Después de medirle el pulso al país frente a una cámara de televisión, Nery Arteaga se baja del set y acomoda en un banco para buscar un buen ángulo para la entrevista. Se abre el botón del saco y pregunta si está bien en el lugar que ha escogido.

Para hablar de periodismo no importan los lugares, todos son buenos, sobre todo cuando en las charlas quedará aprendizaje, anécdotas, historias de una carrera noble que muchos han irrespetado, pero que quizá, gente como Nery ha honrado con la formación de varias decenas de periodistas.

Actualmente es coanfitrión del foro de debates líder de las tardes en HRN y TSi, Carlos Riedel Presenta, además hace Pasaporte Honduras en la misma radio hablando para la legión de compatriotas que mantienen el país. Hoy EN PRIMERA PLANA tenemos una amena entrevista con Nery Arteaga Chávez.

Leí que es de Olanchito y que escuchando la radio de su abuelo fue como le cogió amor al periodismo ¿cierto?

“Mi influencia tiene mucho que ver con la Radio Centro, en primer lugar, de Emisoras Unidas, porque en mi casa, mi papá y mi abuelo eran fanáticos de la radio, entonces siempre se escuchaba Radio Habana Cuba, Radio Belice o la Voz de los Estados Unidos de América (en onda larga) y de las nacionales la que entraba era la Radio Centro con Napoleón Mairena Tercero, y después fue entrando la HRN y desde allí se me hicieron familiares las voces de la radio y me encantó.

“Yo desde muy pequeño no pude tener otra visión más que la comunicación, no sé si el periodismo como tal porque no había conocido la carrera, incluso me sabía toda la pauta de los anuncios. Cuando la cambiaban me descontrolaba un poco, pero de memoria los repetía”.

Y será que el hecho de escuchar incluso radios en onda larga y lo que nos acaba de contar, le fue forjando su estilo, porque usted tiene un estilo muy particular y un ritmo agradable para hacer radio, que muy pocos periodistas alcanzan en su carrera…

“Bueno, también, pero imagínese ya en la HRN estar con Antonio Mazariegos Velasco, Gustavo Acosta Mejía, Moisés Ulloa Duarte, Andrés Torres (QEPD) que también venía empezando, todos ellos figuras de la radio y yo llegué muy joven allí a la HRN.

“También tuve la fortuna que mi abuelo vendía queso y mantequilla, entonces llevaba y les fiaba a los periodistas y yo llegaba con él a los 9 años y los aprendí a conocerlos. Entonces, también fue una ventaja para ir ganando un estilo”.

Ya que lo menciona… las nuevas generaciones quizá no saben que usted está teniendo una segunda etapa en HRN ¿no?

“Yo participo en varios programas de HRN en la actualidad. Tengo un programa los sábados de 11:00 a 12:00, estoy en Pasaporte Honduras en la noche de lunes a viernes y estamos con Carlos Riedel de 4:00 a 5:00 de la tarde. Y sí, se nos ha abierto una puerta y estoy muy agradecido porque sé que la presencia mundial y tecnología de Emisoras Unidas, hacen que muchas personas que se conecten a la televisión y a la radio, lógicamente eso tiene mucha influencia, a tal grado que, aunque vaya con la mascarilla por algún lugar, la gente me reconoce y me quedo sorprendido”.

Cuéntenos un poco de sus inicios en HRN… ¿cómo fue esa primera etapa?

“Yo me vine de Olanchito, empecé a estudiar y luego Dagoberto Luján (narrador estelar de fútbol de la HRN) que era compañero mío en las radios musicales allá, estaba tratando de introducirse también a Emisoras Unidas. Entonces un día Tomás Vindel me dijo que había una oportunidad para que yo pudiera participar con Napoleón Mairena Tercero en Radio Centro de 6:00 a 7:00 de la mañana, que, por cierto, no me podría acostumbrar porque para mi era un horario casi de madrugada porque me levantaba a la 1:00 de la mañana, pero bueno, me fui adaptando poco a poco y entonces ya locutaba con Mario Hernán Ramírez, Tomás Vindel y don Napoleón. De allí conocí a los hermanos Servando y Diógenes Cruz García, y luego don Antonio Mazariegos Velasco me traslada del área deportiva a las noticias generales”.

