La vida ha llevado a María Elena Bottazzi a distintos destinos. Hija de padre hondu­reño y madre italiana, nació en Génova, Italia en 1965. 

A los ocho años llegó a la tie­rra de su papá, donde creció y estudió. 

Luego, preparó maletas y via­jó a los Estados Unidos, donde realizó estudios de doctorado, post-doctorado y se radicó.

Recientemente, se reveló que Corbevax, vacuna contra el Covid-19 en cuyo desarrollo participó, fue aprobada para su aplicación en India. 

"Representa satisfacción crear soluciones que lleguen a la gen­te que las necesita", dice con la misma modestia que caracteriza cada palabra que sale de su boca.

Amante de los boleros y de Star Trek, Bottazzi atendió En Pri­mera Plana de tunota y habló del recorrido que ha atravesado para convertirse en una abnegada investigadora y científica. 

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Es hondureña, pero sus apellidos son italianos. ¿Cómo es eso?

Sí, nací en Génova, Italia. Mi papá, Luis Bottazzi, era cónsul allá y se enamoró de mi madre, Gabriella Rovida, quien sí es completamente italiana.

Mi hermano y yo nacimos en Italia, pero al ser hijos de un hondureño, somos constitucionalmente hondureños.

¿Y su apellido paterno?

Mi abuelo, el padre de mi papá, también era italiano. Él se radicó en Centroamérica y se casó con mi abuela, Dolores Suárez Zelaya.

En algún momento tuvo que regresar a Honduras ¿verdad?

Así es. Llegué con ocho años y permanecí allí hasta que me gradué de Microbiología y Química Clínica en la UNAH. En 1989 comencé mi especialidad en la Universidad de Florida y, partir de ese entonces, me quedé en los Estados Unidos.

¿Qué cargos académicos ha desempeñado?

Bueno, después hice mi postdoctorado, primero en la Universidad de Miami y después en la Universidad de Pensilvania.

Luego apliqué a puestos académicos, el primero en la Universidad George Washington en Washington DC. Actualmente estoy en el Centro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas en Houston.

Bottazzi (izquierda) al lado del doctor Peter Hotez y al periodista de ciencia, Joe Palca. Foto: Archivo de María Elena Bottazzi

¿Y extraña Honduras?

Claro que sí. Aunque trato de estar conectada con el país, extraño mucho el calor familiar, pues mi papá y mis tíos están allá.

¿Regresaría a vivir acá?

La intención es esa. Allá tengo mi casa, mi familia y mis amigos. Por ello, cuando me retire, claro que me gustaría regresar.

Bottazzi junto a su padre Luis Bottazzi, exembajador de Honduras en Italia. Foto: Archivo de María Elena Bottazzi

¿Y en Estados Unidos ha conformado familia?

No, no estoy casada. Solo tengo amigos y parientes que viven cerca de mí. Lo acepto, he dado prioridad a mi vida profesional.

¿Con Italia mantiene relación?

Por supuesto. Mi mamá vive allá y obviamente le visito. Trato de mantener una conexión con mis raíces.

Mi familia también mantiene una combinación de tradiciones de ambas culturas. ¿Usted conoce a alguien que combine las tortillas con quesillo y el espagueti? Soy esa persona ja, ja, ja.

Hábleme del desarrollo de la vacuna Corbevax.

Desde 2011 habíamos trabajado en el prototipo de vacunas recombinantes contra SARS y MERS. De esa forma, teníamos conocimiento de cómo identificar el candidato adecuado para una inoculación contra los coronavirus, en este caso el Covid-19.

¿Qué la diferencia del resto de vacunas?

Es una vacuna de proteína recombinante. Es decir, una proteína sintética que una vez inyectada en el humano es presentada por las células inmunológicas y éstas activan sistemas de respuesta inmune que protegen contra el virus. Es un procedimiento más directo que el de las vacunas de ARN y ADN.

María Elena Bottazzi observa un frasco de la vacuna anticovid Corbevax. Foto: Centro de Desarrollo de Vacunas del Hospital Infantil de Texas / Cortesía

¿En cuántos proyectos de vacuna ha participado?

Una media docena de vacunas. Pero, con la pandemia del Covid-19, los tiempos se han acelerado.

En ese sentido, se han incrementado los equipos y el financiamiento. También estamos desarrollando vacunas contra schistosomiasis, tripanosomiasis y leishmaniasis entre otras.

¿Cuál es su sensación cuando un trabajo resulta exitoso?

Siento que el esfuerzo que han conllevado los procesos, en este caso del desarrollo de la vacuna, indica que nuestro equipo ha tomado las decisiones científicas correctas.

Representa satisfacción crear soluciones que lleguen a la gente que las necesita. También es emotivo por todo el tiempo que he dedicado al estudio.

¿En qué nivel está la investigación científica en Honduras?

Hay mucho potencial en varias áreas de la salud. Se ha hecho investigación y se ha avanzado mucho, pero no recibe la importancia suficiente, ni tampoco se resalta a aquellos que hacen trabajo de investigación.

Desafortunadamente no es apoyada, ni reconocida como un generador de soluciones globales.

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