Una de las fiestas más célebres por los católicos hondureños es el aniversario de la Virgen de Suyapa, que fue encontrada por Alejandro Colindres, un campesino hace 276 años.

La historia de su hallazgo relata que Colindres junto a un niño, de regreso a su casa por la noche cuando buscaban un lugar para descansar porque aún estaban lejos de su hogar y seguir su caminata la mañana siguiente encontraron una pequeña silueta que no les dejaba conciliar el sueño.

Cada vez que intentaban deshacerse de la figura lanzándolo lejos, volvía al mismo lugar, entonces decidieron guardarlo y ver que era al día siguiente.

Cuando el campesino lo vio noto que se parecía a una virgen y se la llevo a su mamá, desde ese entonces los fieles devotos católicos veneran y festejan cada 3 de febrero el hallazgo de la Virgen de Suyapa.

En 1995, el Papá Pío XI, la proclamó la Patrona de Honduras bajo el Nombre de Nuestra Señora de Suyapa y declaró el 3 de febrero como día festivo.

Fe y devoción de los feligreses cada 3 de febrero

Familias asisten año con año a la Basílica de Suyapa que se encuentra en la capital de Honduras para cumplir promesas, además agradecen por sus milagros o pedirle a la “Morenita” que les ayude con situaciones difíciles.

Las promesas son la parte esencial de la devoción, fe y confianza de los feligreses han depositado a la Virgen, las personas de pie, sentados o hincados dirigiendo su vista hacia el altar donde descansa la patrona de todos los hondureños con la esperanza y confianza de que sus oraciones sean escuchadas.

Católicos pasan sus manos frente a ella, seguidamente se persignan, otros levantan sus velas encendidas, hacen una petición y todos rezan un “Ave María” pidiéndole a su Hijo Jesús que interceda a favor de ellos, sus familias y amigos.