Cuando Nery se refiere a levantarse a la 1:00 de la mañana para hacer un programa a las 6:00, pues básicamente era eso, la producción de audios y noticias en aquellos años no permitía la celeridad que los instrumentos, aplicaciones y programas que hoy nos brindan. En la actualidad, un celular puede ser una estación de radio con editores incluidos.

Bueno, de eso se trata también la vida, de oportunidades. Y acá es donde reflexiono, usted también ha sido casi una escuela de periodismo, pues por sus programas en radio y tele han pasado una cantidad impresionante de comunicadores ¿no?

“Ha sido grande el número de compañeros, algunos de los que he acompañado en cabina como Juan Bautista Vásquez, Danilo Izaguirre, muchos que en su momento eran jóvenes que venían saliendo de la Escuela de Periodismo, que, por así decirlo, los fuimos formando. Un Leonel Espinoza, Onán Figueroa, el “Wacho” (Edgardo Escoto).

"Hay un buen número de comunicadores. También Darío Rosales… por cierto, recuerdo que Darío trabajó con Renato Álvarez en Televicentro y a Darío me lo llevó el papá y me dijo: ‘mire, aquí se lo traigo, viene saliendo de la Escuela y no hallo qué hacer’, vaya pues le dije yo, sin más, al estilo de antes, jajajaja… y bueno, el joven Darío Rosales siempre cuenta esa historia”.

¿Cómo se metió a hacer tele?

“La televisión yo tenía problemas porque lo que me ha encantado es la radio. Pero don Víctor Bendeck (Hondured) me llamó y me insistió en varias oportunidades que él quería ponerme en pantalla, que él consideraba que podía yo hacer programas. Fue bastante complicado, se contrató a alguien para que nos preparara con la muchacha que íbamos a salir, de allí surgió Karla Andino que después estuvo en Televicentro (Hoy Mismo), allí la comenzamos a formar nosotros y también me tocó la formación directa de Mónica Valladares, quién llegó aquí directamente conmigo, y me dijo que quería desarrollarse en esta carrera y así empecé todos los días, una o dos horas para que pudiera salir en el noticiero, así fue como se formó”.

Bueno y así le pregunto… ¿cuál le gusta más, tele o radio?

“Me encantan las dos. Yo quisiera concluir mi vida en una cabina de radio o un set de televisión. Yo visualizo mi final en una cabina de radio. Ya en la televisión creo que físicamente es de ir dando campo a los jóvenes. En televisión hay muchas cosas, mucha competencia. Me encantan ambas”.

¿Cómo se lleva con las nuevas tecnologías?

“Casi me quedo fuera, le cuento. Hace unos diez años empecé a observar que todos los muchachos estaban llevando fotos e información a las redes y yo miré que no le entendía. Entonces poco a poco fui aprendiendo. Lógicamente me falta seguir aprendiendo, pero de la ‘vieja guardia’ de periodistas; un Juan Ramón Martínez, un Rodrigo Wong Arévalo y otros con los que tengo relación, creo que soy un alumno adelantado, jajajaja. Por que yo tengo mi propia página, doy mis opiniones, voy actualizando lo que ocurre y tengo ya mi buen número de seguidores”.

¿Cómo fue que se metió a esto del periodismo digital, cómo le encontró gusto a esto?

“La pandemia me ha impulsado mucho a hacerlo. Antes solo tenía un perfil de amigos para la familia. Ahora tengo un perfil profesional con mi nombre. Fíjese que yo tengo un problema. Cuando yo voy a HRN y me invitan a hacer el programa La Chicharra, soy un alternativo, el director de la radio, Juan Carlos Barahona me dice ‘ayúdeme acá en La Chicharra’, entonces voy y me surge un problema. Allí ponen canciones y ellos las comentan y entonces trato de ir rápidamente a internet para saber de la canción porque de música no sé, porque mi vida siempre se ha apasionado por las noticias. Me gusta escuchar música, pero no sé quién canta. Así voy metiéndome en lo digital”.

