Contradicciones sobre el subsidio a la energía eléctrica. Aunque inicialmente se indicó que el costo iba a ser absorbido exclusivamente por los sectores comercial e industrial, funcionarios del ramo han expuesto que el 60 por ciento lo pagará Finanzas y el resto irá por cuenta de quienes consumen más de 500 kilovatios.

Sobre este tema, los criterios son diferenciados en cuanto a sus alcances económicos y sociales. Para algunos, el otorgamiento del subsidio gubernamental a los clientes que facturan menos de 150 kilovatios-hora es una medida justa en tanto va dirigida a los más pobres.

En opinión de otros sectores, este beneficio tendrá más resultados negativos, porque provocará un déficit energético y un alza en las pérdidas por hurto.

Un análisis realizado por expertos de la empresa privada destaca un hecho: los subsidios no focalizados no es un buen método para ayudar a las personas vulnerables a progresar en sus condiciones sociales.

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Esta afirmación está apoyada en estudios que concluyen que el 43 por ciento los subsidios al consumo de energía benefician al 20 por ciento de la población con más recursos, además de impedir que los fondos públicos sean destinados a prioridades.

Prudencia

Los especialistas identifican varios riesgos que la Administración Central tendrá que manejar con mucha prudencia y oportunidad para evitar que se profundicen los problemas de la ENEE y que se extiendan a las maltrechas finanzas públicas.

Uno de tales se deriva de aquellos clientes que consumen más de 150 kilovatios-hora al  mes y que pretenden ser beneficiados para que su factura sea emitida por una cantidad menor, lo cual provocaría un incremento de las pérdidas por hurto y una elevación en la cantidad destinada para financiar el subsidio.

La segunda amenaza es la que apunta a que los clientes de la ENEE se vean incentivados a un mayor consumo. En tal sentido, los hogares cubiertos por el subsidio estatal podrían incrementarse en 172 por ciento y pasar de 70 millones de kilovatios-hora a 200 millones al mes, detalla un análisis de la iniciativa privada.

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Un escalonamiento en el consumo de energía eléctrica ocasionaría, a su vez, un ascenso en el costo del subsidio que podría llegar a 250 por ciento, lo que representaría un gasto para el Gobierno de más de 1,200 millones.

Populismo y consecuencias

Los empresarios e industriales, en su mayoría, han expresado sus reservas en cuanto a subvencionar el costo de la energía eléctrica en tanto es un esquema que carga este sacrificio a los abonados de más alto consumo. Sostienen que estas medidas que algunos califican de "corte populista" perjudican la economía, la productividad y la llegada de inversión.

Y los dirigentes de instituciones que defienden los derechos de los consumidores, proyectan que las consecuencias serán más negativas dado que el subsidio que sería financiado por los que más facturan traerá una espiral inflacionaria sostenida.

El análisis del Consejo Hondureño de la Empresa Privada enfatiza que el costo financiero que deberá de ser pagado por los clientes comerciales e industriales varía entre 200 y 350 millones de lempiras, el cien por ciento del subsidio que ha sido aprobado por la actual administración.

Un informe de organizaciones de la sociedad civil subrayan que la ENEE perdió el año pasado más de 33,000 millones de lempiras, en tanto las actuales autoridades de la estatal reconocen que los perjuicios diarios son de 32 millones.

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