Lejos o cerca de una vacuna, la solución para frenar al covid-19 y también salvar la economía es uno de debates más extendidos durante la pandemia. Darle prioridad a una o a otra sin manejos responsables, adecuados y coordenados pueden volver insostenible la situación.

Para el gremio médico, un respiro sensato sería cerrar toda actividad social y comercial por dos semanas, para la empresa, el gobierno y la seguridad alimentaria podría también ser catastrófico.

¿Cómo manejarlo? La pregunta requiere de un largo análisis después de varios casos de estudio, pues ambas posiciones no son cuestión de apasionamiento, aunque sabemos que en todo momento lo prioritario es salvar vidas humanas.

En ese sentido, los expertos en salud y economía Peter Piot y Carmen Reinhart dijeron a la dirección de Políticas de Desarrollo y Alianzas del Banco Mundial que existen posibilidades de mejora cuando hay un equilibrio entre la salud pública y las necesidades económicas.

Equilibrio entre confinar y reapertura económica

  1. Una acción rápida y decidida es fundamental.

    Las respuestas exitosas han implicado medidas tempranas y pruebas a gran escala, seguimiento de contactos y aislamiento físico de pacientes enfermos y, al mismo tiempo, una adaptación rápida a la evolución de las circunstancias.

  2. Los líderes deben generar confianza y comunicarse con honestidad.

    Esto significa ser abiertos y colaborar con los asociados y las comunidades para ayudar a las personas a responder a la pandemia y tomar las precauciones necesarias.

  3. La crisis como una oportunidad

    La crisis presenta una oportunidad para mejorar la calidad y el alcance de los servicios esenciales, no solo de la atención de la salud sino también de la protección social, por ejemplo, con los pagos digitales para llegar a poblaciones vulnerables que trabajan en la economía informal o carecen de acceso a cuentas bancarias.

Honduras en la actualidad busca soluciones que le permitan llegar a tales equilibrios, esperando que los sacrificios del sector privado sean recompensados por el sector público, por ejemplo, en medidas fiscales o de alivio reales, tanto para ciudadanos como para las empresas.