En ese punto parece usted ser un periodista muy inquieto por las noticias ¿no?

“Sí, me encantan las noticias y trato de pasar informado de todo. No solo la noticia dura, sino de lo tecnológico. Me encantan los documentales, en la expansión del narcotráfico le he seguido la pista desde un Pablo Escobar, los Orejuela y toda la gente que se ha involucrado en esto e incluso en el país. Me gusta estar informado y no lo hago por obligación, sino porque es mi vida, el periodismo es mi razón de ser y no me concibo realizando otra actividad”.

En una entrevista de 2015 que usted le dio a El Heraldo, le preguntaron si usted se consideraba uno de los “tiburones” del periodismo, pero usted respondió que lo habían vuelto “sardina”, ¿qué puede decir sobre esto?

“Y tiene lógica, porque cuando yo ejercía el periodismo en la calle los medios aquí eran muy pocos. Los medios que hacían opinión pública eran Hoy Mismo, TN5, HRN, Radio América y algunos periódicos, pero el grupo de periodistas que estábamos en la calle haciendo periodismo formal éramos solo unos 50 periodistas, pero los que estábamos de forma continúa eran David Romero (QEPD), Eduardo Maldonado. Danilo Izaguirre… y luego los muchachos que venían surgiendo como Emma Calderón, Blanco Moreno.

“Con ellos hacíamos el dominio de la opinión pública. Yo andaba en motocicleta o carro y era el primero que estaba en un acontecimiento. Si le daban muerte a un diputado, allí estaba Nery Arteaga transmitiendo para HRN, entonces eso me creo la fama y yo me consideraba una persona de mucha influencia. Los compañeros me decían ‘tiburón por aquí, tiburón por allá’ y me fui quedando con el mote de Tiburón. Pero ahora con las redes la exclusividad ser perdió. Por ejemplo, usted (tunota.com) ahora toma una noticia, la escribe, la sube e inmediatamente es viral.

“Luego sigue la proliferación de medios, más canales, más radios, el dial está cargado y eso hace pues que, decir que alguien tiene una fuerte influencia, debe conjugarse con varios elementos como la capacidad del medio, los que lo siguen, el grupo de personas y la logística. Todo eso marca hoy la influencia para ser “tiburón” en el periodismo. Así fue como me quedé “sardina”.

¿Cómo analiza usted el ejercicio del periodismo actual sin tomar en cuenta la tecnología? ¿Cree que hay un mejor periodismo hoy, o era mejor y más serio antes?

“Más serio sí. Podríamos decir que el periodismo de antes tenía más influencia que ahora. Las redes sociales ahora tienen un papel protagónico de primera línea. Usted puede, o yo puedo estar en el medio más importante y tratar de apoyar a alguien y ya no tiene la misma influencia que antes. Yo puedo estar entrevistando al expresidente Manuel Zelaya y diciendo que va a volver a ser presidente de Honduras, en ese mismo instante la entrevista me la están eliminando (rebatiendo) cantidad de observadores políticos, analistas, etc., y colocan por qué no va a ocurrir de esta manera. Podríamos decir que en la actualidad la influencia de los medios se mide por la influencia del público a través de las redes.

“Si hay periodismo serio aún en Honduras, lo hay, pero también hay bastante sesgo, eso no se puede obviar. Hay bastante comunicador que está metido a una sola línea y eso no hace bien, por eso todas las noticias deben ser comprobadas y corroboradas. A mi me ha pasado, a veces subo noticias a mi sitio y al instante me desmienten y siento vergüenza. Entonces me siento obligado a quitar las noticias o a investigarla, y he dado disculpas en varias ocasiones.

Sentir vergüenza, algo que los periodistas de la actualidad quizá hemos ido perdiendo. El redactor de esta nota se formó en parte con los periodistas de vieja guardia y ellos consideraban que para un periodista se acreditara su nombre en una nota, estaba en juego su honor. Bien dijo el célebre periodista mexicano Rodrigo de Llano "Que no firme el periodista lo que no pueda firmar el caballero".

¿Es seguidor de algún equipo de fútbol?

