó el analista Joaquín Mejía.

Mejía señaló que estas medidas de urgencia lo único que van a lograr es calmar la situación en este momento, pero sin resolver la crisis de fondo que hay dentro del sistema penitenciario.

Crisis intermitente

El sistema carcelario hondureño sigue en una crisis intermitente con tendencia al estallido de violencia entre privados de libertad.

Un desafío para los interventores que conocen a detalle la distribución de los 11 módulos y 76 celdas de 'El Pozo' y sus 1,400 internos: 413 de la Mara Salvatrucha (MS-13), 815 de la de la pandilla Barrio 18, y 34 pesetas de diversas estructuras de crimen organizado y delincuencia común.

"Cuando tú estás en un proceso de política criminal sumamente duro y confrontativo, no pueden ser publicitados esos esquemas de seguridad, porque al publicitarlo, le das la radiografía entera al crimen organizado de cuál es la estrategia, organización, cómo se va a realizar la operación, quién es el personal que va a participar, y lógicamente los dejas totalmente desprotegidos", expuso el abogado Oliver Erazo.

Los resultados de las primeras tres fases de la intervención revelan que funcionarios de 'El Pozo' han sido reclutados por grupos delictivos, para permitir ingreso de armas, drogas y aparatos tecnológicos, afectando además el circuito tecnológico.

Se detalla que el área más vulnerable para ingreso de armas es el módulo de la MS-13 con túneles de acceso al área perimetral.

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