Cuando te concentras en cumplir una meta de mediano plazo, como comprar un carro, pones todo tu esfuerzo y tus recursos en eso que incluye hacer uso de la conducta del ahorro.

Pero, ¿qué pasa en el corto plazo? Para disfrutar este camino y no abandonarlo, debes aprender a “saborear”.

¿Cómo funciona?

Saborear es “apreciar detenidamente y con deleite una cosa grata”. Por ejemplo, estar en lugar y contemplar cada uno de detalles de su paisaje. No es el lugar en sí, sino la forma en que lo ves. Igual sucede con el dinero: la felicidad no está en el dinero en sí, ni en las cosas que este te permite tener, sino en la forma en que vives este camino.

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Estrategias para iniciar el ahorro

1. Quita el dinero de tu cabeza. Organiza tu manejo del dinero haciendo un plan y un presupuesto. Al poner por escrito sacas esta preocupación de tu mente y puedes enfocarte en cumplir tus metas financieras.
   
2. Prefiere la calidad que la cantidad. Analiza en qué gastas el dinero y elige los gastos que te dan alegría. Tal vez estás gastando dinero en cosas que no usas. Puedes dejar de hacerlo y usar el dinero para algo que te guste y pueda “saborear”, como una clase de baile por ejemplo.
   
3. Concéntrate en lo que ya tienes. No te preocupes por lo que no tienes. Para alcanzarlo deberás planificar y avanzar cada paso. Ahora aprecia lo que tienes y
   agradece por ello. Toma unos minutos cada día para nombrar en tu mente o en
   voz alta las personas y cosas por las que estás agradecido: tener salud, trabajo, ver a una amistad, etcétera.
   
4. Baja tus revoluciones. Seguramente te pasa que estás haciendo una cosa pero al mismo tiempo piensas en otra. Trata de poner tu cerebro en pausa y vive el momento presente. La próxima vez que comas algo que te gusta, observa sus colores y saborea cada ingrediente para que seas “consciente” de comerlo.
   
5. Goza la experiencia. Aprende de los niños, ellos gozan con las cosas más simples. Son expertos en saborear, convierten cosas pequeñas en momentos mágicos: pintar en un papel es felicidad. Enfócate en lo que estás haciendo. Si te das cuenta de que una actividad te hizo perder la noción del tiempo, repítela con más frecuencia, seguro es algo que te gusta y disfrutas. Sea limpiar tu cosa o terminar un proyecto, hazlo enfocado, sin pensar en otras cosas.

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