Son la una de la tarde y Marco Lobo viste una camisa blanca, habitual en sus atuendos diarios, unos jeans azules y un par de tenis. "El blanco es un color que refleja honestidad y que además me hace sentir cómodo", dice.

Es una persona que transpira política y que se autodenomina un "hombre de izquierda". "Desde mi etapa en el colegio fui dirigente estudiantil, allí definí mi ideología, y ahora también tengo la oportunidad de participar activamente en la política", cuenta.

La mayoría de hondureños recordará a Lobo por su papel en las controvertidas elecciones generales de 2017, en las que, siendo magistrado suplente del extinto Tribunal Supremo Electoral (TSE), aseguró que había una tendencia irreversible en favor del entonces candidato presidencial de la Alianza de Oposición, Salvador Nasralla, pero "extrañamente" éste perdió.

"Después de intermitencias y fallas (en el sistema de transmisión de resultados), hubo una reversión en favor de Juan Orlando Hernández", recuerda el exfuncionario del TSE entre 2014 y 2019.

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A cuatro años de aquel episodio, Lobo continúa preguntándose cómo un sistema informático tan sofisticado, valuado en millones de dólares, pudo haber fallado. Justo esa vez.

Formó parte del también desaparecido Tribunal Nacional de Elecciones (TNE), de 2001 a 2003, y conformó el equipo que redactó y revisó la anterior Ley Electoral y la vigente Ley del Registro Nacional de las Personas (RNP).

A punto de cumplir 50 años, decidió regresar a su ciudad natal, Catacamas, Olancho, con la aspiración de convertirse en su próximo alcalde. "Quiero devolverle a mi pueblo un poco de lo que me ha dado", manifiesta.

Lobo atendió a tunota.com desde un lugar que él considera especial. Es un espacio amplio, dotado de verde grama y frondosos árboles: la finca del expresidente de Honduras, Manuel Zelaya Rosales, con quien, a pesar de compartir el segundo apellido y ser originarios del mismo municipio, no posee ningún parentesco.

Pregunta: ¿Qué sucedió el 26 de noviembre de 2017?

Respuesta: En el proceso de 2017, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) había definido un protocolo a seguir. Había una hora establecida para dar los primeros resultados, es decir, cuando tuviéramos una muestra del 10 por ciento en todo el país. Esa muestra estaba lista a las 7:30 de la noche, pero hubo una negativa por parte del presidente del TSE, David Matamoros Batson, lo que generó una división interna. Por nuestra parte se le exigía el cumplimiento de dar los resultados que marcaban una diferencia clara a favor de la Alianza de Oposición, que lideraba Salvador Nasralla.

Marco Lobo (de espaldas) junto a Carlos Acosta (izquierda) y Fernando Varela (derecha), de fondo. Foto: La Hora del Té / Emisoras Unidas / Archivo

P: ¿Por qué tardaron tanto en dar los resultados?

R: A pesar de lo anterior, el escrutinio y la transcripción de datos no se detuvo el día de las elecciones. Sin embargo, como usted indica, hubo mucha demora. Increíblemente, los primeros resultados los lanzamos a las 2:45 de la mañana del día siguiente, el 27 (27.11.2017), cuando se había logrado un porcentaje alto.

P: ¿Es verdad que hubo una orden externa para detener el conteo después de esa declaratoria?

R: Si hubo alguien que llamó desde afuera no sé, lo que sí puedo asegurarle es que Matamoros Batson ordenó parar el escrutinio de las actas aquella madrugada. Luego, el miércoles (29.11.2017), el sistema comenzó a caerse, lo cual nos resultó demasiado extraño porque era un sistema informático sofisticado, con un elevado costo, pues garantizaría que la transcripción de resultados no presentara fallas, pero ese día falló. Estuvo intermitente. Después, extrañamente, comenzó a mostrar una reversión de resultados en favor de Juan Orlando Hernández, el candidato del Partido Nacional de Honduras (PNH).

P: Leí que cumple años el 27 de noviembre, ¿cómo lo pasó ese día?

R: Ja, ja, ja… en realidad no recordaba que estaba cumpliendo años, había demasiada tensión en el órgano electoral, que no lo recordé y creo que nadie mas lo hizo. Fíjese que tengo esa desventaja cada cuatros años, ahora me tocará un día antes de las elecciones y seguramente nadie se acordará salvo mi familia.

Lo único que espero el 28 de noviembre (28.11.2021) es celebrar con una victoria del pueblo en las urnas. Sería el mejor regalo, sin duda alguna, un triunfo que libere a Honduras de esta opresión.

P: ¿Por qué renunció al TSE?

R: En primera instancia, vale mencionar que nosotros habíamos sido elegidos por el Congreso Nacional (CN) por un periodo de cinco años y en algún momento sentí que había una pretensión de reelección por parte de ciertos compañeros. Fue ahí que decidí dar un paso al costado. La decisión la tomé en conjunto con mi familia, luego presenté mi renuncia y la hice pública.

