Choloma es uno de los sectores del departamento de Cortés, al norte de Honduras, que quedó devastado tras el paso de la depresión tropical Eta, hace mas de dos semanas, y de Iota, la tormenta que la semana anterior acabó con todo en su trayecto, dejando comunidades enteras bajo el agua.

El drama de miles de familias de este y otros municipios, como La Lima, se ve reflejado en el rostro de los hondureños que no pueden evitar las lágrimas al narrar la pesadilla que están viviendo y al recordar que, prácticamente, lo perdieron todo. Edwin Navarro, un señor residente en Choloma, contó el viernes (20.11.2020) en Telenoticias Matutino de Televicentro cómo lo perdió todo, tras vivir en una residencial que quedó bajo el agua e inundada por cocodrilos.

Se trata de Residencial Los Castaños, sector que quedó sumergido por completo ante la acumulación de agua que dejó primero Eta e, una semana después, Iota, dos tormentas tropicales que azotaron sin piedad al país de forma consecutiva.

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La entrada de vehículos a esta zona es imposible, se accede en lanchas, de acuerdo con el relato de don Edwin, quien lloró ante la desesperación de no poder regresar a su casa para comprobar si aún puede rescatar alguna de sus pertenencias.

Los residuos de aguas que mantienen inundadas estas casas son producto de la unión de los ríos Chamelecón, Ulúa y agregando la basura que se ha acumulado, provocando olores nauseabundos, explicaron recientemente las autoridades de Copeco; "sumergirse es un acto riesgoso para la salud", lamentó el afectado.

Pero sostuvo que su mayor temor es por la presencia de los reptiles. Navarro aseguró que en la puerta de su casa había algunos, “quizá encontraron algo bueno y se quedaron”.

No obstante, confirmó que junto a varios vecinos llevan varios días apostados en una zona cercana, hasta donde el agua no ha cubierto, con la esperanza de poder volver a su hogar.

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“En diez minutos se inundó todo, no nos dio tiempo de sacar nada, la ropa que ando, es la única que tengo, desde el 5 (de noviembre), tengo dos hijos y ya también no se aguanta el 'ladronismo' (asaltos) en la zona”, lamentó.

Con lágrimas en su rostro, este hondureño que este fin de año cumpliría siete años de vivir en esa zona pidió una pronta solución a las autoridades, pues hasta el momento no se han presentado y afirmó que es lamentable lo que están viviendo, “que digan las instrucciones que nos darán”.

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