La petición de todos los años de parte de los entendidos en materia económica y financiera es la misma del 2020: hay que tener un presupuesto general 2021 congruente con la recaudación de ingresos por parte del Estado.

El Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República del ejercicio fiscal 2020 es de L282,405 millones; pero, se estima que la recaudación tributaria ha caído en L23 mil millones.

En este punto, la advertencia es clara: “si no hacen modificaciones, van a arrastrar complicaciones porque van a proyectar ingresos que no se han Economistas advierten una considerable reducción de ingresos para el próximo año. Partida global en base cero, clave para enfrentar desafíos futuros".

Para los expertos, el nuevo presupuesto no puede cargarse porque el país no ha tenido ingresos, expresa Ismael Zepeda, economista del Fondo Social de la Deuda Externa (Fosdeh), al tiempo de recomendar un recorte del 30%, aunque sea un año electoral.

“Hay que ser realistas (…) ese debe ser el recorte para el presupuesto 2021”, indica Zepeda. “El Gobierno debe tener cuidado con el nivel de endeudamiento que ha adquirido, porque debe garantizar que tendrá que cumplirlo”, señala.

El Poder Ejecutivo enviará mañana el proyecto de presupuesto al Congreso Nacional que deberá ser aprobado a más tardar en diciembre. El diputado Francisco Rivera, integrante de la comisión de presupuesto, también es del criterio que las partidas deben ser congruentes con el resultado de la recaudación.

No creo que la producción o la generación de riqueza esté en condiciones de soportar un gasto o presupuesto tan grande (…) tiene que haber una reducción conforme a lo que el Estado genera”, expone.

Se calcula que el déficit del sector público asciende a unos L18 mil millones en la actualidad, una cifra que podría incorporarse al Presupuesto General.

Las autoridades de la secretaría de Finanzas (Sefin) lo han denominado “Presupuesto de la Reconstrucción”, porque se plantea en base a los efectos catastróficos del covid-19 en las áreas económicas y sociales.

El exministro de esa cartera, Arturo Alvarado, sugiere que el presupuesto sea focalizado y que la partida global sea en base cero.

“Hay que olvidarnos de cómo veníamos presupuestando los diferentes gastos y mirar hacia el futuro. Qué es lo que queremos hacer y a qué sectores debemos ayudar”.

También suma una advertencia más sobre la considerable reducción de ingresos estatales el próximo año.

Para Alvarado, las actividades económicas podrían tardar entre 12 y 18 meses en normalizarse, dependiendo del impacto de la crisis sanitaria ocasionada por el covid-19.

Por ello pronostica una disminución en la recaudación de los impuestos y prevé aumento en el endeudamiento público “que significaría el 55% del producto interno bruto (PIB), constituyendo así una mayor presión económica”.

Por lo anterior, propone realizar una reingeniería integral del presupuesto, mediante la reducción del gasto corriente y focalización de los recursos en áreas vulnerables como salud y educación, para invertir en infraestructura escolar y en la facilitación de tecnología.

“Hay que ayudar a los hogares que no tienen acceso a la conexión por internet para que sus hijos puedan ser beneficiados mediante ese sistema virtual”, agregó.

De su lado, el economista Rodulio Perdomo espera que el presupuesto implique atención a los que no tienen sustento para sus hogares a raíz del desempleo o de las suspensiones en curso. “El presupuesto 2021 debe tener un giro de 180 grados para que dé respuestas a las necesidades más urgentes de la población”, expresa.

Para los expertos, el nuevo presupuesto no puede cargarse porque el país no ha tenido ingresos.