El obispo de la diócesis de Santa Bárbara, monseñor Darwin Andino, advirtió que al igual que en Nicaragua, la persecución en contra de los ciudadanos, medios de comunicación y de la Iglesia, está próxima en Honduras.

Luego que el régimen de Daniel Ortega arremetiera en contra de varios religiosos del país vecino, entre ellos las Hermanas de la Caridad y procediera al cierre de al menos 6 emisoras cristianas, el monseñor consideró que en Honduras se vivirá una situación similar y que hay que prepararse para ello.

"Quiere decir que hay que estar preparados nosotros también, los hondureños. Hay que estar preparados porque viene la persecución", sostuvo el religioso.

En ese sentido, el obispo dijo que era de esperar que el gobierno de Nicaragua actuara en contra de la iglesia. Asimismo, consideró que aunque la congregación de las Hermanas de la Caridad "no se metía en política", el régimen ya "se habían tardado".

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De la misma forma, cuestionó porqué las habían sacado a ellas que actuaban en silencio para el bienestar del pueblo nicaragüense, que se ha visto fuertemente golpeado por las medidas extremas del presidente.

"Eso llama poderosamente la atención, por qué ella y no otras, por qué ellas precisamente", dijo el monseñor.

Persecución a la Iglesia Católica

En Nicaragua la situación empeora cada vez más, recientemente el régimen de Ortega comenzó a perseguir a los líderes de la Iglesia Católica, según medios locales. Tal es el caso de las Hermanas de la Caridad, quienes fueron expulsadas del país luego de que cerraran los centros donde ellas atendían a la población.

A finales de junio, la Asamblea Nacional de Nicaragua, dirigida por Daniel Ortega, canceló la personería jurídica de la Asociación Hermanas de la Caridad por considerar que "incumplía ciertas obligaciones legales".

Además, en los últimos días el obispo nicaragüense Rolando Álvarez tuvo un enfrentamiento con las autoridades policiales, luego de que le impidieran realizar la misa.

El obispo pidió desesperadamente y de rodillas a los policías que "por favor, con toda educación y ante el Señor, nos deje celebrar la eucaristía".

Esto luego de que se colocaran frente a la iglesia y no dejaran ingresar a nadie. Asimismo, el obispo confesó temer por su vida, pues se siente perseguido por las autoridades del gobierno de Ortega.

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