“Recibimos amenazas de la MS-13, La 18 y La Rumba. Dijeron que si no nos íbamos de Choloma nos iban a ocupar para cobrar el impuesto de guerra, asaltar y asesinar personas”, relata un menor de 16 años que salió del país.
No sabe cuánto está pagando su papá por el viaje hacia Estados Unidos, pero sí se acuerda que un taxi lo llevó desde Choloma hasta Cuyamel y que en la frontera lo esperaba otro para cruzar por Guatemala.
También hay mujeres hondureñas que comentan a tunota que el "coyote" que las llevó les prometió dejarlas en Estados Unidos, pero solo llegaron a México. Las entregaron a los carteles, fueron sometidas y explotadas. Vendidas.

Las redes de tráfico de personas operan desde Chile, Colombia y Panamá. Tienen diferentes tarifas: por ejemplo un nepalí paga 45 mil dólares por llegar a Estados Unidos en un plazo de siete a ocho meses. El dinero lo van repartiendo en el camino y de acuerdo a cada nacionalidad, así cobran.
Un hondureño paga según el viaje. Si quieren guía, pero caminando y enfrentando riesgos, el precio varía de $6 mil a $8 mil. Si es un viaje VIP, con traslado en vehículos y tramitando una credencial de derechos humanos en México, cuesta entre $12 mil y $13 mil.
Grandes cabecillas
En Honduras se han identificado a grandes cabecillas. Ya no se trata del simple coyote. Hay otros implicados que van desde empresas de transporte, taxis, mototaxis y hasta los guías.
“Un guía que lleva 20 personas cobra por cada una, si solo la traslada por Honduras, 150 dólares. El bus cuesta 20 dólares y a esto se suma el pago que dan a las autoridades, especialmente a la Policía”, relata un investigador. Pero la mejor tajada se la quedan los cabecillas.
Entre los operativos realizados por las autoridades hondureñas, hace un año aseguraron una casa en la residencial Santa María del Real. “Era de un cabecilla, la construyó a puro tráfico de migrantes” explica el agente.

La Fiscalía ha comprobado la conexión que tiene esta red con carteles mexicanos. Incluso ejecutan secuestros de la gente que ha pagado su viaje al salir de Honduras.
“Los entregan a carteles mexicanos. Ofrecen viajes de $6 mil a $8 mil. También viajes VIP, pero en México les hacen pagar esa cantidad de nuevo. Los entregan, los abandonan y quedan en manos de los carteles”, indica la fuente.
Código QR falsificado
Si antes Guasaule, Choluteca, era la entrada por excelencia de nicaragüenses, cubanos, africanos y ecuatorianos, ahora es Trojes, El Paraíso. “Muchas organizaciones no gubernamentales están ayudando a pasar a los extranjeros ilegales”, denuncia un fiscal.
Para variar, el Código QR implementado por Migración para que los migrantes circulen en el país, ya fue falsificado, advierte. El año pasado, solo un caso de secuestro fue reportado en la Fiscalía por hondureños que fueron liberados en México. Por ese hecho capturaron a toda una red: el cabecilla y cinco recolectores de dinero.