P: ¿Regresaría a un instituto electoral?

R: Sí, si existiera en él transparencia, honestidad y respeto a la ley. Si se cumple con la promesa de hacer valer las leyes, por supuesto que retornaría a un organismo electoral. No obstante, mi tiempo ha concluido, ya asumí y cumplí con mi responsabilidad histórica. Ahora estoy del otro lado, participando activamente de la vida política.

P: De eso quiero que hablemos después… pero antes, ¿cómo es su relación con Matamoros Batson?

R: Bueno, con él hubo una relación exclusivamente profesional derivada de las funciones que desempeñábamos. Por fuera no hemos tenido ningún tipo de conexión ni comunicación. Pero, si me lo encontrara físicamente, lo saludaría. Yo censuré y condené sus actuaciones como magistrado, toda la vida sostendré que él incumplió su juramento, con la manipulación del proceso electoral que existió.

Lobo (primero de izquierda a derecha) junto a Saúl Escobar (centro) y David Matamoros Batson (derecha). Foto: TSE / Archivo

P: ¿En qué estado se encuentra nuestra democracia?

R: La democracia de nuestro país está pasando por una etapa crítica, creo que se ha caído en un totalitarismo que, sin duda alguna, perjudica directamente a la ciudadanía. Nuestra democracia es muy incipiente, demasiado endeble, que nos limitamos a hablar de una democracia electoral, que ahora es cuestionada. Cuando existen evidentes intenciones de boicotear un proceso electoral queda reflejado que la democracia ha perdido credibilidad frente a los ciudadanos y a los organismos internacionales.

Por otro lado, existe muy poca democracia económica que, considero, es la más importante debido a que todos los ciudadanos deberíamos tener derecho a acceder a las riquezas del país, a las oportunidades. Creo que estamos bastante lejos de la democracia, del respeto a la voluntad popular.

Hemos caído en un totalitarismo reflejado en una profunda crisis económica y en un descrédito casi total de las instituciones. Tenemos un Poder Judicial controlado y una Fiscalía parcializada, sin capacidad de combatir el crimen organizado y la corrupción. Es grave para el Estado perder la credibilidad en las instituciones.

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P: ¿Está en favor o en contra de la politización de las mesas electorales?

R: Solo Honduras y El Salvador tienen mesas politizadas en toda Latinoamérica, pero considero que haber reducido el número de partidos representados, plasmado en la nueva Ley Electoral, ha sido el primer paso hacia las mesas ciudadanas. Soy un simpatizante de ellas.

P: ¿TREP y registro de huella digital serán confiables?

R: Sin duda son avances importantes en este proceso, sin embargo, el problema nuestro son los escrutinios y luego las actas electorales.

Sin embargo, que se implemente el lector de huella elimina la posibilidad de que exista suplantación de identidad y el hecho que se transmita digitalmente el acta también es otro gran avance. Recuerde que ha existido mucha adulteración, por lo que vaciar la información en un acta electrónica reducirá las posibilidades de manipulación y constituirá el avance electoral más importante de los últimos 20 años.

Lobo brindando una entrevista a Televicentro. Foto: Archivo

P: Retrocedamos un poco, abogado… ¿Cómo transcurrió la infancia y adolescencia de Marco Lobo?

R: Mi infancia transcurrió aquí, en Catacamas, de donde mi padre y mi madre eran originarios. Mi mamá se llama Doris Rosales Salgado y mi papá, ya fallecido, se llamaba Ramiro Julio César Lobo Rosales, un hombre dedicado a la agricultura y a la ganadería.

Diría que me crié en un ambiente ligado al campo, los primeros seis años los viví en la propiedad de mi padre, a unos 15 o 20 kilómetros de distancia de esta ciudad. Posteriormente, nos trasladamos al casco urbano del municipio porque mi madre presentó una reacción alérgica a los químicos que se utilizaban en la producción.

En general, mi infancia fue muy cercana a mis padres, a pesar de que me quedé sin papá cuando solo tenía nueve años. Aún así, guardo los mejores recuerdos de él, quien, como le dije antes, fue una persona bastante dedicada a lo que hacía. Inconscientemente me transmitió esa pasión y dedicación, aunque mi actividad ha sido el ejercicio profesional del derecho, desde hace 27 años.

P: Además de la agricultura y la ganadería, ¿qué más aprendió en esa etapa?

R: Los Lobo han sido una familia ligada al campo y los Rosales a los oficios. Mi abuelo materno era herrero. En su casa se fabricaban implementos para caballos, mis tíos también se dedicaban a esa actividad. Mire, yo me asombraba y les preguntaba: "¿cómo pueden convertir un pedazo de metal en una herradura tan bonita?" Ja, ja, ja. Es un arte asombroso.