“Fui seguidor primero del Olimpia y después me hice Motagua ¡Jajaja! Soy seguidor de Motagua en la actualidad”.

¿Y ese cambio?

“Es que en los campos bananeros hablar del Olimpia era impresionante y yo acostumbraba a ir a ver los partidos. Pero cuando vine a Tegucigalpa empecé a ver la realidad y un compañero, Raúl Valladares, fue influyendo en mí, además un grupo de amigos, Alfredo Villatoro (QEPD), casi todos eran del Motagua y ya me empezó a gustar el Motagua”.

¿Y políticamente tiene afiliación?

“Sí, fui nacionalista, pero me robaron la diputación Oswaldo Ramos Soto, César Castellanos (QEPD), doña Nora de Melgar y Rafael Leonardo Callejas (QEDP). Y por qué le digo que me la robaron, mire usted, yo iba de tercer candidato suplente por el departamento de Yoro, aunque residía en Tegucigalpa, la cúpula nacionalista lo decidió así. Yo le había ayudado a doña Nora a llegar a la Alcaldía Municipal, porque doña Nora siendo una ama de casa no tenía capacidad política. Entonces el candidato a presidente, Rafael Callejas, nos dijo a un grupo de periodistas que le ayudáramos con la candidatura de doña Nora a quien comenzamos a instruir, a preparar, incluso le hacíamos discursos… entonces a doña Nora le dieron “golpe de estado” y me incluyeron a mí también y me pusieron de quinto.

“Entonces yo hablé con todos y que se me respetara mi tercer puesto, y Oswaldo Ramos Soto directamente me dijo: ‘si yo no soy presidente vos no vas a ser diputado, pero si yo soy presidente vos vas a ser diputado’ y quedé fuera. No ganó Oswaldo y no fui diputado yo porque ya iba de quinto”.

Esos hechos políticos son los que lo apartan a uno de la política ¿no? De pronto queda uno prejuzgado para creer en políticos ¿cierto?

“Sí, tiene razón en lo que dice. Desde esa fecha ya no quise volver a participar. Por ejemplo, Jorge Lobo (ahora en la Democracia Cristiana) me ofrece una diputación. El General Romeo Vásquez Velásquez (Alianza Patriótica) también. Y lo último que me ha llegado es de los liberales, que, si me gustaría ser candidato a alcalde, pero allí si no le voy porque no soy Liberal”.

Pero bueno, vamos a ver a futuro, porque consideramos que usted tiene una buena marca y un buen agrado con las audiencias y quizá por eso los partidos políticos piensan en usted...

“Es posible, pero recuerde que el medio es el que influye sobremanera. Estar en la tele o en la radio eso es lo que les gusta a los políticos, pero ya fuera de ese medio no sé si seguirá teniendo el mismo valor. Además de ello, apartarme de lo que yo he querido toda la vida (periodismo) por un cargo político resulta así un poco complicado. Puede ser que después diga que me interesa, pero vamos a esperar a ver como evoluciona la situación del país”.

Por cierto, ¿qué opina de la actualidad de Honduras?

“Pues estoy muy frustrado. He visto que los políticos, candidatos presidenciales, candidatos a diputados, diputados mismos, alcaldes, regidores, ‘no han sudado la camisola’, no han trabajado para el pueblo. Algunos dicen que si han estado otorgando ayuda a la población, pero lo han hecho sin fotografías. ¡Mentiras! He visto que la mayoría de los políticos se han escondido. El pueblo ha votado por ellos, los ha llevado a sus puestos, pero estos se han olvidado del pueblo que ha sufrido y está sufriendo y hay muy poca gente que ha dado la cara. En este momento hay cantidad de mujeres con niños en las calles que están pidiendo ayuda. Y ningún político se acerca para ayudarles. No observo solidaridad”.

Y vuelve acá a entrar lo que llaman “voluntad política”, culpada de que Honduras por años no pueda dar pasos agigantados en su desarrollo, en ese sentido, ¿qué opina del manejo de la crisis por la pandemia, la polémica por el manejo de fondos, compras sobrevaloras?

