Cuando Miriam Barahona (Tegucigalpa, 1976) era una niña se escondía debajo del escritorio de su abuelo, un juez y notario, para escucharlo atentamente. "Lo escuchaba cada vez que atendía sus casos", recuerda. Después, junto con sus hermanos, jugaba a ser abogada.

Años más tarde, aquello que era un inocente juego se convirtió en una realidad. Egresó de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en 1996 y después se especializó en derecho penal, primero en la UNAH y posteriormente en la Universidad de Barcelona.

Desarrolló una carrera de 16 años en la Corte Suprema de Justicia, a la que, asegura, le debe todo el aprendizaje que ha acumulado con el paso de los años. "Solamente el derecho contencioso administrativo no he desempeñado en el Poder Judicial", indica.

Barahona es una apasionada de la aplicación de la ley y del servicio a los demás. Además de su faceta como jurista, también suele dedicar parte de su tiempo al voluntariado. "Tuve una formación jesuita de mucha vocación social, eso me ayudó a ver de cerca las necesidades de las personas", explica.

El 24 de septiembre (24.09.2021), asumió la presidencia en el Tribunal de Justicia Electoral (TJE) y, a través de esta entrevista brindada a tunota.com, le aseguró a la ciudadanía que la institución que preside está preparada para las elecciones generales del próximo 28 de noviembre (28.11.2021).

Pregunta: ¿Qué conlleva impartir justicia electoral en Honduras?

Respuesta: Creo que Honduras es un país de muchas oportunidades. Realmente ha sido un reto grande haber construido una institución (el TJE) que está basada en la legalidad, pero tengo la certeza de que todas nuestras sentencias han sido basadas jurídicamente y se le ha permitido el acceso a las resoluciones a todos los actores.

El TJE se ha creado desde cero, tanto en la parte administrativa como en la jurisdiccional, y con nuestro equipo se han hecho posibles los objetivos. Y es que, a pesar de que tuvimos dificultades al inicio porque el presupuesto se aprobó hasta el 31 de diciembre de 2019, hemos sabido superar ese y otros retos.

P: ¿Han hecho bien las cosas en el TJE?

R: Sí, lo hemos hecho bien. Dijimos que estábamos preparados para las elecciones primarias y se lo hemos demostrado al pueblo hondureño, tanto en el recuento jurisdiccional como en la resolución de todas las impugnaciones que nos llegaron. Ahora nos estamos preparando para las elecciones generales.

P: En ese sentido, ¿qué esperan después del 28 de noviembre?

R: Bueno, creo que a nadie le gusta perder en esta vida. Sin embargo, nuestra obligación es buscar los mecanismos legales y esperamos que ese sea el camino a seguir.

Barahona presidirá el TJE durante la contienda electoral del 28 de noviembre. Foto: Álex Gutiérrez / tunota.com

P: ¿Le ha faltado voluntad al Congreso para aprobar la Ley Procesal Electoral?

R: En el Congreso todo funciona por consenso y hay distintos partidos políticos con sus respectivas bancadas. Finalmente se ha llegado al acuerdo para aprobar la Ley Electoral, pero creo que no se ha visualizado aún la situación del TJE.

Hay países, como Perú o Bolivia, donde han sido los tribunales de justicia electoral los que han determinado las contiendas. Creo que, a nivel general, en Honduras no se ha dimensionado la importancia que tiene este tipo de justicia.

P: Hábleme de su infancia.

R: Tuve una infancia en la que se me enseñó a amar y a respetar al prójimo pero, además de ello, a amar la justicia. Fíjese que mi abuelo materno fue el primer juez y notario en el departamento de Yoro. Recuerdo que en las tardes, cuando él regresaba del juzgado y atendía en su bufete a sus clientes, yo me escondía debajo del escritorio. Uno de esos grandes escritorios de madera. Allí, mientras jugaba con mis muñecas o dibujaba, escuchaba todo lo que él decía y después, con mis hermanos, jugábamos a ser abogados.

