La niña hondureña se encontraba junto a sus padres y dos hermanos bajo custodia en la estación fronteriza cuando "experimentó una emergencia médica", informaron los agentes fronterizos.

Allí se trasladaron los servicios médicos, que procedieron a llevar a la menor al hospital local, donde finalmente fue declarada muerta, según un comunicado de la CBP.

Hasta ayer se desconocía la identidad de la menor, no obstante, este jueves el canciller hondureño, Eduardo Enrique Reina, confirmó que la menor de ocho años era de Honduras.

A través de Twitter, Reina informó que la niña hondureña respondía al nombre de Anadith Tanay Reyes Álvarez, de 8 años de edad, quien se encontraba bajo custodia de la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos.

"Presentamos nuestras sinceras condolencias a su familia y exigimos un investigación profunda de este caso. El cónsul en Mcallen, Texas, se comunicó con el padre reiterando el apoyo del Gobierno de Honduras ante esta terrible pérdida y da seguimiento cercano", escribió Reina.

Otro menor hondureño murió bajo custodia

El pasado 10 de mayo, otro menor hondureño identificado como Ángel Eduardo Maradiaga Espinoza, de 17 años de edad, murió en el albergue de menores no acompañados ubicado en Safety Harbor, Florida, informó la Cancillería de Honduras, en un comunicado.

En ese sentido, Reina indicó que "el Gobierno de Honduras reitera su posición de trabajar de manera bilateral con los Estados Unidos para atender de manera especial los casos que involucran a menores y prevenir que ocurran estas tragedias".

Las autoridades estadounidenses informaron a la Embajada de Honduras en Washington que el menor fue encontrado inconsciente a las 8:00 de la mañana del 10 de mayo, por lo que lo trasladaron de emergencia al hospital Mease Countryside.

El alguacil del condado de Florida, Bob Gualteri, dijo que Maradiaga Espinoza tenía un corte en la lengua que podría haberse hecho durante un ataque epiléptico.

La madre de Ángel Maradiaga, Norma Saraí Espinoza Maradiaga, dijo que su hijo tenía epilepsia desde los 8 años, pero que sus crisis le duraban menos de un minuto y le afectaban muy poco.

Los agentes descubrieron que los Servicios Comunitarios y Familiares Judíos de la Costa del Golfo (JFCS) habían cargado los registros médicos de Ángel Eduardo en su sistema, pero el personal del centro nunca los revisó, lo que significa que no estaban al tanto de su epilepsia o posibles convulsiones.

Los fatales sucesos se han producido menos de una semana después de que expirara el Título 42, que había habilitado a las autoridades fronterizas para realizar expulsiones de los migrantes que ingresaban sin la documentación adecuada en los Estados Unidos.

Ese decreto fue emitido durante la pandemia y les impedía solicitar asilo, bajo la excusa de la crisis sanitaria por el covid-19.

Vea además: Hallan indicio de un posible ataque epiléptico en menor hondureño muerto en EE. UU.