“Lamentablemente tengo que decir que es el peor manejo administrativo que he visto en una crisis en la historia del país. He sido participe activamente del huracán Fifí (1974), el huracán Mitch (1998) e incluso la guerra de Honduras con El Salvador (1969), pero nada tan decepcionante como esto. Vemos que todo se ha centrado en una sola figura, la figura del poder Ejecutivo, que no ha querido delegar, que no ha buscado la gente más calificada para buscar la reacción de lo que ocurre, de tener listo el sistema sanitario.

“Hubo mucho tiempo, vimos lo que estaba pasando en Asia, sabíamos que podía venir a Honduras y no se tomaron acciones, cinco meses después todavía se está discutiendo la instalación de unos hospitales móviles. Se propuso comprar hoteles, hacer centros del triaje, comprar medicamentos, equipo de bioseguridad y hoy tenemos médicos y enfermeras muriendo y no se escucha. No hay manera de hacerle entender al Ejecutivo, e incluso, al Legislativo, que ha llegado el momento de tomar decisiones al menos cinco meses después.

“Se ve que hay denuncias de mal manejo, de corrupción y, sin embargo, el Ejecutivo sigue aprobando más endeudamiento, más préstamos y en los próximos meses vamos a tener una situación verdaderamente calamitosa en el país”.

Muy pocas veces personas están reparando en el futuro económico de Honduras ¿qué opina sobre lo que podría venirse en esta materia?

“En efecto, va a aumentar el número de pobres en el país, de un 60 podríamos pasar a un 70 por ciento, la ministra de Finanzas y el presidente del Banco Central de Honduras están reconociendo que podríamos tener hasta un 7 por ciento de déficit en los ingresos del país. Sabemos que Estados Unidos atraviesa una de las situaciones más difíciles de la historia con más de 150 mil muertos y eso significa que hay una gran cantidad de hondureños que no van a poder enviar remesas al país. También nuestra gente está sufriendo en España, no hay empleo. Nuestro país no vive de exportaciones, eso nos afectará el PIB. ¿Quién se va a atrever a prestarnos? Hasta el momento no veo política para buscar ingresos al país. Todo está colapsando”.

¿Fuera de las noticias es usted un hombre de familia?

“Sí, tengo ocho hijos jajajaja”.

A vaya… es una larga generación.

“Sí, de los mismos tengo dos periodistas. Bueno, la influencia periodística también se enmarcó en mi familia, porque mi hermana Karina, trabaja en la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y estuvo en la secretaría de Salud como periodista. Mi hija Paola concluyó periodismo, pero trabaja en la torre de control del Aeropuerto Toncontín. Y el más pequeño de mis hijos, Fernando, si está ejerciendo periodismo en forma activa. Me gusta la familia y trato de estar con ellos de forma permanente. Aunque los muchachos ahora que están casados, no les da por visitarme continuamente al contrario como yo hacía, que tenía que recorrer 500 kilómetros para llegar a Olanchito cada dos o cuatro semanas”.

¿Solo una vez lo han querellado o han sido varias?

“Bueno, es que esto del ejercicio del periodismo hace eso, he tenido varias. La última fíjese que no la quise trabar con Marlene Alvarenga, porque me atreví, por inexperiencia, a compartir en redes que ella tenía un amante y fue un error de mi parte. Entonces dijo que me iba a llevar a los tribunales, seguramente yo hubiera perdido. Entonces decidí hacer la aclaración, que cometí un error y decirle a doña Marlene que era la más linda del mundo y etc., etc. No estaba dispuesta a dar esa pelea”.

¿Qué es lo mejor que le ha pasado como periodista?

“Creo que han sido tantas cosas, pero parte de ella ha sido el contacto con la gente, el reconocimiento. Una anécdota que marcó la vida es una vez que iba con mi papá por la carretera de Olanchito a Tocoa (Colón), y estaba un hombre vendiendo sandías y nos paramos para pedir una. Le dije al señor, ‘me puede vender esta’ y el hombre me preguntó: ‘¿verdad que usted es Nery Arteaga?’.  Y eso fue en tiempos en los que yo no salía en televisión.