P: ¿Se puede decir que esa tradición familiar influyó en su decisión de optar por el derecho?

R: En efecto. La abogacía y el notariado han estado presentes en mis genes desde mis bisabuelos. José María Sandoval, el papá de mi abuelo, fue magistrado de la Corte Suprema de Justicia y el padre de mi abuela, Pompilio Rodríguez, fue juez y notario. Mis padres, José Antonio Barahona Zelaya y Miriam Suyapa Rodríguez Perdomo, también han ejercido el derecho.

P: De toda su trayectoria desarrollada en el Poder Judicial, ¿cuál es el área del derecho qué más le apasiona?

R: Considero que, en esencia, me apasiona la aplicación de la ley. Y es que desde que mis inicios en la Corte Suprema de Justicia, con Vilma Morales como presidenta, he disfrutado a plenitud cada una de estas etapas. Todas las áreas del derecho, siendo el contencioso administrativo la única que no ejercí, me han dejado un gran aprendizaje.

P: Pero académicamente noté una preferencia, de su parte, hacia el derecho penal.

R: Sí, cuando egresé de la UNAH, me especialicé en derecho penal. Lo estudié allí, en mi alma mater, y también en la Universidad de Barcelona, en España. Mi padrino, René Agustín Suazo Lagos, un gran penalista, también me inculcó ese gusto por el derecho penal.

P: ¿Cuál ha sido el caso más complejo en el que le ha tocado trabajar?

R: Complejos conocí un sinnúmero de casos… pero el que mejor recuerdo es mi primer juicio, la muerte de un niño en La Esperanza, Intibucá.

P: ¿Por qué hay tan mala percepción hacia quienes imparten justicia en Honduras?

R: Un juez nunca queda bien con la sociedad. Recuerde que siempre hay una parte a la que una resolución no le favorece. Entonces, cuando dos posturas distintas son sometidas a un tercero imparcial e independiente (un juez), no existe satisfacción en una de las dos partes.

Barahona mientras atendía la entrevista con En Primera Plana. Foto: Álex Gutiérrez / tunota.com

P: Pero también existen jueces parcializados, abogada.

R: Sí, los hay. Un juez tiene que abstenerse de incumplir el juramento que ha realizado ante la ley pero, si no lo hace, se puede pedir su recusación o su separación definitiva. Hay un procedimiento legal establecido para ello. La parte afectada también tiene el deber de decir o denunciar si el juez está parcializado, siempre y cuando sea demostrado en materia de derecho.

P: Hábleme de su faceta como docente, ¿qué representa para usted?

R: Es la siembra de la semilla del conocimiento, más cuando ya se tiene la experiencia de haber llevado esa parte práctica a la teórica. Diría, pues, que es una realización no solo académica sino que personal poder decirle a alguien que está iniciando su vida profesional las vías por las cuales se pueden aplicar los diferentes métodos para resolver asuntos legales.

Extraño esa faceta, aunque he continuado impartiendo seminarios y cursos. Sin embargo, he optado por dedicarle todo el tiempo, fuera del trabajo, a mi hija menor.

P: ¿Retomaría esa faceta?

R: Yo creo que todo en la vida debe tener un equilibrio. Mi familia es y ha sido primero pero, en el tiempo que Dios lo permita, la he de retomar.

P: ¿Qué hace Miriam Barahona en sus tiempos libres?

R: Lo dedico a atender mis obligaciones personales, con mi familia. Soy muy reservada con mi faceta privada, pero es algo que disfruto mucho.

P: ¿Algún pasatiempo?

R: Tuve una formación jesuita de mucha vocación social y, de esa forma, pude aprender y ver de cerca las necesidades de las personas. Suelo visitar orfanatos auspiciados por la Iglesia y por la sociedad civil y allí ayudamos a cuidar a esos niños, a darles clases. También asistimos a menores con problemas de drogadicción.