El cardenal Óscar Andrés Rodríguez anunció el jueves que esta fue la última misa crismal que presidió como arzobispo de Tegucigalpa y a su vez pidió perdón al clero.

"Es la última misa crismal que presido como arzobispo de Tegucigalpa, yo quiero pedirles perdón si por mis límites no he sabido responder a lo que tienen derecho a esperar de su obispo. Son ya 44 años", dijo Rodríguez.

Al mismo tiempo, agradeció a la feligresía por el ministerio sacerdotal que fue "bien derramado y a manos llenas con entrega, sacrificio y con amor".

"La vida sacerdotal es eso, una vida. No es un rato mientras dure las ganas, mientras nos conviene o no gusta; mientras el contrato no se acabe. Es una vida que sabe también de desgaste, muchas veces de soledad, incomprensión y soledad", dijo Rodríguez antes de anunciar su retiro.

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Rodríguez consideró que la vida sacerdotal es "probada muchas veces por la enfermedad que disminuye y que envejece".

Su trayectoria

El cardenal Óscar Andrés Rodríguez de 79 años de edad ha dedicado su vida a la iglesia católica. Hijo del matrimonio de Andrés Rodríguez y Raquel Maradiaga.

En 1970 fue designado como asistente del arzobispo de Tegucigalpa y entre 1975 y 1978 ejerció el cargo de Decano de la Facultad de Teología de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, hasta que recibió el nombramiento como obispo en 1978.

Tres años después fue en 1981 fue nombrado Obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, cargo que administró hasta 1984. En enero de 1993 fue nombrado como arzobispo de Tegucigalpa.

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