El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, enfrenta un proceso de extradición luego que el pasado 14 de febrero la Fiscalía de Estados Unidos solicitará la captura del exmandatario hondureño a quien el país norteamericano lo vincula con supuestas relaciones con el narcotráfico.

Hernández, de 53 años, y quien gobernó el país centroamericano durante ocho años entre 2014 y 2022, es acusado por tres delitos ligados al narcotráfico, de acuerdo a la acusación formal presentada por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York.

Entre los cargos que se le imputan al expresidente Hernández se encuentran la participación para la conspiración para importar una sustancia controlada hacia Estados Unidos.

Asimismo, manufacturar y distribuir sustancias controladas con la intención y conocimiento que dicha sustancia sería ilegalmente importada a Estados Unidos.

En el mismo se incluye manufacturar, distribuir y poseer sustancias controladas a bordo de una aeronave registrada en los Estados Unidos.

De igual manera, usar o portar armas de fuego o ayudar e instigar al uso, el porte y la posesión de armas de fuego en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos de la que se le acusa en el cargo anterior.

También conspiración para usar o portar armas de fuego en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos, incluidas metralletas.

Si Hernández ex extraditado y encontrado culpable, puede recibir una condena d cadena perpetua.

De acuerdo a la acusación de la Fiscalía estadounidense, Hernández violó, además de la legislación ese país, los artículos 2, 3 y 5 de la Convención de las Naciones Unidas en Contra del Crimen Transnacional Organizado, con fecha 15 de noviembre de 2000.

Todos los delitos que se le acusan a Hernández "deben ser considerados para ser incluido como ofensa extraditable en cualquier tratado existente entre las partes", cita la acusación contra Hernández.

Acusaciones contra Juan Orlando Hernández

Estas acusaciones se refieren a señalamientos de algunos narcotraficantes ante distintos tribunales estadounidenses, que confesaron supuestos pagos ilícitos al círculo más cercano de Juan Orlando Hernández para poder traficar la droga por territorio hondureño para luego exportarla a Estados Unidos.

A esto se sumó el juicio contra su hermano Juan Antonio Hernández, más conocido como "Tony", que era diputado del Congreso Nacional cuando fue capturado.

"Tony" Hermández, considerado un "narco a gran escala", recibió una sentencia a cadena perpetua más 30 años de prisión por narcotráfico.

Durante el juicio al hermano se puso en evidencia cómo los grupos de narcotráfico infiltraron casi todas las esferas del poder en Honduras, desde el ámbito judicial pasando por la fuerza pública hasta llegar al Poder Ejecutivo.

De hecho, los propios fiscales del caso señalaron directamente a Juan Orlando Hernández, acusándolo de "facilitar el uso de personal de las Fuerzas Armadas hondureñas como seguridad" para los narcotraficantes.

Otro de los casos que salpicó al expresidente Hernández, y que finalmente disparó el proceso contra el exmandatario, fue el de Geovanny Fuentes Ramírez, también juzgado por la Corte del Distrito Sur de Nueva York y hallado culpable a principios de febrero de este año.

Fuentes fue condenado a cadena perpetua por el tráfico de cinco toneladas de cocaína y a otros 30 años de cárcel por el porte ilegal de armas, al considerar que protegía su mercancía con el uso de ametralladoras.

Durante el procedimiento judicial en contra de Fuentes Ramírez se indicó, a través de varios testimonios, que uno de sus socios sería Juan Orlando Hernández.

Uno de los testigos de ese caso indicó que escuchó a Hernández decir que quería meter drogas "en las narices de los gringos" inundando Estados Unidos con cocaína.

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