P: ¿Sus estudios donde los realizó?

R: Del sexto grado me gradué en la Escuela Policarpo Melara y luego ingresé al Instituto 18 de Noviembre, donde egresé como bachiller. Allí, diría yo, se dieron mis inicios en la actividades políticas. Fui presidente de los estudiantes en el 18 de Noviembre, en el Consejo Central de Estudiantes. Luego me acerqué directamente a la izquierda del país, con quienes establecí vínculos cercanos y recibí las bases de mi formación política e ideológica. También formé parte de las estructuras del Movimiento Estudiantil Progresista (MEP).

P: ¿Y su etapa en la UNAH?

R: A la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) ingresé en 1990. Desde que entré me uní a los frentes estudiantiles de ese momento, específicamente a la Fuerza Universitaria Revolucionaria (FUR), donde mantuvimos una lucha por la democracia interna de la universidad. Nosotros queríamos la paridad estudiantil, que estaba prostituida. En aquel entonces habían sectores que manipulaban a los estudiantes y nosotros queríamos acabar con eso.

P: ¿Qué representa la política para usted?

R: La política significa la posibilidad de transformar y de crear cambios profundos en las estructuras de la sociedad. La entiendo como un servicio a la ciudadanía cuando se hace con transparencia, honestidad y principios. No obstante, cuando se toma como una actividad mercantilista, le genera un daño terrible al país y, por eso, la gente termina relacionado a todos los que participan en política con actividades negativas. Por mi parte, creo que he tratado de establecer una forma diferente de hacer política. Mire, en esto es importante hablar con el ejemplo, no solamente con expresiones y palabrería.

P: Hábleme de su candidatura a alcalde de Catacamas?

R: Desde el año pasado, a raíz de la pandemia y en búsqueda de tranquilidad, decidí regresar a vivir a Catacamas, a pesar de que siempre he estado vinculado a este municipio.

Yo siento que estoy en una etapa de mi vida en la que he acumulado alguna experiencia y algún conocimiento, en realidad es una forma de agradecerle al pueblo que me educó, soy una persona agradecida. Ahora me toca devolver esa formación que se me dio y que me ha permitido conquistar los espacios que he conquistado.

Marco Lobo (centro) en campaña política. Aspira a la Alcaldía de Catacamas, Olancho. Foto: Archivo de Marco Lobo

En Catacamas tenemos todas las condiciones para desarrollarnos. Acá producimos materias primas, grandes cantidades de maíz, lácteos, carnes. Pero nos hemos quedado en la primera etapa de la cadena productiva y ahora queremos industrializarla, transformar nuestras materias primas en productos de consumo final. Creo que puedo dar lo mejor de mí para contribuir al desarrollo de mi municipio.

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P: ¿Se ve electo el 28 de noviembre?

R: Por supuesto. El pueblo de Catacamas se ha cansado de 12 años de una administración municipal que lo único que ha reflejado es una serie de actos de corrupción. Estamos en un abandono total, pero considero que esta es la oportunidad de cambiar todo eso.

Si llego a asumir, me encontraré con una municipalidad endeudada, con 140 millones de lempiras en obligaciones y deudas, con los empleados municipales sin recibir su salario desde hace cinco meses. Es una municipalidad que ha sido saqueada pero confiamos en que, administrando los recursos con transparencia y honestidad, sacaremos adelante a este municipio.

P: Leí que trabajó en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), ¿en qué consistió su trabajo en la Comisión Jurídica de Partidos Políticos?

R: Yo fui miembro del extinto Tribunal Nacional de Elecciones (TNE), de 2001 a 2003, mi primer experiencia en organismos electorales. Posteriormente, tras haber formado parte del TNE y habiendo finalizado mis funciones en él, fui asignado a esa comisión que redactó la Ley Electoral de 2003, con la que se creó el TSE, y la vigente Ley del Registro Nacional de las Personas (RNP). Allí estuve durante seis o siete meses y participé en la revisión total de ambas leyes.

P: ¿Y en la presidencia de la Comisión de Exoneraciones Fiscales cómo le fue?

R: Bueno, esa fue una comisión que se creó con el objetivo de revisar las exoneraciones fiscales del país, hicimos una revisión minuciosa del beneficio que recibían muchas empresas y organizaciones no gubernamentales. No obstante, duró poco, unos siete u ocho meses, y se determinó que las exoneraciones andaban en unos 16 mil millones de lempiras. Eso es lo que dejaba de percibir el Estado.

P: ¿Recibió presiones?

R: Sí, claro, hubo presión. Aquello generó nerviosismo en quienes se veían beneficiados de la exoneración fiscal. Al final nosotros presentamos un informe que determinaba qué exoneraciones no tenían razón de ser y cuáles sí tenían un propósito claro.

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